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Sonic Free Station: primera y exitosa parada en Bilbao

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Texto y fotos: Marisa Carrio

La cola de gente a la entrada de la Sala Azkena de Bilbao hacía presagiar una noche más que animada para los seguidores de la banda vizcaína Sonic Free Station que presentaban por primera vez en directo su EP de debut, The Train Is Coming. La audiencia prácticamente llenó una sala por la que otrora pasaron bandas internacionales como Ten, L.A. Guns, Pretty Boy Floyd, Tuff, Blaze Bayley, Tyketto

Los encargados de calentar motores fueron Frank Lee & The Graves. Los cuatro componentes capitaneados por el cantante y guitarra proponían un rock estilo cantautor de raíces americanas y de cosecha propia recogido en su disco Waitin’, que aderezaron con algunas versiones, entre ellas una de Bob Dylan.

Al filo de las diez y media de la noche salían a escena Sonic Free Station. Eligieron Lost para romper el hielo ante una audiencia expectante y ansiosa a la que no iban a decepcionar. Un tema de los que mejor define la combinación de estilos e influencias de la banda; blues, rock y soul.

A la extraordinaria calidad del guitarrista Pedro Ortega se unía una potente sección rítmica apoyada en el bajo de Miguel Ángel Sinobas y reforzada con la pegada de Said Elkahalloufi en la batería, la sutileza de Julián Rodríguez en los teclados y la personal y potente voz de Mari Carmen Solinís, quien después del animado Bang Bang desplegó sensibilidad, improvisación y técnica vocal con la versión de Bill Withers, Ain’t no Sunshine.

La composición propia Turned Around, marcada por una clara influencia ‘zeppeliana’, era un anuncio de lo que la noche iba a deparar: buena música y una guitarra eléctrica con vida propia. Puzzle Games, dedicada al problema de la inmigración, fue la transición perfecta para implicar a los asistentes con el pegadizo himno Come To Rock coreado al completo por la sección rítmica. Sin duda un claro punto de inflexión que convirtió a la sala Azkena en una olla a presión que propulsó a la banda.

La nota exótica del concierto llegaba con Blue Russian Club, un blues en donde el protagonismo era para el sonido de las cuerdas de la guitarra de Pedro Ortega que acabó coronándose con la apoteósica Train Of Life, un potente hard rock, en donde voz y guitarra peleaban por llevarse el gato al agua. Los agudos de Mari Carmen Solinís eran el contrapunto perfecto para el despuntar del sonido oscuro y sólido de la guitarra de Pedro Ortega que hizo un claro alarde de dominio del mástil.

Los ánimos se calmaron con la versión I’d Rather Go Blind de Etta James que puso aún más “soul” a la noche que estaba llegando a su fin y que acabó coronándose con la demoníaca y rockera Evil Goddess de la que la banda ha editado también un videoclip.

Con el ambiente más que caldeado abandonaban el escenario Sonic Free Station dejando para los bises A New Life In Town en la que Pedro Ortega acabó por desmelenarse jalonado por una audiencia ya desatada. El punto y final lo puso la versión de Tina Turner I Want To Take U Higher que sin duda llevó a todos los allí presentes a lo más alto.