HAMMER HEAVY METAL PUB – BURGOS
EL PUB HAMMER, UNA ATALAYA HEAVY JUNTO A LA CATEDRAL DE BURGOS
Hasta hace relativamente poco, Burgos era simplemente una de las paradas obligatorias para conocer uno de los enclaves fundamentales tanto histórico como cultural de Castilla Y León. Su epicentro y mayor atractivo es la impresionante Catedral gótica de Santa María, fechada en el siglo XIII, sin duda uno de los reclamos turísticos más importantes de la provincia.
Sin embargo, la interminable recesión económica ha llevado a esta apacible ciudad a copar titulares de prensa por motivos muy distintos. Los incidentes del barrio Gamonal han demostrado la enorme fractura que existe entre la ciudadanía y sus representantes políticos.
Y en medio de esta crisis, el joven emprendedor David Herrera se lanzó a la aventura de inaugurar un pub de heavy metal sin miedo a estos tiempos procelosos. El Hammer, precisamente ubicado en una privilegiada atalaya junto a la Catedral de Burgos, ya ha cumplido tres años y se ha convertido en un referente tanto para los heavies locales como para los foráneos que se acercan a Burgos.
“Tengo 27 años, pero ya dispongo de una larga experiencia en hostelería. Antes de abrir el Hammer comencé a desarrollarme profesionalmente en grandes bares de Burgos y Zaragoza dentro del mundo del heavy. Conmigo trabaja Ana, de 24 años, que se inició en la hostelería en este pub hace ahora un par de años. Los dos formamos el equipo básico del Hammer, aunque a veces sorprendemos a nuestros clientes y amigos con buenas incorporaciones”. Así presenta el propietario del Hammer, David Herrera, a la cúspide de la plantilla que lleva las riendas de este pub burgalés.
La elección del nombre del local tiene dos vertientes que confluyen en un mismo punto: Hammer. “Es corto, potente y representa la dureza del heavy metal haciendo un guiño a la cultura nórdica. La idea partió del disco ‘Sign Of The Hammer’, de Manowar, mi banda favorita. Todo encaja para representar lo que quería llevar a cabo”.
Recién cumplido el tercer aniversario del pub y pasados los primeros 1.000 días de vida, es tiempo de hacer balance. “Es complicado de resumir, este recorrido está lleno de personas, experiencias y momentos. El primer año fue una lucha constante por transmitir a la gente lo que podíamos dar, para acostumbrarles a que vinieran ya que estaba un poco a desmano de los entonces otros dos bares heavies. Una vez conseguido este objetivo inicial seguimos trabajando, mejorando y conociendo gente. Siempre hay metas que alcanzar. Nos encanta sorprender a nuestra clientela y romper la monotonía haciendo cosas diferentes. Nuestras propuestas cada vez son más populares e incluso traspasan los límites de la provincia y de la comunidad autónoma. La familia Hammer está en constante crecimiento y no queremos parar de conocer a nuevos ‘hammerians’, como nos gusta llamar a nuestros clientes”, rubrica Herrera.
Uno de los mayores atractivos del Hammer es su ubicación. “Está en la calle Fernán González, que es Camino De Santiago, en pleno casco histórico. Probablemente tengamos una de las vistas más privilegiadas de España, ya que desde la puerta divisamos una bellísima perspectiva de la Catedral de Burgos. Es un punto estratégico para tomar fotos de la misma. Además, está en la zona de copas y a un minuto de la zona de tapeo. ¡El Hammer siempre está dentro del plan!”, sentencia David.
Aunque es un pub pequeño, con un aforo de unas 55 personas, el gerente lo ve más como una virtud que como un defecto. “Conseguimos tener ambiente rápidamente, algo que hace que sea un lugar más familiar y agradable. Y cuando se va a escuchar música a un sitio tan definido, siempre hay algo de lo que hablar tanto con los que están dentro como fuera de la barra”. El Hammer dispone de dos espacios separados por una columna y un par de escalones. En el primero, nada más entrar, se encuentra la barra. El otro cuenta con un banco y una mesa para acomodarse.
David confiesa que la decoración del local se ha ido haciendo de forma paulatina. “Tenemos el logotipo del bar a gran tamaño en la pared principal, banderas piratas y de bandas (Manowar), martillos, escudos, fotos de la gente, calaveras… No he apostado por recargarlo con dibujos, prefiero los carteles de conciertos y festivales de la provincia. En cuanto a colores, predomina el gris, el negro y el rojo. ¡Muy heavy!”
Aunque en alguna ocasión David ha delegado en amigos de confianza, el que pincha la música en el Hammer es él. “Es un bar heavy y apostamos por el metal. No ponemos rock, ni rock español, ni Nu-metal ni cosas que se salgan del metal más puro. La base es el heavy y el speed metal: Judas Priest, Queensrÿche, Riot, Accept… También apostamos por bandas más nuevas, como Striker, Crystal Viper… Lo que predomina es el heavy clásico (Iron Maiden, W.A.S.P….), el viking metal (Ensiferum, Amon Amarth, Tyr, Wintersun, Turisas…), el power metal (Hammerfall, Gamma Ray, Helloween, Sabaton, Dream Evil, Firewind, Kamelot, Nightwish, Epica, Amaranthe…), el epic metal (himnazos de Manowar…), el thrash (Megadeth, Testament, Overkill, Anthrax, Angelus Apatrida, Crisix, Metallica, Slayer, Kreator…) y el death melódico. El death me cuesta un poco más, y el black suena muy poco, he de ser sincero”, confiesa David.
El hard rock también es protagonista en las noches burgalesas. “Hacemos sesiones, y tratamos de volver a finales de los ochenta y principios de los noventa con bandas como Skid Row, Hardline, Firehouse, Bon Jovi, Jaded Heart, Vixen… sin olvidarnos de los grupos más actuales como Eclipse o H.E.A.T. (los suecos están que lo rompen)”.
Como en todo negocio, la clientela es la base de la pirámide. “La nuestra es muy plural. Tenemos a los nuevos heavies que empiezan a salir y descubrir este mundo y también a los más clásicos. Es bonito ver a todos juntos, y tanto a unos como a los otros les proporciona esperanza de que todo esto siga y no muera. También tenemos mucha suerte de contar con clientes de otros lugares, a veces tan lejanos como Barcelona. En general nos visitan del norte de España, de ciudades y comunidades como Zaragoza, Vitoria, Bilbao, San Sebastián, Palencia, Segovia, Valladolid, León, Soria, La Rioja, Asturias, Cantabria… También vienen de Madrid y tenemos algún fanático sevillano. ¡Verdaderos hammerians que nos hacen seguir luchando como el primer día! Asimismo, contamos con un gran público universitario. Los jueves se montan buenas fiestas gracias a la gente que viene a vernos y darle caña a los chupitos”.
El Hammer está abierto de miércoles a sábado. “En Burgos los pubs podemos estar los viernes y los sábados hasta las 4.30 de la mañana. Solemos abrir a la 22.00 horas, menos los miércoles que abrimos a las 20.00. En Navidades y verano tenemos media hora más, algo que se agradece mucho. Y en Nochevieja y el día grande de las fiestas de la ciudad (29 de junio) tenemos hora libre, lo que aprovechamos para descargar heavy metal hasta el amanecer”.
Junto con la música, otro de los atractivos del Hammer es su amplio abanico de bebidas. “Nuestro problema, que para algunos es una virtud, es que nos encanta tener de todo. Contamos con unas 25 cervezas diferentes, la gran mayoría de importación (Bélgica, Holanda, Alemania, Irlanda…). Disponemos de ginebras, una gran variedad de whiskies, diferentes tipos de ron y vodka… Asimismo, contamos con otros licores, como orujos, pacharán, cremas de licor…”
Una de las peculiaridades del Hammer es el hidromiel. “Es una bebida que hacemos nosotros mismos, no es hidromiel fermentada original. La llamé de este modo porque buscamos que tenga el sabor y la graduación de la original, aunque hay muchas diferencias como la base de bebidas, la ausencia de gas… Vendemos muchísimo, porque está realmente buena y tiene buen precio. Se habla de nuestra receta secreta en multitud de foros”, explica David. “También disponemos de una extensa carta de chupitos, la mayoría creados por nosotros mismos, y alguno de influencia internacional, como el ‘vodka-pepinillo’, una receta rusa original. Se bebe también en otros países del este de Europa. Somos pioneros, de momento nadie nos ha copiado, así que perfecto”.
Tanto por las dimensiones del local como por la normativa vigente, de momento no hay conciertos en el Hammer. “Hay un proyecto que va a hacer caer la obsoleta ley que existía en la comunidad de Castilla Y León, que prohibía la música en directo en los bares. Cuando se haga efectivo, vamos a celebrarlo con un acústico de una de mis bandas, Silench Crew, y con una nueva agenda de acústicos e improvisaciones”.
Sin embargo, en el Hammer hay otras muchas actividades que amplían las miras de la empresa. “Hemos empezado a abrir los miércoles a las 20.00 horas para arrancar a la gente de su casa y darles una excusa: beber cerveza y hablar en inglés. Hemos organizado sesiones de prácticas en este idioma. El que quiera se puede comunicar en la lengua materna de los Judas Priest, todo ello apoyado por personas profesionales”.
Y como el verdadero objetivo de un pub es la diversión, en esta asignatura tienen todos los deberes bien hechos. “Entre los eventos especiales destacan las fiestas temáticas. Nos encanta disfrazarnos y pasarlo bien. Así que toda excusa es buena: Carnaval, Halloween… También celebramos el fin de semana cidiano (medieval), en verano hacemos una fiesta estival con vestimenta playera y cócteles. Asimismo, somos sede de un clan de recreación histórica escandinava (Reiser Nord), en la que contamos con vikingos, y también somos sede en efecto de la Asociación Burgos Heavy Metal”, detalla David.
El Hammer también dispone de merchandise propio. “Gracias a ello, la gente de Burgos se siente más de aquí y los de fuera pasan a formar parte de esto. Es una pasada ver camisetas, mochilas, gorras, etc, de tu bar en festivales y conciertos de otras ciudades. Es una sensación difícil de explicar”.
Quienes visiten Burgos seguro que quieren saber cómo está la escena heavy en la actualidad. “El ambiente es muy bueno, a pesar de que la profunda crisis ha provocado el cierre de muchos reductos. Ahora mismo solo somos dos los bares auténticamente heavies en la ciudad, pero hay algún bar rockero y alternativo que se introducen en la ruta de los burgaleses y de las personas de fuera que vienen de copas aquí”.
David lo tiene muy claro. “Burgos es una ciudad muy heavy, siempre lo he defendido y siempre lo defenderé. Hay multitud de bandas, muchas de ellas de gran calidad. Además, contamos con la Asociación Burgos Heavy Metal, de la que soy miembro fundador, que lucha por traer bandas nacionales e internacionales a la ciudad. Pero no es la única organización, hay más gente con ganas de activar este estilo. Asimismo, los burgaleses frecuentan los conciertos y festivales que se celebran en otras ciudades. Eso dice mucho de nuestra ciudad y de nuestra pasión por el heavy”.
Y el metal no solo se vive en Burgos capital. “Hay festivales que por iniciativa privada y con el apoyo de ayuntamientos y comercios se hacen en pueblecitos, como Vizmalo, Castrillo Del Val… Y también hay otro evento con una proyección mucho mayor como es el HOM Fest (antiguo Hontoria Del Metal), que ha llegado a traer a Grave Digger y Ensiferum, entre otras muchas bandas. Los burgaleses de capital y provincia somos peleones, y parece que no nos cansamos de seguir luchando por el heavy metal. Que dure”, remarca Herrera.
HAMMER Heavy Metal Pub – BURGOS
Calle Fernán González, 46 – 09003 Burgos (Junto a la Catedral de Burgos).
https://www.facebook.com/pages/HAMMER-Heavy-Metal-Pub
DAVID HERRERA, EN PRIMER PLANO
Me considero un melómano, siempre necesito escuchar música. Tengo el problema de que cuando me engancho a un disco no puedo parar de escucharlo y esto me resta tiempo para oír todo lo que existe, que es absolutamente inabarcable.
Mis gustos musicales son el reflejo de todo lo que suena en el Hammer: heavy metal, power, thrash, death melódico, viking y hard rock. Empecé en este mundo cuando apenas tenía tres años. Mi hermana y mi hermano mayor ponían temas de Guns N’ Roses, Bon Jovi… Pero todo dio un gran giro cuando descubrí el Black Album de Metallica en 1992 cuando tenía cinco años. Para algunos fue el comienzo del fin, para mí es parte de la banda sonora de mi vida, ya que lo escuchaba todos los días antes de dormir.
Asimismo, la música la vivo también activamente, ya que a los 13 años comencé a tocar el bajo, y desde entonces no he parado. Desde hace cinco años también canto y toco un poco la guitarra. ¡Vivo recibiendo y expulsando música!
Soy coleccionista de discos, pero sobre todo de instrumentos. Tengo muchos CD’s pero, al igual que otros músicos, me he visto obligado a ahorrar para comprarme cuerdas de bajo, un amplificador o para pagar el local. Sin duda es un vicio caro, pero que enriquece.
Me encantan los conciertos y adoro interpretar música en directo. Cuando tengo la suerte de ello me siento un absoluto privilegiado, y más aún cuando alguien se interesa por lo que yo hago.
Y como espectador me gustan los festivales, son citas obligatorias siempre que puedo hacer el esfuerzo. Teniendo un bar de copas vives por el metal, pero te ves obligado a perderte muchas cosas, hasta actuaciones que yo mismo patrocino. Cuando los conciertos son en mi ciudad suelo ir, cuando son fuera tengo que hacer demasiados esfuerzos… Mi felicidad es también mi cruz. El Hammer es el resumen de mi vida desde hace tres años.
