El Gobierno de Reino Unido ha dado luz verde a que los conciertos en interiores (salas y teatros) puedan reanudarse a partir del 1 de agosto. La premisa necesaria que tienen que cumplir agentes y promotores es el distanciamiento social. Todo un caballo de batalla que amenaza la rentabilidad de los conciertos en un sector que, como tantos otros, está sufriendo especialmente los rigores de la pandemia del coronavirus (Covid-19).
La idea del Gobierno de Reino Unido, tal como avanzó el primer ministro Boris Johnson en una conferencia, es permitir las actuaciones en interiores a partir del 1 de agosto e ir testando cómo funcionan. El objetivo es conseguir una reapertura mayor en otoño, que además de los conciertos afectaría también a conferencias y otros eventos de negocios.
“El sector de las artes escénicas del Reino Unido es reconocido en todo el mundo y me complace que estemos haciendo un verdadero progreso para reabrir sus puertas al público con distancia social. Desde agosto, los teatros cerrados, los locales de música y los espacios de actuación darán la bienvenida al público de forma segura en todo el país”, detalló Oliver Dowden, secretario de cultura de Reino Unido, en un comunicado.
Promotores y propietario de salas y teatros, que llevan cerrados en Reino Unido desde marzo, no tienen tan claro la rentabilidad de sus negocios con las limitaciones que impone el distanciamiento social. Además, se interpone también el miedo o respeto que pueda tener el público a la hora de asistir a un espectáculo bajo techo en un momento en el que la pandemia parece lejos de estar controlada.
