Hoy hace justo 10 años el mundo de la música se estremeció sobremanera. Y el epicentro de aquella convulsión fijó el foco en Estepona (Málaga). Y más concretamente en el lujoso Kempinski Hotel Bahía. En una de sus habitaciones se encontró muerto a Gary Moore, quien lamentablemente había fallecido mientras dormía. La guitarra del icónico músico de Belfast se quedaba congelada, como el corazón de sus fans, cuando tan solo contaba con 58 años. La causa de su muerte se achacó a un ataque al corazón.
De esta forma se quebraba una prolija carrera que había florecido a lo largo de más de cuatro décadas. Estandarte del rock, blues y el jazz rock durante los setenta con grandes vínculos con los Thin Lizzy de Phil Lynott, durante los ochenta llegó a movilizar a las hordas del hard & heavy al son de algunos de los grandes trabajos del género. Al filo de los noventa dio un giro radical abrazando sus raíces blues y dotándolas de un sello muy personal. Estilos dispares que tenían un denominador común: la enorme calidad de un músico en mayúsculas; guitarrista sin rival y extraordinario vocalista y compositor.
Gary nació en Belfast (Irlanda del Norte) el 4 de abril de 1952. Elvis Presley, The Beatles, Jimi Hendrix, Jon Mayall’s Bluesbrakers, Eric Clapton y, sobre todo, la enorme influencia de Peter Green moldearon sus preferencias. Sus primeros pasos profesionales los dio en Dublín después de dejar su Belfast natal. Allí formó parte de Skid Row, donde coincidió con Phil Lynott. Ambos músicos mantuvieron un vínculo que se mantendría hasta la muerte de Phil en 1986. De hecho, una vez que ambos dejaron Skid Row, Gary Moore se unió en diferentes ocasiones a Thin Lizzy durante los años setenta llegando a grabar el disco Black Rose: A Rock Legend, además de diversas colaboraciones.
En los setenta fijó las bases de su carrera en solitario y también se integró en la banda Colosseum II. Su gran baza personal llegó con el disco Back On The Streets en 1978 que contaba con uno de sus grandes emblemas: el tema Parisienne Walkways en el que contó con la colaboración del propio Lynott. Aquella fue la mecha del despegue de una carrera en solitario que defendió hasta su muerte.
Durante los años ochenta Gary Moore estableció una trayectoria que le subió al olimpo del hard & heavy luciendo además influencias dispares, desde el rock melódico hasta toques celtas, folk, blues… Cada disco era una obra maestra: Corridors Of Power, Victims Of The Future, Run For Cover, Wild Frontier, After The War…
Fue a finales de los ochenta y a comienzos de los 90 cuando viró diametralmente su objetivo musical. Redefinió el blues que tanto le había influenciado y obtuvo el mayor de sus éxitos con discos como Still Got The Blues y After Hours llegando a colaborar con los más grandes del género. Siguiendo su carácter inquieto, durante esa década volvió a experimentar con la música, además de fundar BBM junto con Ginger Baker y Jack Bruce.
Entrado el nuevo siglo Gary Moore continuó apostando decididamente por el blues durante toda la década editando discos de forma periódica, aunque sin dejar de buscar caminos diferentes como demostró en aquella aventura llamada Scars. Su último disco, Bad For You Baby, salió a la venta en 2008. Durante 2010 fijó su objetivo de vuelta en sus años más rockeros de los ochenta, aunque lamentablemente no lo pudo materializar en el estudio. Tristemente su sobresaliente carrera se quebró aquel fatídico amanecer del 6 de febrero de 2011. Una muerte que no impedirá que su guitarra y su voz sigan sonando plenas de sentimiento y vida toda una década después.
Gary Moore – 4 de abril de 1952 – 6 de febrero de 2011
