Zurbarán Rock Burgos 2024 cerró ayer su séptima edición con una intensa jornada que tuvo sus guindas con los conciertos de Sonata Arctica y Vhäldemar. Y lo hizo con un éxito de público volviendo a congregar a toda una hermandad de heavy metal con epicentro en el Parque de San Agustín de Burgos.
Ocupando una posición de privilegio y como cabezas de cartel, los finlandeses Sonata Arctica llegaron hasta Burgos para presentar su último disco de estudio, Clear Cold Beyond, publicado el pasado mes de marzo. La portada del álbum dominaba la parte trasera del escenario cuando la banda acometió de entrada dos temas nuevos; First In Line y Dark Empath. Los nórdicos ocupan dos líneas claras. La trasera estaba elevada y contaba con la batería de Tommy Portimo en una esquina y el teclado de Henrik Klingenberg en la otra.
El vocalista Tony Kakko se puso solemne para interpretar una de sus mejores canciones; I Have A Right, y para demostrar que su power metal no entiende de corsés ni de límites preestablecidos. También su puesta en escena es ciertamente peculiar. The Wolves Die Young dio paso a Broken antes de interpretar otras dos canciones nuevas: California y Angel Defiles, con las que Sonata Arctica pretende reconectar con sus primeros tiempos.
La guitarra de Elias Viljanen fue sin duda una de las que mejor sonó de todo el festival mientras el teclado de Klingenberg acentuaba el personal sonido de Sonata Arctica. Kakko relajó el ambiente en el inicio de la balada Tallulah, que fue muy bien recibida por los fans. Había llegado el mejor momento de su concierto cuando la enlazaron con Replica y FullMoon con los fans cantando al unísono el estribillo.
Tras unos juegos de voces con los espectadores, irrumpieron con los bises en los que tocaron; The Cage y Don’t Say A Word cerrando con la colaboración de los fans. Para muchos ayer quedó patente que Sonata Arctica pretenden volver a los orígenes. En Burgos dejaron muy buen sabor de boca ya en la recta final del festival.
Vhäldemar
Sin duda unos de los grandes triunfadores de la jornada de ayer fueron los vizcaínos Vhäldemar, quienes llegaban a una tierra con la que les une varios lazos. Salieron ‘a muerte’, como ellos mismos repiten, con la idea de presentar su nuevo lanzamiento; Sanctuary Of Death, del que tocaron dos temas de entrada; Dreambreaker y Devil’s Child.
Durante la actuación lanzaron llamaradas en la parte trasera de la escena. Metalizer y Death To The Wizard ahondaron en la buena comunión entre los fans y el grupo, cuyas riendas llevaba con fuerza el vocalista Carlos Escudero, que en ocasiones se ponía junto al guitarrista Pedro J. Monge, su compañero desde hace 25 años.
La canción nueva Old King’s Vision (Part VII) dio paso a The Old Man en la que Carlos Escudero se bajó hacia el público y llegó hasta la torre que sujetaba una pantalla demostrando su nivel de entrega. En Howling At The Moon el teclista Jonkol Tera llevó la voz cantante. Ya en la recta final interpretaron Dusty Road y 1366 (Old King’s Vision Part V). En ese momento solo quedaba “la de siempre”, como presentó el frontman. Se refería a Energy con la que completaron un concierto arrollador que conquistó a los presentes con su potente heavy metal y con un derroche de actitud.
En la jornada de ayer también destacaron las actuaciones de los finlandeses Temple Balls, los suecos Crashdïet, así como la banda internacional Skiltron y la serbias Jenner en la recta final. Temple Balls es una joven banda de Oulu, que conquistó a muchos espectadores en Burgos con su hard rock y con un buen sentido del heavy melódico. Además, fueron muy animados a primera hora de la tarde.
Skiltron, un conjunto que cuenta con miembros de Argentina, Italia, Francia y Finlandia, fueron los siguientes en liza en el escenario principal. En Zurbarán Rock Burgos dejaron constancia de su potente heavy metal con influencias celtas y un gaitero siempre en el escenario. La mayoría de los músicos salieron al escenario sin camisetas y con faldas, y conectaron bien con parte de los fans.
Crashdïet fueron unos de los más esperados en la jornada de ayer. El grupo, procedente de Estocolmo (Suecia), apostó por su hard rock y sleaze. Llevaron una línea oscilante con momentos muy intensos y otros mucho más relajados.
Ya como fin del festival le llegó el turno a la banda femenina serbia Jenner. El trío destacó por su speed/thrash metal y por la intensidad de los temas. Con su energía se disipó la séptima jornada de un exitoso Zurbarán Rock Burgos 2024.
TEMPLE BALLS
SKILTRON
CRASHDÏET
JENNER