Obon Fest 2025 no se rinde ante la adversidad

OBON FEST 2025
ALTARAGE
APOSENTO
ELIZABELTZ
D8 Sorkuntza Faktoria, Zorrotza (Bilbao)
29 de noviembre de 2025

El ingente trabajo de todo un año se vio al borde del precipicio cuando apenas un día antes de la celebración del festival Obon Fest 2025, los cabezas de cartel cancelaban su actuación. Los neerlandeses Asphyx emitieron ayer un comunicado en el que justificaron su ausencia en Bilbao “debido a graves problemas de salud dentro de la banda”. Eran el reclamo principal y el único grupo internacional previsto para el evento de metal extremo.

Los organizadores tuvieron que sobreponerse al duro golpe en tiempo récord y sin margen de maniobra para buscar un sustituto de entidad, apostaron por seguir adelante con las otras tres bandas que completaban el cartel de Obon Fest 2025: Altarage, Aposento y Elizabeltz. Ofrecieron diferentes alternativas para los poseedores de entradas anticipadas. Podían acudir al evento y recibir una compensación económica in situ y también obtener la devolución íntegra si decidían no asistir al Obon Fest 2025. Una parte del público apostó por apoyar el evento con su presencia y propiciar que finalmente saliera adelante “contra viento y marea”, como habían definido los propios organizadores.

ELIZABELTZ

Unas luces rojas iluminaban el escenario a la espera de la primera banda de Obon Fest 2025. Desde Bermeo llegaron Elizabeltz dispuestos a desplegar su ceremonia oscura con los músicos encapuchados y el vocalista luciendo una máscara en forma de calavera con cuernos. Toda su propuesta estuvo teatralizada y comandada por un frontman que intentó acercar a la audiencia hacia el escenario.

Con una esencia musical prácticamente imposible de encasillar, Elizabeltz se sienten más cómodos bajo la catalogación de shock rock y metal, que les permite divagar entre los estilos con mayor libertad. El común denominador de su ritual oscuro fue la única constante en una banda con mucha amplitud de miras. En la segunda parte del show el cantante emergió en escena con unos zancos para sorpresa de quienes no los tenían muy controlados. Ejercieron a la perfección su misión de introducir el festival y entretuvieron a los espectadores con su particular puesta en escena.

APOSENTO

Los seguidores del death metal de la vieja guardia aguardaban la actuación de Aposento, toda una institución del metal extremo con una extensa trayectoria que se remonta a 1990. Este año están celebrando su trigésimo quinto aniversario. Irrumpieron en plena década de los noventa, al igual que Avulsed, y vertebraron las bases del género en España.

Los riojanos salieron a por todas defendiendo la ortodoxia del death metal tanto musicalmente como en cuanto a la puesta en escena se refiere. La banda encabezada por el guitarrista Manolo Sáez continúa presentando su último disco de estudio, No Safe Heaven (2024), del que dieron buena cuenta en Bilbao.

Sufrieron un parón a consecuencia de la rotura de una cuerda, pero a la postre pareció espolearles en una segunda parte de su concierto más intensa. Manolo exhortó a los espectadores a que pusieran más carne en el asador. La respuesta del público fue inmediata. Los más entusiastas organizaron un pogo hasta el final de concierto. Uno de los espectadores hasta besó la lona en dos ocasiones, pero se repuso rápidamente. Aposento fueron a más completando un intenso concierto en el que defendieron plenamente su fe por el death metal.

ALTARAGE

Los últimos en salir al escenario de D8 Sorkuntza Faktoria fueron los locales Altarage, una banda con una trayectoria desarrollada a lo largo del último decenio. Durante mucho tiempo promovieron un halo de misterio que se extendió hasta ocultar la propia identidad de los músicos. Aunque finalmente ha trascendido, continúan alimentado la intriga en torno al concepto del grupo. El concierto de anoche fue un claro ejemplo.

Difuminados bajo una neblinosa luz rojiza que prácticamente impedía atisbar las facciones de sus caras, el trío bilbaíno embarcó a los espectadores en una aventura sonora de una densidad difícil de calibrar. En ocasiones definidos como metal extremo experimental o avant-garde metal, Altarage exhibieron su clara apuesta por difuminar las fronteras de los estilos para moldearlas a su gusto. En su coctelera giraban géneros variopintos como el death, black, doom…, para empastar en una identidad muy personal.

Los riffs de guitarra pétreos emprendían cambios de ritmo radicales siempre con el contundente apoyo de una sección rítmica demoledora. La voz era un instrumento más que ahondaba en un conjunto hipnótico que paulatinamente fue cautivando a los espectadores. Al principio se mostraron expectantes guardando una distancia con el escenario. Sin embargo, poco a poco fueron sumándose efectivos a la primera fila deambulando como si estuvieran hechizados.

Sin ninguna comunicación con la audiencia, el trío formado por el vocalista/guitarrista, el bajista y el batería emprendían la transición entre las canciones con pura distorsión que se alargaba como una agonía para servir de introducción al siguiente tema. Así hasta que remataron su actuación con la canción más extensa, coronada por un ritual despedida en el que el frontman exhibió su guitarra a modo de ofrenda. Aunque es posible que su propuesta no sea para todos los públicos incluso dentro del metal extremo, su actuación de anoche fue impactante especialmente para quienes no los conocían.

ELIZABELTZ

APOSENTO

ALTARAGE