DIRTY HONEY
Navarra Arena, Pamplona
15 de julio de 2025
Por Marisa Carrio & Pedro Alonso

Anoche no sonó No One Like You, aunque perfectamente lo podría haber hecho en una gira de 60 aniversario. En realidad, no hay nadie como ellos. Scorpions trasciende más allá de gustos y preferencias. Su carácter único los sitúa en la cúspide de la pirámide del heavy metal y el hard rock con una clase y un bagaje fuera de serie. Para muchos conforman la banda sonora de sus vidas y, por todo lo que les han dado durante tantas décadas, les respetan especialmente ahora que se percibe la fragilidad provocada por el paso de los años. Ellos son mortales, su música será inmortal.

Scorpions volvieron ayer a Pamplona, una ciudad en la que también actuaron el 29 de junio de 1997. Entonces inmersos en una época complicada para el heavy metal más clásico y entrando ellos mismos en una crisis de identidad a finales de los noventa. Presentaron Pure Instinct en el Pabellón Anaitasuna acompañados por los locales Desafío como teloneros.

28 años después los alemanes volvían a Pamplona ante una audiencia mucho más grande que prácticamente llenaba el flamante Navarra Arena. Su objetivo era celebrar el 60 aniversario desde que fundaron las bases de la banda, aunque les costaría la friolera de siete años debutar con Lonesome Crow en 1972.

A las 21:27 comenzó el vídeo con el que realizaron un breve y bonito repaso de algunos de sus grandes logros con imágenes de los tiempos de gloria de la banda de Hannover. “Más de 5.000 conciertos. 27 giras mundiales en 83 países y ahora vuelven a casa”, anunció el locutor del vídeo. Entonces se escuchó la voz de Klaus Meine iniciando la entrada de Coming Home.

A sus 77 años y después de algunos problemas de salud, el cantante muestra un estado bastante más frágil que hace unos años tanto en lo que a su voz como a su movilidad se refiere. Qué diferencia con aquel Klaus que comenzó también con Coming Home en la gira de Face The Heat en 1993. Entonces empezaba la parte lenta sentado en un taburete que posteriormente derribaba con fuerza. Pero han pasado 32 años tanto para él como para todos los demás que estaban vivos entonces.

Los cuatro compañeros de Klaus se sumaron en la parte más potente de Coming Home para arrancar un concierto que empezó con fuerza con temas como Gas In The Tank, el único representante del último disco, Rock Believer (2022), y Make It Real con Rudolf Schenker y Matthias Jabs encarando la pasarela que se prolongaba entre el público. The Zoo y la sobresaliente instrumental Coast To Coast redondearon el inicio del concierto.

Musicalmente la banda mantiene la clase y la elegancia que los caracteriza, impulsados por un buen espectáculo de luz y sonido. Matthias Jabs sobresaliendo en las seis cuerdas y Ruldof Schenker haciendo gala de su gran carisma y de una buena forma física para su edad. La fuerza motriz la propulsa en el contundente batería Mikkey Dee (ex Motörhead, King Diamond…) y el bajista Paweł Mąciwoda. Había llegado el momento del regalo a los viejos fans con un medley de los setenta: Top Of The Bill, Steamrock Fever, Speedy’s Coming y Catch Your Train. Quedaba claro que muchos de los espectadores no conocían ninguno de estos temas.

Todo lo contrario que Bad Boys Running Wild con la que los alemanes volvieron a conectar con los fans. Matthias Jabs asumió el protagonismo en la instrumental Delicate Dance con la colaboración de su técnico de guitarras; Ingo Powitzer. Klaus volvió a escena para un momento esperado por parte del público: las baladas. El vocalista se defendió en Send Me An Angel y en Wind Of Change con parte de la letra modificada para evitar las referencias a Rusia. La de ayer no fue para nada la peor actuación de Klaus Meine de los últimos dos años teniendo como referencia sus conciertos de Madrid y Gijón de 2024 o el reciente en Barcelona Rock Fest 2025.

Recuperaron la energía con Loving You Sunday Morning y I’m Leaving You, antes del lucimiento del batería Mikkey Dee, que arrancó con una demostración del bajista Paweł Mąciwoda. El aplastante solo de Mikkey Dee tiene hasta nombre, New Vision, y ayer volvió a contar con un homenaje a Motörhead, cuyo logo salía en una máquina tragaperras en la gran pantalla. Mikkey se llevó posiblemente la mayor ovación de toda la noche. Aunque han pasado cerca de 40 años, cuando acometía la batería recordaba a aquella extraordinaria entrada del videoclip de Welcome Home de King Diamond.

La banda volvió a escena con Tease Me Please Me, tercer tema que tocaban del Crazy World, y con dos de sus mayores clásicos de Love At First Sting: Big City Nights con el Navarra Arena coreando a pleno pulmón y con su balada por antonomasia: Still Loving You. Ha sorprendido que apenas han hecho modificaciones en el repertorio con respecto a la anterior gira en la que celebraban el 40 aniversario de su disco de 1984. Todos los músicos se abrazaron en la pasarela en la despedida del bloque principal del concierto.

Antes de los bises llegó una gran sorpresa para los fans que no siguen el día a día de la banda. Un enorme escorpión hinchable emergió amenazante en pleno escenario. Acto seguido atacaron con Blackout, uno de sus temas más heavies. El colofón llegó, como no podía ser de otra manera, con Rock You Like A Hurricane. No faltó el salto final de Rudolf Schenker ni su clásico grito de despedida.

El último en abandonar el escenario fue Klaus Meine, quien lanzó besos al público en señal de reconocimiento por tantos años de apoyo. Su mirada transmitía una emoción contenida pero muy visible. Parecía como querer guardar en su retina a todos y cada uno de los fans que poblaban el Navarra Arena. Alguien incluso podría entrever que parecía despedirse de ellos sin hacerlo de forma manifiesta. Fueron unos segundos muy emotivos.

Y emoción es precisamente lo que ha transmitido Scorpions en su más de medio siglo de trayectoria. Se quedaron hastiados tras aquella gira de despedida que posteriormente abortaron y, si no cambian de opinión, no volverán a entonar un adiós a bombo y platillo. Afortunadamente, serán ellos quienes decidan cuándo poner punto final a una trayectoria legendaria. Aunque haya fans que piden que bajen el telón, la extraordinaria venta de entradas que están consiguiendo en los últimos años parece decir lo contrario.

En un aniversario como el que están haciendo ahora habría que trascender de la inmediatez y hacer un balance de toda una vida en la música que ha acompañado a distintas generaciones. Canciones vinculadas a momentos especiales, conciertos, discos inmejorables y una serie de himnos que perdurarán para siempre. Ha sido un viaje muy largo jalonado de éxitos. 60 años. Menudo viaje el de Scorpions…