Black Star Riders inundaron anoche la sala Stage Live de Bilbao con el imborrable legado de Thin Lizzy, la banda de la que son dignos herederos. Además, demostraron su fe inquebrantable en el nuevo material que les animó hace tres años a intercambiar el nombre de Thin Lizzy por el de Black Star Riders. En total tocaron una docena de temas de los dos discos que tienen en el mercado; All Hell Breaks Loose (2013) y The Killer Instinct (2015). El conjunto liderado por Scott Gorham y Ricky Warwick realizó un intenso concierto de hora y media, en la que no dieron ni un segundo de tregua, que redondearon con siete clásicos del mítico grupo que lideró Phil Lynott.
Cuando las bandas tributo florecen sin control intentando sacar partido de la nostalgia, hay que valorar sobremanera la valiente decisión de Black Star Riders por apostar por un destino propio sin aprovecharse del nombre de Thin Lizzy. Y eso que ellos eran dignos sucesores por el simple hecho de que en la banda milita el guitarrista Scott Gorham, uno de los pilares que sostuvo el éxito del legendario grupo irlandés liderado por Phil Lynott. Es evidente que esa apuesta les resta mucho público, como se vio en la sala Stage Live, que presentó una entrada bastante pobre.
El concierto de Black Star Riders en Bilbao fue un auténtico ciclón, bien guiado por un frontman de altura; Ricky Warwick (ex The Almighty), que se sumó como tercer guitarrista en varias canciones y que lideró a una banda que enlazaba los temas sin ningún tipo de recesos. La magia de la guitarra de Scott Gorham es un verdadero lujo para los seguidores del hard rock, un auténtico privilegio poder disfrutar con uno de los grandes músicos de los setenta que mantiene un estado de forma espectacular.
Scott hizo pareja con Damon Johnson, el otro guitarrista, y parte fundamental en la composición de los temas. La base rítmica también estaba formada por dos músicos clásicos de la escena americana: el batería Jimmy DeGrasso (Y&T, Megadeth, White Lion…) y el bajista Robbie Crane (Vince Neil Band, Ratt…).
Evidentemente la mayor ovación fue para los temas de Thin Lizzy; Jailbreak, Are You Ready, Waiting For An Alibi, The Boys Are Back In Town y Emerald. Cerraron con dos clásicos que aunque no los compuso la banda de Lynott, sí que los popularizó: Rosalie y Whiskey In The Jar, tras haber dado un concierto de hard rock sobresaliente.
Con anterioridad habían pisado las tablas dos bandas desconocidas para la mayoría de los fans. En primer lugar salieron The Weyers; un curioso dúo de Zurich (Suiza), formado por un guitarrista/cantante y un batería. Sorprendieron con un rock imposible de encasillar y una propuesta difícil de asimilar para los seguidores de Black Star Riders.
Los segundos teloneros fueron los griegos 4Bitten, encabezados por la vocalista Fofi Roussos, quienes dejaron buenos detalles más comprensibles para los asistentes, entre los que destacó precisamente la voz de Roussos.
En breve crónica completa del concierto de Black Star Riders, The Weyers y 4Bitten en METAL JOURNAL
THE WEYERS
4BITTEN
