DREAM THEATER
Forum di Assago (Unipol Forum Assago), Milán (Italia)
25 de octubre de 2024
Texto y fotos: Pedro Alonso
La gira de 40 aniversario de Dream Theater celebró ayer su cuarto concierto, tras su paso por Londres, Berlín y Colonia. La cita fue en el Forum di Assago (Unipol Forum Assago) en Milán (Italia), que presentaba una entrada sobresaliente, aunque faltó un poco para alcanzar el lleno. Fue el primero de los dos conciertos en el país transalpino, que siempre ha mantenido un idilio especial con la banda progresiva neoyorquina. Hoy completarán su periplo italiano en Roma.
El atasco previo en los accesos al pabellón de Assago, la casa del equipo de baloncesto Olimpia Milano, daba una primera impresión de la magnitud del espectáculo que se avecinaba. Los miles de espectadores que iban llenando el recinto se apresuraron a llegar a tiempo a una cita fijada a las ocho de la tarde. Un enorme telón aumentaba la expectación para ver a unos Dream Theater que llegaban a Milán con su hijo pródigo; el batería Mike Portnoy, ausente de sus filas desde 2010 a 2023.
El telón se desprendió antes de lo previsto y el concierto comenzó cuando todavía faltaban cuatro minutos para las ocho. Los estadounidenses cumplieron su promesa de realizar un espectáculo ‘An Evening With…’ (Una noche con…) en el que no se podía entrometer ninguna banda telonera. Todo el protagonismo tenía que recaer en ellos en una gira verdaderamente especial.
El comienzo del concierto fue toda una orgía musical en la que enlazaron piezas como Metropolis Pt. 1: The Miracle And The Sleeper, Act I: Scene Two: I. Overture 1928 y Act I: Scene Two: II. Strange Déjà Vu ante una audiencia que se mostraba muy receptiva y en la que se podían ver veinteañeros y treintañeros, aficionados que no habían nacido cuando germinó la semilla de Dream Theater.
Una ovación recorrió el pabellón en cuanto arrancó The Mirror, el único recuerdo a Awake, un álbum apreciado por los seguidores más veteranos. Lo sucedieron con Panic Attack, Barstool Warrior y con uno de los grandes momentos cumbre de todo el concierto. Fue la emotiva Hollow Years, donde la magia de John Petrucci emergió hasta un grado superlativo desatando una cascada de emociones entre los espectadores.
¿Es posible sobresalir dentro de un grupo de instrumentistas que son todos matrícula de honor? Pues sí, se puede y John Petrucci lo dejó muy claro anoche en Milán. Su interpretación estelar fue una constante durante todo el show de Dream Theater y el eco de su guitarra perduró mucho más allá de las paredes del Forum di Assago. Un músico fuera de categoría que por sí solo valdría para que todo mereciera la pena.
La intensa emoción de Hollow Years contrastó con la apuesta más heavy de Constant Motion y la psicodelia que transmitían las pantallas centrales que presidían el escenario. Las otras dos laterales recreaban las imágenes de los músicos. Había llegado otro momento importante al pabellón milanés. As I Am se erigió como otra de las grandes canciones de los neoyorquinos, tal como reflejó la respuesta del público. En ese momento concluyó el primer acto que había durado exactamente una hora y doce minutos.
Se pudieron sacar ya muchas conclusiones en un tiempo en el que otras bandas completan sus actuaciones. Tras haber destacado previamente la grandeza de John Petrucci, habría que fijar los focos en el hijo pródigo retornado. Mike Portnoy, que lucía un kit de batería descomunal, exhibió su impecable estilo habitual, se levantaba con asiduidad buscando la complicidad de los fans y parecía muy satisfecho de haber vuelto a la que fue su casa durante tanto tiempo. Sin embargo, como punto negativo cabe destacar que el sonido de su batería quedó demasiado opacado por la guitarra, el teclado y el bajo. Faltó el volumen que requería la contundencia de todo un Mike Portnoy.
John Myung, clavado en uno de los laterales, exhibió su impecable técnica al bajo con un sonido, que a diferencia del de Pornoy sí fue dominante. Jordan Rudess, por su parte, volvió a dictar sentencia domando a su teclado giratorio y congeniando con Petrucci a la perfección. Y, como no podía ser de otra manera, el miembro más cuestionado: el vocalista James LaBrie, que se ausentaba del escenario en la infinidad de partes instrumentales para volver a la carrera cuando su micrófono así lo exigía.
A LaBrie ha habido fans que han llegado a pedir su cabeza. Aunque su trabajo en estudio es pura esencia del sonido de Dream Theater, sus directos en ocasiones y por diversos motivos no han estado a la altura. Anoche en Milán le costó engrasar en el inicio, pero posteriormente su voz sonó mejor de la esperado y luciendo diferentes matices, aunque le costara mucho alcanzar los tonos más exigentes de la banda americana.
Tras un descanso de 20 minutos, los de Nueva York volvieron a escena al ritmo de Night Terror, el primer adelanto del que será su nuevo disco de estudio, Parasomnia, que saldrá el año que viene. En Milán quedó claro que sus seguidores han aceptado de muy buen grado la nueva propuesta de Dream Theater. “Estamos jodidamente encantados con este nuevo disco que saldrá en 2025”, manifestó LaBrie.
Su vena más melódica emergió con This is The Life, paso previo a otro de los temas más aclamados; Under A Glass Moon, un nuevo recuerdo a Images And Words, el disco que disparó la popularidad de la banda en el ya lejano 1992. Otra nueva exhibición de la capacidad técnica de los cuatro instrumentistas. LaBrie fue protagonista en Vacant, como anticipo a todo un viaje astral en Stream Of Consciousness que evidenció claramente la esencia de Dream Theater. Y cuando parecía que el sumun ya se había alcanzado, Jordan Rudess dio inicio a Octavarium, toda una epopeya que incentivó que afloraran los sentimientos de los fans.
De este modo se llegó al final de la segunda parte que duró una hora y tres minutos. Tras un breve receso volvieron a escena con Act II: Scene Six: Home, otras de las canciones que mejor recepción obtuvo por parte de los espectadores. La tensión in crescendo de Act II: Scene Eight: The Spirit Carries On caló y emocionó a la audiencia con su mensaje trascendente. Ya solo quedaba el que para muchos siempre será su mejor estandarte; Pull Me Under, una joya que fue para numerosos fans la puerta de entrada a la banda.
La actuación concluyó a las once y un minuto con los cinco músicos saludando de forma efusiva al público milanés. Habían completado un concierto de aniversario de un total de tres horas y cinco minutos, a los que había que descontar los 20 minutos de descanso. Independientemente de preferencias personales, en esta gira se está produciendo una aceptación mayoritaria de la elección del repertorio que han seleccionado los músicos.
El de ayer fue un nuevo anticipo al show que Dream Theater ofrecerá en España el próximo mes. Tocarán en la Cubierta de Leganés el 17 de noviembre. Sus fans, también numerosos en España, tienen desde hace mucho tiempo apuntada esa fecha en rojo.
SETLIST – DREAM THEATER – MILÁN
Act I
Prelude (Bernard Herrmann song) (Psycho Main Title)
Metropolis Pt. 1: The Miracle And The Sleeper
Act I: Scene Two: I. Overture 1928
Act I: Scene Two: II. Strange Déjà Vu
The Mirror (with ‘Lie’ solo outro)
Panic Attack
Barstool Warrior
Hollow Years (’96 demo version)
Constant Motion
As I Am
Dance of the Dream Man (Angelo Badalamenti & David Lynch song)
(20 minutos de descanso)
Act II
Night Terror
This Is The Life
Under A Glass Moon
Vacant
Stream Of Consciousness
Octavarium
Encore:
Act II: Scene Six: Home
Act II: Scene Eight: The Spirit Carries On
Pull Me Under
Singin’ In the Rain (Arthur Freed & Nacio Herb Brown song)