BLACK STAR RIDERS
Heavy Fire
Nuclear Blast
Fecha de salida: 3 de febrero de 2017
En la actual escena del rock inundada por giras de despedida, muchas de ellas falsas, conmemoraciones de discos, bandas tributos y demás inventos para subsistir o beneficiarse de épocas pasadas, el caso de Black Star Riders, sin embargo, es uno de los mayores ejemplos de honestidad en toda la grandeza de la palabra. Como demostraron el año pasado cuando giraron por el mundo reviviendo el nombre de Thin Lizzy, son más que dignos herederos y bien podrían haberse beneficiado de la leyenda de Phil Lynott para editar sus discos de estudio.
Llegado el momento en 2012 de crear nuevo material tomaron la loable decisión de cambiarse el nombre por el de Black Star Riders, una espada de dos filos que por un lado era un suicidio comercial y, por otro, un acto de valentía, confianza y dignidad. Valores de los que no todos los músicos pueden presumir.
Tras dos discos de estudio; All Hell Breaks Loose (2013) y The Killer Instinct (2015), Black Star Riders confirma su vigencia con un tercer y sobresaliente lanzamiento; Heavy Fire. La banda encabezada por el guitarrista californiano Scott Gorham, uno de los pilares de Thin Lizzy, y el vocalista y guitarrista Ricky Warwick (The Almighty), vuelve a dar con la fórmula precisa para elaborar un hard rock de altura que sigue fiel a la tradición que popularizó Thin Lizzy en los años setenta y comienzos de los ochenta.
Grabado en los Rock Falcon Studio de Franklin (Tennessee, Estados Unidos) con el productor Nick Raskulinecz (Foo Fighters, Deftones, Rush), Heavy Fire vuelve a incidir en la importancia de una banda en su conjunto donde todos aportan. Además de Gorham y Warwick, hay que poner en valor al guitarrista Damon Johnson, activo en la composición, al bajista Robbie Crane y al batería Jimmy DeGrasso.
Riffs cortantes, melodías dobladas y la voz de un Warwick que transmite el espíritu de Lynott se unen en el enérgico tema de entrada; el homónimo Heavy Fire. Directo y crudos, así suenan estos herederos de Thin Lizzy como demuestran en When The Night Comes In, una canción de tres minutos que bien podría ser todo un hit.
Hard rock y rock ‘n’ roll con una vitalidad plena es lo que destilan en Dancing With The Wrong Girl. Black Star Riders tratan la problemática que genera el abuso de las armas en Estados Unidos en Who Rides The Tiger, todo un trallazo de hard rock. Buscan la influencia de Van Morrison en la más melódica Cold War Love para recuperar la potencia con la directa Testify Or Say Goodbye. Una conversación con un sintecho veterano de la guerra de Vietnam fue la inspiración para Thinking About You Could Get Me Killed, otro ejemplo de potente hard rock cuajado de extraordinarias guitarras. Una tendencia que se repite en todo el disco. Cierran este trabajo con la intensa True Blue Kid, y las pegadizas Ticket To Rise y Letting Go Of Me.
Pocas bandas de hard rock gozan de tanta vigencia como Black Star Riders en esta segunda década del siglo. Tres discos de gran calidad y unos directos espectaculares avalan a músicos con currículos enormes entre los que destaca un Scott Gorham, que es toda una leyenda del hard rock.
