STEVE VAI
Sala Santana 27, Bilbao
1 de abril de 2023
Han crecido y menguado muchas lunas desde aquel 12 de agosto de 1990 cuando Steve Vai pisó en otra ocasión un escenario en Euskadi. Entonces ejerciendo de fichaje estrella de unos Whitesnake que todavía se comían el mundo tras la estela incendiaria del millonario disco Whitesnake 1987. Fue en el Velódromo de Anoeta en San Sebastián y la banda de David Coverdale venía para presentar Slip Of The Tongue, el disco que grabó Steve Vai sustituyendo a un lesionado Adrian Vandenberg, con quien hizo pareja a las seis cuerdas en la consecutiva gira.
El Steve Vai de entonces era ya era todo un guitar hero experimentado a pesar de llegar con 30 años recién cumplidos. Alumno aventajado de Frank Zappa, había dejado su sello en Alcatrazz y, sobre todo, en una inolvidable formación de David Lee Roth, que reemprendía su carrera tras su paso por Van Halen. Pero Steve ya había desarrollado una trayectoria en solitario que precisamente despegó sobremanera aquel año con la edición de Passion And Warfare. Los fans veteranos todavía almacenan en su retina aquella guitarra en forma de corazón con tres mástiles que descendió desde la parte alta del escenario en Anoeta.
El Steve Vai de 2023 que descargó anoche en la sala Santana 27 de Bilbao durante dos horas y veinte minutos inmerso en una gira por España y Portugal, sigue siendo un virtuoso, ahora de 62 años, en plena madurez y todavía con mucho ímpetu y energía para derrochar. Ayer se le vio cercano, interactuando con los fans, y disfrutando en su hábitat: el escenario, donde desplegó todos sus trucos de encantamiento y domando los diferentes mástiles de las guitarras que lució. Vai llegó para presentar Inviolate, el disco que publicó el año pasado.
El concierto no empezó de la mejor manera. Tras el primer tema tuvieron que realizar un parón de unos minutos por unos problemas técnicos, pero ese revés no alteró ni un ápice a un Steve Vai con muchas tablas solidificas durante décadas. A lo largo de toda la actuación contó con una gran pantalla en la parte trasera del escenario con la que ensambló un espectáculo audiovisual.
A las primeras de cambio, antes de interpretar Tender Surrender, Vai presentó a la formación que lo acompaña en esta gira y que cuenta con el joven guitarrista Dante Frisiello, quien en 2021 dejó su oficio de abogado para trabajar con Vai, primero como técnico de Dave Weiner y posteriormente como guitarrista rítmico en la banda. La sección rítmica la componen el espectacular batería Jeremy Colson y el sólido bajista Philip Bynoe. Steve quiso sacar los colores a Dante, asegurando que era uno de los músicos más jóvenes con los que ha trabajado, le dijo que mostrara la bola de su brazo e hizo un chiste que parece que ya ha repetido en otros conciertos advirtiendo a las chicas que se pueden quedar embarazadas tan solo si les dice hola.
El concierto de Bilbao aunó un recorrido por buena parte de la trayectoria en solitario del guitarrista con un repaso a su reciente disco y con algunas de las canciones más reconocibles de su legado. Steve Vai a veces cogía el micrófono entre los temas para interactuar con los fans. Aseguró que las actuaciones en directo son para disfrutar, para olvidar los problemas cotidianos, la economía, la política… “¿Os lo estáis pasando bien?”, preguntó a los fans. También agradeció la buena respuesta que ha tenido su última obra, Inviolate. “Ha sido el disco mejor recibido y más vendido desde Passion And Warfare”, aseguró.
Antes de interpretar Greenish Blues tuvieron otro problema con los pedales y Steve no dudó en hacer un gesto de cariño a su técnico. De hecho, da mucho protagonismo a los miembros de su equipo, quienes llegaron a salir a escena a tocar unos minutos.
Además de las canciones, cada uno de los miembros de la banda pudo lucirse con un solo. Jeremy aprovechó su demostración en la batería para unirla a unas imágenes de una persecución en la pantalla con sirenas y todo. La habilidad de Steve Vai quedó patente en las más de dos horas de actuación. Su técnica acreditada descansa en la clave de su éxito: un estilo personal que ha logrado elevarlo a los altares de la guitarra. Una posición que alcanzó en los ochenta y que no tiene ninguna intención de abandonar.
Algunos de los momentos álgidos llegaron cuando desveló su guitarra Hydra, oculta bajo una tela. Un monstruo de tres cabezas a la que Steve dio vida. Tres mástiles, como aquella guitarra de corazón que lucía con Whitesnake, pero esta con una estética mucho más agresiva.
Los fans se animaron con Liberty, paso previo a uno de sus temas más icónicos: For The Love Of God. Para esta canción contó con Dani G; guitarrista, vocalista y productor asturiano, miembro de Last Days Of Eden y colaborador de bandas como Rage o Steve Vai, de quien ejerce de técnico en las giras europeas. Ayer Steve alabó a Dani y destacó numerosas facetas suyas. “En las giras no hay secretos, conocemos todo de los demás”, confesó el guitarrista. “Dani es un gran cantante de ópera”, adelantó Vai antes que lo demostrara frente a una sala que contó con una muy buena entrada.
Ya en el bis Steve Vai llegó a bajar a tocar entre los aficionados completando una intensa actuación en la que se le vio muy motivado y feliz, lo que se contagió entre su afición en Bilbao en plena noche de sábado.
Repertorio:
