Dimmu Borgir llegaba a Rock Fest Barcelona en una de sus primeras actuaciones después de varios años de un silencio que rompieron hace unos meses con la edición del disco Eonian, su primer lanzamiento de estudio en ocho años. Por lo tanto no extrañó la expectación que generaron a pesar de estar incrustados en un cartel con muy pocas bandas de metal extremo.
Los noruegos plantearon su black metal sinfónico en una cuidada escena en la que no faltaron antorchas, humos, fuegos y demás parafernalia oscura. El atrezzo también incluía unas cuidadas vestimentas y toda una iconografía que redondearon con un sonido que envolvió con fuerza la noche de Can Zam.
Liderados por un altivo Shagrath, lo de Oslo centraron buena parte de su concierto en el material de sus últimos discos; Eonian, In Sorte Diaboli y Abrahadabra. Envuelto en una neblina Shagrath se mantuvo firme en el liderazgo de una banda que ha recuperado de un plumazo su puesto en la cúpula del black metal escandinavo.
Para la recta final dejaron algunos de sus temas más reconocibles, Progenies Of The Great Apocalypse y Mourning Palace, con los que completaron una intensa hora de black metal sinfónico.
