LEAVES’ EYES
ERZSÉBET
Groove, Portugalete
2 de abril de 2025
Leaves’ Eyes llegaron anoche hasta Portugalete (Bizkaia) para presentar su último disco de estudio, Myths Of Fate (2024), dentro de un extenso periplo peninsular de seis fechas en España y Portugal. La banda alemana comandada por Alexander Krull, todo un referente del metal en Europa tanto por su papel de músico como de productor, nació de una costilla de Atrocity hace más de 20 años y sigue manteniendo buena parte de su esencia, a pesar de la diferencia en cuanto al estilo musical se refiere. Las formaciones son muy parecidas.
No congregaron ni mucho menos la cantidad de espectadores que merece una banda de la entidad de Leaves’ Eyes, con un largo recorrido y una decena de discos a sus espaldas. Sin embargo, las sonrisas de los instrumentistas nada más subir al escenario durante la intro presagiaron que el escaso público no iba a ser un lastre en la actuación. Los vocalistas Elina Siirala y Alexander Krull se unieron a sus compañeros para arrancar el concierto al ritmo de Chain Of The Golden Horn y Hammer Of The Gods, la primera canción que tocaron del último disco.
La extraordinaria voz de la soprano finlandesa Elina Siirala, quien lleva en la banda desde que sustituyó a Liv Kristine en 2016, contrastó sobremanera con la agresividad de un Alexander Krull, que fue el artífice de espolear los ánimos de los espectadores. En la pegadiza Across The Sea todos los miembros de la banda se pusieron a saltar contagiando sus ánimos entre los fans.
Alexander Krull se dirigió al público y habló de las situaciones malas que está viviendo el mundo en los últimos tiempos y alertó de los nuevos nubarrones negros que se ciernen sobre todos. En contraposición a lo que realizan los políticos, subrayó la importancia del metal con su esencia unificadora y familiar. Apuntó el carácter internacional de Leaves’ Eyes con miembros de Alemania, Finlandia y Polonia y concluyó su alegato con un contundente; “Los políticos dividen y el metal une”.
La sobresaliente Serpents And Dragons se erigió en uno de los mejores momentos del show de los germanos, perfectamente sucedida por Edge Of Steel. El metal sinfónico de Leaves’ Eyes se asienta en orquestaciones y numerosas melodías grabadas que impulsan una banda compuesta por dos voces, dos guitarras, bajo y batería. Elina destacó la obsesión que existe por la eterna juventud y preguntó quién se atrevía a morder la manzana. Fue en la introducción de la melódica Who Wants To Live Forever en la que ella llevó en exclusiva la voz cantante.
Alexander reapareció vestido como un vikingo con espada en mano para interpretar Sign Of The Dragonhead. Elina volvió a poner el contrapunto con su voz en Realm Of Dark Waves, antes de interpretar My Destiny, que definieron como clásico. Había llegado el momento de la fiesta, como ellos mismo anticiparon. El guitarrista Luc Gebhardt salió a escena con una bandeja de chupitos de vodka, que repartieron entre los músicos y los espectadores de las primeras filas. Los celebraron al ritmo de Swords In Rock, antes de apretar el acelerador en Hell To Heavens. Elina anticipó que el concierto estaba llegando a su fin asumiendo la voz única en Farewell Proud Men. Alexander Krull volvió al escenario para enumerar todos los países europeos en los que han tocado antes de concluir el show con Forged By Fire, una de las mejores canciones del último disco. En total interpretaron 13 temas en alrededor de una hora y diez minutos.
Un miércoles con una audiencia escasa no presagiaba buenos augurios para la actuación de Leaves’ Eyes. Sin embargo, la actitud de los músicos con un motivador Alexander Krull a la cabeza dio la vuelta a la situación completando un gran concierto en Portugalete. Lo que en otra ocasión puede ser un mero tópico, en el caso de Leaves’ Eyes fue una realidad. Actuaron ante menos de un centenar de espectadores como lo hubieran hecho ante un millar. A los que se acercaron ayer a la sala Groove les mereció mucho la pena.
Erzsébet
Los teloneros de Leaves’ Eyes en Portugalete fueron Erzsébet, una banda de black metal sinfónico procedente de Barcelona. Su actuación fue una sorpresa para buena parte de los asistentes que acudieron a primera hora. Liderados por la vocalista que asume el mismo nombre de la banda, su concierto fue toda una representación teatral musicada a ritmo de black metal.
Histriónica a más no poder, la cantante portaba un micrófono de diadema que le permitía una total libertad de movimientos. Desde gestos espasmódicos hasta auténticas contorsiones, su interpretación incluyó diferentes accesorios. Desde una silla de época, hasta un espejo, un viejo tomo o un líquido con apariencia de sangre. Todo valió en una función que gustó y entretuvo a los espectadores en Portugalete. Como curiosidad su representación no incluyó ni una sola comunicación con la audiencia en todo el concierto.
LEAVES’ EYES
Erzsébet
