BLACK STONE CHERRY
MONSTER TRUCK
Sala Santana 27, Bilbao
1 de diciembre de 2018
Lo de anoche bien podría haber sucedido en un garito perdido en alguna carretera de la América profunda. El taconeo de unas botas camperas que se acerca por un aparcamiento hacia un local en el que retumba la música de directo y en el que se proyecta un crisol de luces. Se abre la puerta y allí están ellos; Black Stone Cherry.
Aunque un polígono industrial ubicado en las afueras de Bilbao no tenga a priori el encanto de un local de carretera en Estados Unidos, las sensaciones que se vivieron ayer seguro que son parecidas. Desde Edmonton, Kentucky, venían Black Stone Cherry, una banda que ellos mismos aseguran sentirse cómodos con la etiqueta de ‘southern blues rock and roll’ y que llegaba hasta la sala Santana 27, después de haber actuado en Barcelona y Madrid, para presentar su sexto disco de estudio, Family Tree.
Abrieron al ritmo del nuevo tema Burnin’ orbitando en torno a la figura de Chris Robertson, vocalista y guitarrista solista. Si duda el pilar sobre el que se asienta la banda. Si el criterio musical más sólido corre por su cuenta, el espectáculo es patrimonio del hiperactivo guitarrista Ben Wells, que lo mismo lanzaba patadas voladoras que correteaba por el escenario, y del contundente y efectista batería John Fred Young. Completa la formación el bajista Jonn Lawhon que prefiere desarrollar una puesta en escena más pausada.
Rebuscaron es su catálogo anterior con temas como Me And Mary Jane o Maybe Someday como preludio a otra canción de Family Tree: Bad Habit. La energía de Like I Roll contrastó con la melodía de la balada My Last Breath. Fue en Cheaper To Drink Alone donde dieron rienda suelta a una larga jam instrumental en la que insertaron el Purple Haze de Jimi Hendrix.
Black Stone Cherry ondearon su herencia americana con una fuerte influencia del rock sureño de los clásicos estandartes del género, pero actualizada y proyectada hacia el nuevo milenio. En su ADN tampoco falta el rock and roll y el blues, todo ello bien presentado por la voz pasional de un Chris Robertson que también sobresalió como un extraordinario guitarrista. Y mientras tanto Ben Wells y John Fred Young seguían a lo suyo; dando todo un recital de entrega y aportando pura adrenalina a la actuación. El viento sur que insuflaba su música había elevado la temperatura en una sala en la que los fans se sumaban a la fiesta cantando los temas.
En lugar de Soulcreek, en Bilbao apostaron por Hell And High Water antes de esgrimir su vena soul en recuerdo a James Brown. Con Things My Father Said realizaron un emotivo canto a un padre fallecido que sirvió para el lucimiento de Robertson. En Ain’t Nobody volvieron a extenderse en el apartado instrumental y hasta pidieron que se separara la audiencia para que pudieran bailar unas chicas. Después solicitaron que todos los fans bailaran al unísono.
Encadenaron In My Blood con Blind Man, sin duda una de las canciones mejor recibidas por los fans de Bilbao, y desembocaron en un llamativo solo de batería a cargo de John Fred Young. Tiraron del clásico de Willie Dixon, I’m Your Hoochie Coochie Man, para marcarse un nueva exhibición instrumental de blues y rock and roll, intensa para sus acérrimos y excesiva para otros espectadores.
Ya en la parte final apretaron el acelerador enlazando temas sin descanso; Lonely Train, Blame It On The Boom Boom y White Trash Millionaire. Ya solo quedaba tiempo para uno más, que fue el que precisamente titula su último trabajo; Family Tree, y que sirvió de antesala a la despedida de sus fans.
Pero los seguidores no estaban dispuestos a claudicar tan rápido. Chris Robertson y Ben Wells volvieron a escena para comenzar mano a mano la interpretación del himno Peace Is Free, apoyados por los fans. El resto de la banda se unió a ellos para culminar el concierto por todo lo alto y completar la friolera de más de una hora y cincuenta minutos sobre el escenario.
Cerca de dos horas de una banda que supo aunar criterio musical con espectáculo y que dejó una buena muestra de su clase. Rock and roll y adrenalina se dieron la mano en la propuesta de unos Black Stone Cherry que salieron más que airosos tras su paso por Bilbao.
Pero antes había actuado otro grupo más que interesante. Desde Hamilton (Ontario, Canadá) llegaba Monster Truck, un conjunto que prácticamente ha desarrollado toda su carrera en la última década y que ya tiene tres discos en su haber. Acentuaron los efectos salvadores del rock and roll con Why Are You Not Rocking y prosiguieron con dos declaraciones de intenciones; True Rocker, el título de su nuevo disco, y Don’t Tell Me How To Live.
La música del cuarteto Monster Truck también bebe del southern rock, pero en su catálogo pesan mucho las influencias heavies y stoner que han absorbido de Black Sabbath con riffs que homenajean al maestro Tony Iommi. El peso de la actuación recae en el bajista y vocalista principal; Jon Harvey.
Tras Old Train optaron por dos canciones nuevas, Evolution y Denim Danger. Con esta última consiguieron una de las mayores ovaciones de la noche. Cambiaron de registro para revivir el blues en una extensa y emotiva pieza; For The Sun, en la que también llamaron la atención los riffs heavies a lo Black Sabbath.
Tras otro tema nuevo, Devil Don’t Care, decidieron poner el punto final a su concierto de Bilbao con dos canciones de su debut; Furiosity: Sweet Mountain River y The Lion. Tuvieron 45 minutos para refrendar las buenas expectativas que ya ha generado su corta pero fructífera andadura.
MONSTER TRUCK SETLIST
Why Are You Not Rocking?
True Rocker
Don’t Tell Me How To Live
Old Train
Evolution
Denim Danger
For The Sun
Devil Don’t Care
Sweet Mountain River
The Lion
BLACK STONE CHERRY SETLIST
Burnin’
Me And Mary Jane
Maybe Someday
Bad Habit
Like I Roll
My Last Breath
Cheaper To Drink Alone
Hell And High Water
James Brown
Things My Father Said
Ain’t Nobody
In My Blood
Blnd Man
Solo de batería
I’m Your Hoochie Coochie Man
Lonely Train
Blame It On The Boom Boom
White Trash Millionaire
Family Tree
Peace Is Free
BLACK STONE CHERRY
MONSTER TRUCK
