HAWKWIND
Sala BBK, Bilbao
8 de octubre de 2018
Dentro de la iniciativa ‘Music Legends’ se enmarca el concierto que ofreció anoche Hawkwind en la sala BBK, ubicada en plena Gran Vía de Bilbao. Auténticas leyendas del ‘space rock’ y del rock psicodélico, los británicos el año que viene cumplirán medio siglo de vida. Cinco décadas que han granjeado con decenas de discos gestados por diversas formaciones, siempre dirigidas por Dave Brock. Toda una cantera de la que incluso salió Lemmy Kilmister antes de fraguar las bases de Motörhead.
Hace apenas unas semanas Hawkwind editó su trigésimo primer lanzamiento, Road To Utopia, en el que han recuperado algunos de sus clásicos bajo un prisma orquestal y en el que incluso han contado con la colaboración de Eric Clapton. De hecho, después de su concierto de Bilbao realizarán varias actuaciones en Reino Unido con el apoyo de una orquesta. Destacará su presencia en el Palladium de Londres, donde han tenido que añadir una segunda fecha después de haber agotado las entradas para el primer concierto.
Minutos antes de las ocho de la tarde, los aficionados fueron tomando posiciones en sus asientos hasta prácticamente llenar el patio de butacas de la sala BBK. Tras una proyección del logo de Hawkwind, se apagaron las luces y se desplegó el telón. Allí estaban los ingleses preparados para imbuirse en su particular dimensión de espacio y tiempo. La psicodelia se hermanó tanto en el plano musical como en el visual que reflejaban las proyecciones sobre una gran pantalla que dominaba el escenario.
En una de las esquinas sobresalía la figura de un Dave Brock, que ayer se encargó de la guitarra y la voz solista en varios temas, y que demostró una forma física impresionante para sus 77 años. Los temas de Hawkwind tenían un sabor ácido y sonaban hipnóticos para unos seguidores que se mantuvieron en un rotundo silencio hasta el final de cada tema, momento en el que prorrumpían con grandes ovaciones. Y mayoritariamente se respetó la norma de no tomar fotos ni grabar vídeos con el móvil durante el concierto.
Llamativa a más no poder fue la presencia de Tim Blake, quien combinó un teclado portátil con un curioso artilugio sobre el que generaba los clásicos efectos que caracterizan la música de Hawkwind. Y lo hacía con diferentes aspavientos como si de un mago se tratara. Ayer sonaron temas como Shot Down In The Night, Paradox o We Took The Wrong Step Years Ago.
Dave Brock homenajeó al escritor Michael Moorcock, una de las principales influencias de la banda, con una narración espacial en The Black Corridor. Los temas extensos, que en ocasiones rondaban los diez minutos, se sucedieron anoche en Bilbao con largos pasajes instrumentales. La psicodelia y los toques progresivos tuvieron su réplica en una pantalla que no dejó de emitir imágenes, muchas de ellas basadas en animaciones de gran calidad.
Brock volvió a encargarse de las voces en la cautivadora y melódica Zazorinia. Ya en la recta final destacaron canciones como Have You Seen Them? o Utopia, que presentó el propio Brock. “Esperando que algún día haya un cambio, pero habrá que esperar y ver”, destacó el líder de la banda. Dave y Magnus compartieron las voces en una canción en la que predominó un extenso y psicodélico pasaje musical. Llevaban alrededor de hora y media cuando emprendieron el camino de los camerinos.
Los asistentes forzaron a los músicos, a base de una gran ovación, a que volvieran al escenario. Uno de los fans preguntó a la banda a ver si se podían levantar, y así fue. En el único bis, Spirit Of The Age, el público se puso en pie en el momento más parecido a un concierto de rock.
En total alrededor de 100 minutos de puro rock espacial, psicodélico e hipnótico que dejó una buena sensación entre los aficionados de Bilbao. No todos los días se puede ver a una banda legendaria con cinco décadas de trayectoria.
