DEATH ANGEL – THE EVIL DIVIDE

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DEATH ANGEL
The Evil Divide
Nuclear Blast

Las bandas de thrash metal son a todas luces las que mejor han entendido su segunda juventud musical. Buena parte de los grupos del género, a ambos lados del Atlántico, han editado y siguen editando discos en el siglo XXI con una calidad similar, o incluso superior, a los que lanzaban en los años ochenta.

Death Angel, uno de los máximos exponentes del thrash metal de la Bay Area, para nada son una excepción. Es más, son todo un ejemplo de la evolución que han seguido las bandas del género. Llevan más discos editados en lo que va de siglo (cinco) de los que sacaron en sus comienzos (tres).

The Evil Divide es el octavo álbum de estudio de Death Angel, un trabajo con el que conectan con la buena racha de los anteriores; Relentless Retribution (2010) y The Dream Calls For Blood (2013), discos que coinciden con una formación asentada que permanece estable desde 2009: Mark Osegueda (voz), Rob Cavestany (guitarra), Ted Aguilar (guitarra), Will Carroll (batería) y Damien Sisson (bajo).

Death Angel vuelve a incidir en un thrash metal de amplia visión, capaz de coquetear con diversos estilos, perfectamente definido por la peculiar voz de Osegueda, las guitarras imaginativas de Cavestany y Aguilar y una contundente sección rítmica. Su agresividad vuelve a ser marca de la casa en The Evil Divide.

Los americanos no han querido romper la máxima de ‘todo lo que funciona es mejor no cambiarlo’ y por eso han apostado nuevamente por trabajar con el productor Jason Suecof (Trivium, Deicide).

De forma solemne comienza la intro de guitarra en The Moth, cortada de cuajo por un riff de puro thrash. Un incisivo Mark Osegueda se desgañita perfectamente compenetrado por unos coros melódicos. The Moth es uno de los temas más potentes del disco, una apertura sensacional y un ejemplo de que Death Angel no se encorseta solo bajo una etiqueta musical, siempre han sido muy abiertos de miras.

Con Cause For Alarm apuestan por una pieza de thrash más estándar, todo lo contrario que en Lost, single y videoclip de presentación de The Evil Divide. Lost es la canción más llamativa y la mejor composición del disco, una auténtico temazo a medio tiempo con aspiraciones de balada y con picos de gran intensidad. Mark Osegueda se muestra especialmente emotivo en los estribillos finales, coronado por unas guitarras sensacionales.

Aprietan el pedal del acelerador hasta el fondo en Father Of Lies con los particulares fraseos de Osegueda y los potentes coros que les caracterizan. Cortan la canción con un interludio melódico de guitarras para culminar de nuevo a toda velocidad. Hell To Pay desata la ira más thrash mientras que It Can’t Be This se destapa como un aguerrido medio tiempo.

Hatred United, United Hate es otro de los temas más destacados del octavo disco de Death Angel en el que compendian buena parte de las claves de su sonido. En Breakaway recuperan el thrash metal más clásico, muy rápido y con coros potentes. Completan el álbum con la agresividad de The Electric Cell y Let The Pieces Fall.

The Evil Divide evidencia nuevamente el thrash metal imaginativo y escasamente encorsetado de unos Death Angel que siguen en plena forma.

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