No ha sido una muerte más de una estrella del rock. El cariño y la emoción que está generando la partida de Ozzy Osbourne marcará claramente una época. Más allá de sus inmensos logros musicales, apadrinando el heavy metal con Black Sabbath y hollando nuevas cimas con su propia banda, Ozzy Osbourne era Ozzy Osbourne. Una leyenda que vivió la vida que nadie se atrevería ni a imaginar. Él era así, tenía la ventaja de que no interpretaba ningún papel. Simplemente daba rienda suelta a su personalidad.
Birmingham (Inglaterra), su ciudad natal, está siendo el epicentro de la mayoría de las muestras de cariño. Los diferentes puntos que honran tanto a Ozzy Osbourne como a Black Sabbath son focos de peregrinaje para quienes Ozzy era más que un cantante. Su música es parte de sus propias vidas. El banco y el puente de Black Sabbath en Birmingham, al igual que otras localizaciones, están inundados de flores, mensajes y recuerdos en señal de homenaje al madman, al Príncipe de las Tinieblas, como era conocido.
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