Los canadienses Kataklysm salieron al escenario del Rock Tent con el firme propósito de poner toda la carpa patas arriba. Y no cabe duda de que lo consiguieron a base de descargar un death metal certero, veloz y contundente capaz de insuflar energía hasta a quienes acumulaban horas bajo un sol de justicia.
Los de Montreal disponían de un nuevo disco para presentar a sus fans; Meditations (2018), del que tocaron varios temas, como Narcissist o Guillotine, que dedicaron a los peores enemigos de los allí presentes. Desde el principio se embarcaron en un constante headbanging muy bien replicado por los más entusiastas que se habían acercado hasta las primeras filas.
El vocalista Maurizio Iacono arengaba a sus fieles con temas del Serenity In Fire, como 10 Seconds From The End o As I Slither. Y fue precisamente en esta canción en la que pidió una invasión del escenario. “Esto es lo que nos hace diferentes. Vosotros y nosotros somos uno. El escenario es vuestro”, exhortó Iacono. Varias decenas de fans no se hicieron de rogar y subieron de forma ordenada para unirse al ritual de Kataklysm.
En la segunda parte de la actuación enlazaron el nuevo tema Outsider con clásicos como At The Edge Of The World, In Shadows & Dust y Crippled & Broken. “Está siendo un show memorable. Es uno de los mejores conciertos que hemos dado en este país. Hay gente de todo el mundo”, destacó el vocalista.
En The Black Sheep se formó un circle pit a iniciativa de Maurizio Iacono, que estaba desatado, y cerraron su concierto con The World Is A Dying Insect. Kataklysm fueron unos de los pocos representantes del death metal en Rock Fest Barcelona 2018 pero consiguieron dejar el pabellón en lo más alto.
