HELLOWEEN
BEAST IN BLACK
La Cubierta, Leganés (Madrid)
15 de noviembre de 2025
No era obligatorio invocar al maligno ni poner el rictus más serio y severo posible. Helloween fue una de las bandas que supo canalizar el heavy metal por los cauces del optimismo y de la motivación. Un metal que se podría tildar de feliz y que iluminó el Viejo Continente en plenos años ochenta. Posteriormente se les denominó como power metal e influenciaron a toda una nueva generación. Y siempre con el estandarte de una energía positiva que se reflejaba en las sonrisas de algunos de sus componentes, como Kai Hansen o Markus Grosskopf. Bastante más difícil encontrarlas en Michael Weikath.
“Happy, happy Halloween, Halloween…” Así comenzaba la intro de Starlight, la canción que iniciaba el EP homónimo de Helloween, que se publicó en abril de 1985. Y es precisamente ese lanzamiento el que justifica el 40 aniversario que la banda de Hamburgo está celebrando este año. Una conmemoración que además ha venido acompañada por la publicación de un nuevo disco de estudio; Giants & Monsters, a finales de agosto.
Ayer se celebró el primero de los dos conciertos que la banda alemana va a realizar en La Cubierta de Leganés (Madrid). Un evento que llevaba meses con el cartel de ‘sold out’ (todas las entradas vendidas). El ambiente en los alrededores del recinto era el de las grandes citas, aunque un tanto deslucido por la lluvia pertinaz que marcó la jornada.
Pasadas las nueve de la noche el telón de Helloween se desvaneció y los siete músicos emergieron sobre el escenario para interpretar March Of Time. Michael Kiske y Andi Deris sumaron sus voces frente a frente al comienzo de la canción arropados por sus compañeros en un potente inicio del show. De entrada, se pudo comprobar que, al igual que ha hecho Iron Maiden en su última gira, están dando un gran protagonismo a la animación de la enorme pantalla que presidía el escenario.
El ‘Keeper’, su personal encapuchado sin rostro presente en las portadas más icónicas, hizo de maestro de ceremonias desde la pantalla e introdujo el siguiente bloque del show que arrancó con la extensa The King For A 1000 Years con el protagonismo del guitarrista Sascha Gerstner. Nuevamente Michael Kiske y Andi Deris volvieron a empastar sus voces dispares en beneficio de la canción. Es precisamente la relación que han forjado ambos vocalistas, en la que aparentemente el ego brilla por su ausencia, una de las grandes razones del éxito del último decenio de Helloween, desde que en 2016 anunciaron su reunión como ‘Pumpkins United’.
Un estallido de serpentinas introdujo Future World convirtiendo La Cubierta de Leganés en toda una olla a presión. Fue el primer gran punto álgido del show y la demostración de que las canciones de los ‘Keepers’ de los ochenta siguen marcando la diferencia. El primer tema nuevo que presentaron en Madrid fue el pegadizo This Is Tokyo en el que se vio una imagen insólita: Michael Kiske se puso a firmar la portada de un vinilo en pleno concierto.
Andi Deris cantó We Burn en solitario. Un tema del The Time Of The Oath en el que destacó tanto la pirotecnia como el lanzallamas que portó el vocalista. Es ahora cuando hay que reivindicar especialmente el papel que tuvo Deris en plenos años noventa cuando pasó de Pink Cream 69 a Helloween para ayudar a llevar el timón de la banda en las procelosas aguas de una década muy difícil para el heavy metal. En poco tiempo pasó a convertirse en un componente imprescindible. Él puede celebrar en nombre propio la friolera de 31 de los 40 años que están conmemorando.
Kiske tomó el relevo de Deris y abogó por la creatividad y cargó contra la inteligencia artificial en la introducción de otra de las mejoras canciones de los de Hamburgo: Twilight Of The Gods, que fue una de las piezas destacadas de la noche. Las melodías dobladas y los solos de Kai Hansen y Michael Weikath son patrimonio del heavy metal, como se demostró anoche una vez más. Es una de las mejores parejas del género en cuanto a las seis cuerdas se refiere.
Aunque parezca mentira, hubo un tiempo en que los apellidos Kiske y Deris eran ajenos a Helloween. Fue en 1985 cuando también publicaron el disco Walls Of Jericho, que el martes (18 de noviembre) precisamente cumplirá 40 años. El ‘Keeper’ volvió a tomar la palabra antes de que Kai Hansen asumiera ‘la voz cantante’ en Ride The Sky. Una época en la que se abrieron camino con un speed metal, que para algunos se acercaba hasta el thrash metal.
Los dos cantantes principales volvieron a escena para lucirse en la épica Into The Sun, perteneciente a su último disco de estudio. Deris permaneció para defender Hey Lord! del Better Than Raw y Kiske hizo lo propio con la nueva Universe (Gravity For Hearts), que sobresalió claramente en pleno ecuador del concierto. Andi avanzó que iban a tocar su tema preferido compuesto por Markus Grosskopf. Se refería a Hell Was Made In Heaven, en el que el bajista asumió el protagonismo.
El batería Dani Löble, al que todavía hay quien le recuerda de su época en Rawhead Rexx hace más de 20 años, realizó un solo en el que consiguió involucrar a la audiencia. Acabó con la aceleración de ‘un tren’ siguiendo la escuela de Tommy Aldridge mientras hacía malabares con las baquetas. El éxtasis de La Cubierta llegó de nuevo con I Want Out, uno de los clásicos esenciales de Helloween, y una explosión de confeti para celebrar el gran momento.
La tensión se rebajó y Andi Deris y Michael Kiske se sentaron en unas sillas en la pasarela de prolongación del escenario para realizar un set acústico. Tras unos amagos recreando a Elvis, enlazaron Pink Bubbles Go Ape con In The Middle Of A Heartbeat. El sumun lo alcanzaron con la balada fuera de serie A Tale That Wasn’t Right, en la que Kiske brilló sobremanera. Posteriormente la penetrante guitarra de Weikath pasó el tema de acústico a eléctrico redondeando la parte más suave del show.
El pegadizo single del último disco A Little Is A Little Too Much volvió a dar ritmo a la actuación como paso previo a todo un alegato a favor del heavy metal realizado por Kai Hansen. “¡El heavy metal es la ley!”, espetó antes de agradecer a los fans: “Os querré hasta el fin”, prometió. Había llegado la hora de Heavy Metal (Is The Law) con la voz de Hansen.
El ‘Keeper’ volvió a hacer acto de presencia para que la banda irrumpiera con la monumental Halloween en todo un alarde de cada uno de los siete miembros de la banda, que tuvo su eco en un público completamente entregado. Fue sin duda otra de las cimas de la actuación de la banda de Hamburgo en Leganés. Había llegado el merecido descanso antes de los bises.
La intro Invitation fue reconocida por la mayoría de los espectadores que anticiparon la interpretación de Eagle Fly Free, el himno de libertad que muchos fans cantaron prácticamente entero. Un sobresaliente Kiske le cedió el testigo a Deris para que arremetiera con Power, una de las piezas esenciales de Helloween de los años noventa. Para el fin de fiesta descolgaron una gran calabaza para celebrar la despedida del concierto al son de Dr. Stein con Kiske y Deris en escena. Cuando la completaron se replegaron para interpretar un pedazo de Keeper Of The Seven Keys y poner punto final a un concierto que duró alrededor de dos horas y veinte minutos, lo que es prácticamente el doble de tiempo de lo que tocan muchas bandas en la actualidad.
La de anoche fue una actuación claramente para el recuerdo con una banda muy en forma que ha estructurado su gira de 40 aniversario a la perfección. Tanto por la disposición de los temas con una puesta en escena muy dinámica motivada por la compenetración de los vocalistas, como por la acertada elección del repertorio, que cubrió buena parte de las etapas de la banda alemana. Y además con un atrezzo y un show cuidado en todos los sentidos.
Aunque el sonido de La Cubierta tiene sus limitaciones, Helloween contaron con mucha más nitidez que Beast In Black. También llamó la atención lo bien que sonaron las voces de Deris y Hansen, puesto que el derroche de Michael Kiske no coge a nadie por sorpresa. “Mañana vuelvo”, espetó un espectador, que seguro que no será el único que regrese hoy a La Cubierta para asistir a la segunda actuación consecutiva de Helloween en Madrid.
En un aniversario tan solemne como el de Helloween también habría que recordar el legado de un miembro crucial en los orígenes de la banda; el batería Ingo Schwichtenberg, fallecido en 1995. Y también el papel de dos excomponentes importantes, que bregaron especialmente en los noventa y que no se pudieron subir al tren de la reunión; el guitarrista Roland Grapow y el batería Uli Kusch.
Quienes no puedan acudir hoy a Leganés seguro que el año que vienen tendrán más oportunidades de ver a Helloween. Por el momento ya están confirmados en los festivales Barcelona Rock Fest 2026 y Leyendas Del Rock 2026. Afortunadamente y si no hay contratiempos habrá Helloween para rato…
BEAST IN BLACK
El inicio de la gira de Beast In Black como banda invitada de Helloween fue accidentado a más no poder. Sufrieron una baja en su formación a las primeras de cambio. El guitarrista Kasperi Heikkinen (ex U.D.O.) abandonó la banda en pleno tour dejando una vacante que el grupo ha actuado rápido para cubrir. Han incorporado en directo al exguitarrista de Children Of Bodom Daniel Freyberg.
Arrancaron con Power Of The Beast y Hardcore a las siete y media de la tarde. Tuvieron un freno considerable con un sonido que les constriñó en exceso. Para unos su puesta en escena es animada y contagiosa, mientras que otros no entienden su vena disco y su importante uso de samples y grabaciones. Prosiguieron con temas como Blood Of A Lion, Cry Out For Hero y una de sus grandes bazas; Sweet True Lies.
Al frente el vocalista Yannis Papadopoulos con su peculiar registro vocal. Anunció el décimo aniversario de la banda y su decisión de publicar un cuarto disco de estudio. Su último single, Enter The Behelit, avanzó cómo pueden ser los próximos pasos de los finlandeses. La segunda parte del concierto de Beast In Black arrancó con algunas de sus mejores canciones; como Beast In Black, Die By The Blade y One Night In Tokyo. A Daniel Freyberdg, un guitarrista de acreditada solvencia, se le notaba todavía falto de rodaje en cuanto a la puesta en escena se refiere. Especialmente en las habituales coreografías de los nórdicos. Completaron su concierto con Blind And Frozen y No Surrender superando los 50 minutos.
HELLOWEEN
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