Michael Schenker celebra el medio siglo desde que entró en otra dimensión a bordo de un ovni

MICHAEL SCHENKER
HUMAN ZOO
GUT’S
Sala Tótem, Villava (Navarra)
3 de mayo de 2025
Texto y fotos: Pedro Alonso

Media melena rubia, torso desnudo y un rostro resaltado en claroscuro que aún denotaba rasgos adolescentes. Era Michael Schenker. Ocupaba una cuarta posición en una fotografía en la que le precedían Pete Way, Andy Parker y Phil Mogg. Esta icónica imagen fue la contraportada de Phenomenon, tercer disco de UFO publicado en mayo de 1974 y primero en la cuenta de un jovencísimo Michael Schenker, que entonces tenía 19 años y ya había grabado con Scorpions.

Un álbum en el que Schenker colaboró activamente en la composición y en el que quedaron para los anales del hard rock piezas colosales como Doctor Doctor y Rock Bottom. Fue el inicio de los mejores años de UFO, que posteriormente jalonaron con obras esenciales como; Force It (1975), No Heavy Petting (1976), Lights Out (1977), Obsession (1978) y el imprescindible directo Strangers In The Night (1979). El mejor legado de uno de los grandes pilares del estilo condensado en apenas cinco años.

UFO y Michael Schenker bifurcaron sus caminos en los ochenta, aunque volverían a reencontrarse en diferentes etapas en los noventa y en el primer decenio del nuevo siglo. Sin embargo, la intensidad de la magia que consiguieron en la década de los setenta nunca pudo ser igualada. Y es aquel capítulo en mayúsculas para todo seguidor del rock lo que Michael Schenker está conmemorando en la actualidad.

El año pasado el guitarrista alemán publicó el álbum My Years With UFO, un disco en el que celebraba el medio siglo desde su ingreso en UFO con un gran plantel de músicos y vocalistas invitados. Un trabajo que le ha dado pie para salir a la carretera con una formación que encabeza el vocalista sueco Erik Grönwall (ex H.E.A.T, Skid Row…) y que completan; Bodo Schopf (batería), Barend Courbois (bajo) y Steve Mann (guitarra y teclados).

Al igual que otro de los grandes del heavy metal y compatriota de Schenker que recientemente también actuó en la sala Tótem, Udo Dirkschneider, Michael busca constantemente reinventarse en la etapa madura de su carrera. En los últimos lustros son varias las aventuras que ha emprendido intentando siempre ofrecer algo diferente a sus fans. Michael Schenker’s Temple Of Rock, Michael Schenker Fest, Michael Schenker MSG… son algunos de los últimos episodios en los que ha contado con músicos que han tenido importancia a lo largo de su carrera.

El deseo de recrear sus mejores años en UFO, una banda que casi siempre ha estado presente en mayor o menor medida en sus repertorios, es su última apuesta. Una baza que cobra un mayor peso teniendo en cuenta que UFO parece ya haber entonado su adiós definitivo, aunque el propio Michael les tendió la mano para realizar un último concierto.

A las nueve en punto y tras las actuaciones de Gut’s y Human Zoo, Immingrant Song de Led Zeppelin puso en guardia a una abarrotada sala Tótem de Villava (Navarra), que llevaba tiempo con el cartel colgado de ‘sold out’ (entradas agotadas). La banda salió a escena con Michael Schenker a la cabeza luciendo una gran forma física a sus 70 años. Pantalones ajustados, camiseta negra sin mangas, una codera, una braga en el cuello y su ya característico gorro ruso con las gafas de sol incorporadas. Genio y figura.

Arrancaron con Natural Thing y Only You Can Rock Me, dos de los grandes clásicos de UFO, que respaldaron con un directo Hot ‘n’ Ready que, aunque no sea una de las canciones más conocidas, los fans corearon con fuerza. Todos los espectadores reconocieron la siguiente pieza en apenas unos instantes. Doctor Doctor, el emblema por antonomasia de UFO, hizo vibrar a toda la sala al unísono. Una canción que acompaña también a Iron Maiden al inicio de cada uno de sus conciertos.

Schenker se encorvaba en su esquina habitual del escenario concentrado en domar el mástil de su guitarra con la clase y elegancia que sus fans disfrutan sobremanera. En la primera parte del show solo encaró a los seguidores de las primeras filas en contadas ocasiones. La banda sonaba potente con la sección rítmica del batería Bodo Schopf y del bajista Barend Courbois y con el doble aporte de Steve Mann en los teclados y la guitarra.

El propio Steve Mann compartió solos con Michael Schenker en Mother Mary, antes que de rebajaran la tensión con I’m A Loser, en la que el vocalista Erik Grönwall contribuyó con su guitarra acústica. Lights Out fue otro de los grandes clásicos que más conocen los fans, lo que reactivó claramente la fiesta. Llevaban ocho canciones en 37 minutos sin prácticamente ninguna interrupción. Michael Schenker apenas espetaba unos lacónicos ‘Gracias’ en inglés.

Un medley instrumental recreó diferentes ambientes, antes de otro de los colosos de UFO. Love To Love sonó emotiva a más no poder con un Erik Grönwall que supo adaptar su voz a los requerimientos de uno de grandes temas de los ingleses. Cambiaron de tercio con la más dinámica Let It Roll, con los músicos ocupando el filo del escenario.

Para quienes han visto en muchas ocasiones a Michael Schenker y a UFO fue todo un regalo cuando enlazaron dos temas de No Heavy Petting nada habituales en sus repertorios: Can You Roll Her y Reasons Love, que además sonaron muy intensos en Villava, configurando uno de los grandes alicientes del concierto.

El vocalista Erik Grönwall lógicamente merece un capítulo aparte. Para quienes lo conocían de sus bandas previas; H.E.A.T y Skid Row, o de sus versiones en las redes sociales, no fue una sorpresa que adaptase su voz a las exigencias que le pedían las canciones de UFO. Sí había más dudas sobre cómo se desenvolvería sobre el escenario. Auténtico ciclón en sus tiempos de H.E.A.T, en Skid Row se adaptó a lo que requería la banda americana. Anoche comenzó más comedido en la primera parte del show, pero poco a poco se fue soltando hasta desplegar su puesta en escena más intensa y sugerente. En la segunda parte del concierto estuvo desatado. Pocos contrastes mayores se pueden encontrar que el que se da entre la energía desbordante de Erik Grönwall y la pausa y las posturas imposibles que han caracterizado a Phil Mogg en las últimas décadas.

Rock Bottom, como era de esperar, fue otra de las grandes bazas del concierto, que alcanzó el clímax en el solo fuera de serie que se marcó Michael Schenker escrutinado por centernares de ojos. Cada nota tenía un criterio propio. Sin necesidad de ser un velocista sobre los trastes, Schenker destila clase, elegancia y sentimiento a más no poder. Además, en la segunda parte del show se mantuvo más cercano a los espectadores y hasta esbozó algunas sonrisas. Completaron la canción monumental con un pequeño solo de batería de Bodo Schopf y con dos alaridos finales de Erik Grönwall de cosecha propia.

“¿Queréis un tema más? ¿Dos más?”, preguntó el propio Schenker. Sin retirarse a camerinos, arremetieron con los bises sin perder nada de tiempo. Comenzaron con Shoot Shoot y concluyeron con Too Hot To Handle, que Michael Schenker dedicó a Pete Way y Paul Raymond, clásicos miembros de UFO lamentablemente fallecidos. En total tocaron una hora y veinticinco minutos, pero sin presentaciones ni interrupciones y sin perder nada de tiempo en la antesala de los bises, lo que equivalió a otras actuaciones más largas.

Michael Schenker triunfó en su celebración del medio siglo desde que se adentró en otra dimensión a bordo de un ovni, que acabaría marcando definitivamente su trayectoria. UFO forjaron uno de los grandes capítulos en la historia del rock y el hard rock, y Michael Schenker siempre lo ha llevado a gala. Si aquel joven Schenker que debutó con UFO en Phenomenon hubiera visto su imagen y su destreza 51 años después, seguro que hubiera estado orgulloso de la gran aventura en la que se había embarcado y que sería definitiva en su vida.

GUT’s

“Gut’s no ocultan su deuda con los legendarios AC/DC, pero pretenden llevar la antorcha de ese rock sencillo y poderoso que hace vibrar a todas las generaciones”. La joven banda suiza Gut’s lo reconocen en su propia biografía y todos los espectadores que ayer llegaron pronto a la sala Tótem de Villava lo refrendaron plenamente.

Era su primera actuación en España y salieron a escena a no hacer prisioneros con la bandera del rock and roll setentero y con un calco musical de AC/DC. Y lo más llamativo fue su guitarrista solista, que recordaba a un incontrolable Angus Young de sus tiempos de mocedad. No paró de realizar un continuo e impulsivo headbanging que llamó la atención del público. No tuvo suerte en Villava, puesto que tuvo problemas con las guitarras que interrumpieron su actuación.

Cada canción era una descarga de adrenalina: High As Noise, Jump The Gun, Danger Stripper, Nuts On The Road… En That Guy sobresalieron los coros, como antesala al último tema; Dirty Squeeze completando un concierto de 38 minutos. Lo de Gut’s fue una versión híbrida entre una banda normal y un tributo. Sonaban plenamente a AC/DC y su guitarrista solista calcaba los movimientos del joven Angus Young. Sin embargo, no realizaron versiones ni les copiaron la indumentaria.

HUMAN ZOO

Los alemanes Human Zoo, cuyo nombre coincide con el sexto disco de Gotthard, fueron los segundos en actuar ayer en la sala Tótem de Villava. Originarios de Balingen, llevan más de veinte años activos en los que han publicado un total de cinco discos. El último, Echoes Beyond, editado el año pasado. Y salieron a escena a presentarlo con ahínco. Enlazaron de entrada hasta cuatro canciones: Hello! Hello!, Gun 4 A While, Echo y To The Ground.

Apostaron por su hard rock y heavy melódico bañado en teclados e impulsado en varios temas por un saxofonista. Al frente de la formación germana el animado frontman Thomas Seeburger, que no paró de bailar durante la actuación. Tras Like A Bitch, el vocalista salió con una chaqueta blanca y un sombrero de copa para interpretar Ghost In Me.

Human Zoo ofrecieron su versión más heavy en Crowd’s On Fire, una canción que los retrotrajo a sus comienzos, y con la final Love Train completando un concierto de 40 minutos que entretuvo a una sala llena que ya esperaba la actuación de Michael Schenker.

 

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