MOONSPELL
BIZARRA LOCOMOTIVA
NORUNDA
Sala Santana 27, Bilbao
4 de noviembre de 2017
El día de Todos los Santos de 1755 la tierra se resquebrajó en Lisboa. Un intenso terremoto provocó cicatrices enormes que cambiaron de forma dramática la historia de Portugal en el siglo XVIII. A la sacudida del seísmo le sucedieron maremotos y un incendio abrasador que prácticamente redujo a cenizas la capital dejando decenas de miles de muertos. Aquel cataclismo que asoló Portugal también tuvo repercusión en España.
Moonspell, la banda de metal más grande de su país, ha dedicado su último disco a aquella catástrofe que marcó una época. Titulado de forma concisa, 1755, y cantado en portugués, este álbum se consolida como uno de los proyectos más ambiciosos del grupo lusitano. Casualidad o no, el inicio de la gira de presentación ha coincidido con las mismas fechas en las que se produjo el terremoto. De hecho, el pasado día 1 de noviembre la banda actuó en el Hard Club de Oporto justo en el 262 aniversario de la catástrofe.
La banda de Fernando Ribeiro ha querido comenzar a presentar este nuevo disco con una gira por la Península Ibérica que fue protagonista precisamente de lo que se narra en esta obra conceptual. Además de las fechas de Portugal, Moonspell están realizando ni más ni menos que seis fechas en España como cabezas de cartel.
Anoche actuaron en la sala Santana 27 de Bilbao ante una entrada muy pobre de alrededor de dos centenares de aficionados. El aluvión de conciertos que confluyeron ayer en la zona fue seguramente una de las razones que explican el pinchazo que sufrió la banda portuguesa en la capital vizcaína. Moonspell cuentan con dos teloneros en este tour: Norunda y Bizarra Locomotiva.
Los gallegos Norunda salieron al escenario de Santana 27 ante unas cuantas decenas de aficionados que se acercaron a primera hora. Dispusieron de tres cuartos de hora para presentar a conciencia su nuevo disco, Irruption, del que sonaron temas como Dynamite, Face To Face, Violent Street o Pushing To The Limit. Desplegaron un estilo particular que anclaba su base en el thrash pero que extendía sus tentáculos en diferentes direcciones. Buscaban progresiones y destellos técnicos solapados entre su propuesta metálica. Se despidieron comentando que volverán a Bilbao en febrero.
Con una larga trayectoria que se remonta a los comienzos de los años noventa, al igual que Moonspell, Bizarra Locomotiva es una veterana banda portuguesa de metal industrial. Llegaron a la sala Santana 27 ante una audiencia que prácticamente no conocía nada de ellos y no dejaron a nadie indiferente. Y fue su vocalista, Rui Sidónio, el artífice de una intensa actuación que musicalmente se guió por patrones clásicos en el metal industrial.
Sidónio recorrió el escenario bilbaíno como un poseso hasta que no pudo más y saltó directamente hasta la zona del público. Se paso más de medio concierto interactuando con los fans y animando a varios de ellos a que se movieran al ritmo machacón de su música. Se tiró al suelo, se apoyó en la complicidad de un fan que conocía sus canciones y hasta lo llevó a hombros al más puro estilo Bon Scott/Angus Young.
El propio Fernando Ribeiro de Moonspell salió al escenario para cantar un tema con Bizarra Locomotiva acentuando los lazos que hay entre las dos bandas. Sus tres cuartos de hora prácticamente volaron para unos seguidores muy pendientes de las andanzas de Rui Sidónio.
MOONSPELL – 1755
Moonspell está cuidando todos los detalles en esta gira de presentación de su nueva obra conceptual. Un enorme telón que asemejaba las ruinas de Lisboa y dos grandes cruces aportaban el dramatismo que requería el hilo narrativo. Los tubos del teclado de Pedro Paixão también incidían en la solemnidad de su propuesta.
Tras la intro, Fernando Ribeiro salió enmascarado para comenzar la interpretación íntegra de su nuevo disco. Con una ejecución de altísimo nivel los músicos hilvanaron la épica de una historia que encaja a la perfección con su propuesta oscura y sólida. Canciones como In Tremor Dei, Desastre, Abanão o Evento se sucedían ante la mirada expectante de unos fans que lógicamente todavía no han asimilado un disco que llevaba tan solo un día a la venta.
Ribeiro destacó por una sobresaliente interpretación vocal, además de realizar las presentaciones en castellano. “Perdonad si mi español no es muy bueno, pero seguro que es mejor que vuestro portugués”, espetó con acierto. 1 De Novembro recordó el día del terremoto y Ruínas incidió en el resultado de la devastación. “Entendemos la música como una aventura”, destacó Ribeiro en clara alusión a su nuevo disco, al que calificó como un “retrato histórico”.
En Todos Os Santos el vocalista sacó una cruz que proyectaba unos rayos rojizos y en Lanterna Dos Afogados un llamativo candil que destacaba en la oscuridad. Apoyados por ampulosos coros orquestales pregrabados, Moonspell dio toda una lección musical en la interpretación de su nueva obra. Incidieron en el idioma portugués con En Nome Do Medo. “Hasta ahora no hemos utilizado mucho el inglés”, comentó el vocalista.
La segunda parte del show fue todo un regalo para los viejos fans, los lusitanos profundizaron en las entrañas de su pasado rescatando parte del material más extremo de sus primeros discos; Wofheart e Irreligious. Con unas atmósferas agónicas y rojizas, Ribeiro fue el protagonista en Vampiria. Extendía su capa mientras dramatizaba en una de las canciones con las que comenzaron a poner su candidatura sobre la mesa del metal europeo de los años noventa. Ribeiro pidió disculpas a los fans por un concierto que se canceló en Bilbao hace años antes de recrear Alma Mater, seguramente el tema mejor recibido por sus acólitos.
Tras ausentarse del escenario, volvieron con fuerza al ritmo de Opium, otra de las grandes canciones que marcaron sus primeros años. El disco Irreligious cobró el protagonismo en la recta final con Awake! y una potente Mephisto. Moonspell dejó constancia de su amplitud de estilos al virar hacia el folk con Ataegina antes de encarar la recta final con Full Moon Madness.
Perfectamente dividida en dos partes, Moonspell realizó una soberbia actuación dejando patente su clase y, sobre todo, su profesionalidad. Realizaron el mismo concierto para dos centenares de personas que el que hubieran hecho ante una sala a reventar, lo que multiplica su mérito. Los aficionados alternaron la atención con la que escucharon la historia de 1755 con la pasión con la que vivieron los clásicos pretéritos de la banda portuguesa.
MOONSPELL
BIZARRA LOCOMOTIVA
NORUNDA
