SONATA ARCTICA
STRIKER
TRIOSPHERE
Sala Tótem, Villava (Navarra)
9 de marzo de 2017
Los finlandeses Sonata Arctica cerraron anoche en Villava (Navarra) su gira peninsular para presentar su última obra de estudio, The Ninth Hour. Completaban una terna muy variopinta que iniciaron los noruegos Triosphere y calentaron los canadienses Striker. A pesar del desangelado ambiente inicial, la sala Tótem consiguió albergar una entrada aceptable teniendo en cuenta que se trataba de un día entre semana, lo que restó de forma notable la presencia de los aficionados de provincias limítrofes.
En Villava los primeros en salir fueron Triosphere un cuarteto de heavy/power metal progresivo de Noruega que sigue la senda que abrieron otras bandas de su país en el pasado, como Conception o Communic. Liderados por la vocalista y bajista femenina Ida Haukland, los de Trondheim continúan presentando su tercer disco, The Heart Of The Matter, a pesar de que salió hace más de dos años.
En Villava Triosphere dejaron buenas sensaciones con una pareja de guitarristas muy sólida que marcaron el tempo del concierto con continuos cambios de ritmo y otorgando un papel estelar a Ida que sorprendió con su voz. Fueron claramente de menos a más ganándose a unos espectadores que en su gran mayoría no conocían nada de ellos. Destacaron temas como Steal Away The Light, Driven, Breathless o As I Call con una gran melodía de guitarra. Completaron su set de cuarenta minutos con Relentless y el single The Heart’s Dominion, ambas de su último disco.
Quizás se salían del guión de la gira, pero desde luego no pasaron desapercibidos. Striker llegaron desde Edmonton (Alberta, Canadá) para dar una lección clara y concisa de cómo interpretar heavy metal con actitud a raudales. Jóvenes e impetuosos, el quinteto llegaba con su nuevo disco homónimo bajo el brazo, dispuestos a no perder ni un minuto y a ganar a muchos fans. Y a buen seguro que lo consiguieron por cómo se fueron contagiando las primeras filas ante su entusiasmo.
Hilaban los temas sin un segundo de descanso, se afanaban en un continuo headbanging que compaginaban con poses de libro y mucha energía. Su potente heavy metal se anclaba en el hard rock de unos estribillos pegadizos y eficaces. Los temas se sucedían sin remisión; Former Glory, Locked In, Lethal Force, Phoenix Lights, Out For Blood, Born To Lose… No dieron tregua hasta prácticamente el final cuando presentaron Too Late antes de despedirse por todo lo alto con una declaración de intenciones: Fight For Your Life.
SONATA ARCTICA
La gira venía precedida por el noveno disco de Sonata Arctica, The Ninth Hour, un trabajo en el que los nórdicos han extendido una vez más los límites de su sonido. Su deriva notablemente más melódica ha recibido opiniones contrapuestas de una legión de seguidores habituada al camino experimental de una banda que sigue los designios de su líder, el vocalista Tony Kakko.
Poco queda de aquellos jóvenes barbilampiños devotos del power metal melódico de corte europeo, y apadrinados por Stratovarius, que emergieron al filo de los siglos XX y XXI. Tan solo permanecen dos de los componentes de la primera época, Tony Kakko y el batería Tommy Portimo, y su estilo dista años luz de aquel power desenfrenado con el que se hicieron un hueco en la escena.
En su nueva obra conceptual los finlandeses han confrontado la naturaleza y la tecnología, alertando de los peligros del uso que los humanos hacemos de ambas. Dependiendo de las decisiones que se tomen la Tierra se debatirá entre una distopía o una utopía.
Con un escenario adornado por telones relacionados con el nuevo disco, los de Kemi salieron minutos después de las nueve y media al son de una intro que desembocó en Closer To An Animal, el tema que precisamente abre The Ninth Hour. Desde los primeros compases del show queda patente que Tony Kakko asume totalmente el control de la actuación. Al contrario que se había visto con Striker, el papel del resto de componentes de Sonata Arctica se ciñe casi en exclusiva a tocar mientras Kakko es un intérprete en el más amplio sentido de la palabra. Es un actor que canta, que estudia sus movimientos al máximo y que no deja prácticamente nada al azar.
Con el nuevo tema Life incrementaron el ritmo, paso previo a The Wolves Die Young, perteneciente a su anterior trabajo (Pariah’s Child) y que se llevó la primera ovación de una audiencia en la que abundaban seguidores muy jóvenes en las primeras filas. Anclado en un pie de micro que se iluminaba, Kakko se mostraba histriónico hasta lo más insospechado. Desde el principio de su carrera siempre intentó buscar una personalidad, que guste o no, ha conseguido alcanzar. Ni se viste ni se peina y ni mucho menos actúa como los demás.
Tras In Black And White del Unia, Kakko se sentó para interpretar Tallulah, la balada del Silence, completando una de las fases más melódicas del show ante un público más expectante que animado. Comenzaron a revertir la situación con la más movida Fairytale y sobre todo con FullMoon, que fue el punto de inflexión claro de la actuación. Los fans agradecieron ese recuerdo a su debut, Ecliptica, y comenzaron a compenetrarse más con los finlandeses.
Además de Kakko, el guitarrista Elias Viljanen también supo atraerse los focos hacia sí con un interpretación limpia, de escuela clásica y sobresaliente ejecución. Cuando ya habían conseguido calentar los ánimos tras la nueva Among The Shooting Stars, abandonaron la escena al ritmo de una intro que dio paso a Abandoned, Pleased, Brainwashed, Exploited, un recuerdo a su tercer disco, Winterheart’s Guild. Sobresalía la pegada de Tommy Portimo mientras Henrik Klingenberg alternaba su teclado móvil con el fijo y con los coros. El bajista Pasi Kauppinen ocupaba un segundo plano que en ocasiones rompía al acercarse al filo del escenario compaginando movimientos con Viljanen. En la actuación de Sonata Actica todo estaba perfectamente estudiado.
We Are What We Are rebajó el ambiente, paso prevo a la inclusión de The Power Of One, un tema del Silence de más de once minutos, precedido por un espectacular solo de Viljanen. Los nórdicos no escatimaron en coros y ambientes pregrabados para redondear el sonido que conseguían en escena.
Llevaban una hora y ocho minutos cuando volvieron a dejar el escenario antes de los bises. Kakko realizó una extensa soflama a favor de la música en vivo agradeciendo a los presentes que compren entradas de conciertos. También tuvo tiempo para quejarse de la foto de la banda que se proyectaba en las pantallas de la sala porque era antigua e incluso aparecía el anterior bajista.
Apostaron por un tema potente de entrada, Misplaced del Reckoning Night, contrapuesto al más melódico I Have A Right. Ya solo quedaba tiempo para Don’t Say A Word, uno de los mayores emblemas de la banda, que culminaron con la peculiar outro de Vodka y con Kakko haciendo cantar a toda la sala.
El concierto de Sonata Arctica tuvo sus fases como la poliédrica música de la banda finlandesa, capaz de alternar momentos más insípidos con otros ciertamente estimulantes. Musicalmente no se puede poner peros a una banda que apuesta por una constante evolución y que ya ha cumplido dos décadas en un panorama metálico continental en el que siguen muy bien posicionados.
SONATA ARCTICA SETLIST
Closer Too An Animal
Life
The Wolves Die Young
In Black And White
Tallulah
Fairytale
FullMoon
Among The Shooting Stars
-No More Silence
Abandoned, Pleased, Brainwashed, Exploited
We Are What We Are
The Power Of One
Misplaced
I Have A Right
Don’t Say A Word
-Vodka (outro)
TRIOSPHERE
STRIKER
Foto de ambiente publicada por Sonata Arctica
