No se arredraron Crisix ante la difícil misión de arengar a la afición de Leyendas Del Rock cuando el termómetro pasaba de 40 grados en el día más caluroso de esta edición del festival alicantino. Y lo hicieron comandados por el habitual desparpajo del vocalista Juli Bazooka, quien sabe cómo llevar las riendas de la banda siempre con una sonrisa en la boca.
Los de Barcelona abrieron la jornada del viernes recién llegados desde Austria y con la misión de finalizar su andadura veraniega. Y venían con un batería provisional; el portugués Marcelo Rúben Aires, que está supliendo a Javi Carry mientras de recupera de una tendinitis.
En Villena alternaron material de su último lanzamiento; Against The Odds, como Xenomorph Blood, con canciones de sus discos anteriores, como Rise… Then Rest. Impulsivos y animados, representaron el thrash metal con su habitual frescura y con una energía contagiosa.
Generaron circle pits, uno de los guitarras se fundió con los aficionados y Juli Bazooka tuvo varios detalles con algunos seguidores que contactan con ellos a través de las redes sociales. A cambio se llevó una camiseta de regalo. El frontman pidió que los fans se agacharan para que después se levantaran con una explosión de júbilo.
En la recta final improvisaron el War Pigs de Black Sabbath y descargaron buena parte de su artillería más intensa; G.M.M. (The Great Metal Motherfucker), Bring’em To The Pit y Ultra Thrash completando una actuación de 50 minutos en la que supieron cómo conectar con sus fans.
