VOLBEAT
SKINDRED
BAD WOLVES
Cubec, BEC!, Barakaldo
11 de noviembre de 2022
‘Herederos de los grandes’. Así tituló METAL JOURNAL la crónica del concierto que Volbeat ofreció en Santana 27 en Bilbao en julio de 2018. Los daneses actuaron entonces ante una sala abarrotada un lunes y en plena época de festivales. Aquel ‘sold out’ que colgaron en la capital vizcaína era la antesala necesaria para dar un salto hacia un pabellón, lo que lograron anoche actuando en el Cubec (BEC) de Barakaldo consiguiendo un hito que no ha estado al alcance de otras bandas consagradas.
Los daneses ya ocupan por derecho un puesto entre los grandes, su nombre descansa en las posiciones de privilegio de los festivales más importantes y sus audiencias se cuentan por millares. Ayer llegaron hasta Barakaldo para presentar su octavo y último disco de estudio, Servant Of The Mind, publicado a finales del año pasado. Y no vinieron solos. Lo hicieron acompañados por los galeses Skindred, otra banda con una trayectoria importante, y los emergentes americanos Bad Wolves.
VOLBEAT, cóctel de estilos y emociones
La fórmula de Volbeat podría ser fácil de resumir, pero seguro que fue difícil de idear. Una fusión que aúna en una coctelera estilos dispares como el heavy metal, rockabilly, rock and roll, thrash, rock alternativo y un largo etcétera sazonado por las propias influencias de la banda, que van desde Johnny Cash o Elvis Presley hasta Metallica. El resultado de semejante experimento se traduce en un sonido personal y no forzado, que ha convertido a Volbeat en una de las bandas con más tirón de los últimos años. Las diferentes aristas de sus canciones también son marca de su identidad.
Al mando de las operaciones se encuentra un Michael Poulsen con un perfil rocker y una actitud heavy, que se las apaña muy bien alternando el micrófono con la guitarra rítmica. La formación cuenta desde hace muchos años con el impulso ulterior del guitarrista neoyorquino Rob Caggiano, en cuyo currículo siempre destacará su paso por Anthrax. Completan el cuarteto el batería fundador Jon Larsen y el bajista Kaspar Boye Larsen.
Arrancaron al son de The Devil’s Bleeding Crown, a la que enlazaron Pelvis On Fire y Temple Of Ekur. Ya de entrada llamó la atención el enorme logo de Volbeat, una gran pantalla que alcanzaba la tarima de una espectacular batería y un llamativo juego de luces. Y, por supuesto, la pasarela que habían puesto también al servicio de Bad Wolves y Skindred. Con Lola Montez, uno de sus mayores clásicos, se ganaron al público que daba color al Cubec con una gran entrada, pero sin sensación de agobio.
Tras Last Day Under The Sun, las estrellas se apoderaron de la pantalla para servir su firmamento al servicio de Fallen. Michael Poulsen se pertrechó con una acústica y sacó su vena más rocker para recrear parte de I Only Want To Be With You de Dusty Springfield y acordarse de Johnny Cash a modo de introducción para el rock and roll de Sad Man’s Tongue en el que contaron con un pianista y un saxofonista. Adornaron Wait A Minute My Girl lanzando globos a la audiencia, paso previo a Black Rose.
Poulsen dirigía las operaciones al micrófono y la guitarra, mientras Rob Caggiano se movía con libertad contorsionándose en los solos. Ambos apoyados en una contundente sección rítmica. “¿Cuántos tenéis el nuevo disco?”, preguntó Michael Poulsen en la introducción de un potente Shotgun Blues, que arrancó con un riff muy heavy. Todo un temazo con el que se adentraron en una fase mucho más metálica a la que unieron el soberbio Seal The Deal y otro de los grandes temas de Servant Of The Mind: The Devil Rages On.
“Este es el tema heavy”, comentó Poulsen en referencia a Becoming. Con Slaytan y Dead But Rising con un deje a Metallica se despidieron en una actuación en la que contaron con confeti, columnas de humo y, por supuesto, el ánimo de un público entregado.
Pero quedaban los bises que arrancaron con The Sacred Stones. Michael dedicó el rock and roll Die To Live a Jerry Lee Lewis, recientemente fallecido. “Descanse en paz”, espetó. En esta canción volvió a aparecer el piano blanco y el saxo. Siguiendo con las dedicatorias, Poulsen recordó a su familia en la introducción de For Evigt, uno de los grandes emblemas de Volbeat, que contó con el fuerte apoyo de los fans. Cerraron con Still Counting una actuación de una hora y cuarenta minutos.
Más allá de estilos, el secreto de Volbeat radica sobre todo en grandes canciones con melodías que se adentran en la mente con facilidad, unos buenos músicos y un Michael Poulsen con una gran voz, y además muy personal. La calidad de su último trabajo, perfectamente representado en esta gira, es un aval del presente y futuro de esta banda danesa. A buen seguro que seguirán derribando puertas.
SKINDRED
Los galeses Skindred tienen mucho en común con Volbeat, aunque su visión musical difiera notablemente. Su apuesta también se fundamenta en una fusión de estilos sin límites o fronteras. Tildados hasta de ragga-metal, son capaces de transitar sobre el metal, reggae, hip hop, música de baile, rock alternativo, nu-metal… No hay cortapisas en el sonido de los galeses.
Encabezados por el vocalista Benji Webbe, Skindred cuenta con una sólida formación que lleva unida la friolera de veinte años. En 2023 celebrarán su vigésimo quinto aniversario como banda y ya han anunciado que publicarán un nuevo disco de estudio titulado Smile y comenzarán una nueva sociedad con Earache Records. Apenas tres días antes de arrancar la gira española con Volbeat estrenaron el single Gimme That Boom.
En Barakaldo Skindred dejaron claro su espíritu festivo ya en los primeros compases con canciones como Rat Race y sus pegadizos coros o That’s My Jam. El Jump de Van Halen fue una invitación a saltar antes de interpretar uno de los temas nuevos; L.O.V.E. (Smile Please), que han definido como pop reggae.
Con Kill The Power contagiaron su ritmo bailable antes de presentar su último single: el directo Gimme That Boom. Benji cargó contra Putin y también contra los dirigentes británicos y estadounidenses. Tuvo para todos. “No es por nosotros, es por el planeta Tierra”, animó el vocalista en la introducción de Nobody, un tema potente con rasgos nu-metaleros.
El War Pigs de Black Sabbath sirvió de intro a Warning, el último tema de la noche en el que Benji pidió que el público sacudiese fulares, bufandas o cualquier prenda que sirviera a tal propósito. Los galeses dejaron su sello y se despidieron tras 45 minutos agradeciendo a los fans que mantienen la música en vivo.
BAD WOLVES
Los encargados de iniciar las hostilidades en esta gira son los angelinos Bad Wolves. Una banda de metal alternativo que se formó en 2017 con antiguos miembros de grupos como DevilDriver, Divine Heresy, God Forbid, Bury Your Dead, In This Moment… En su primer disco lograron una notable repercusión gracias a la versión de Zombie de The Cranberries.
Tras dos álbumes sufrieron una ruptura traumática con la escisión con su vocalista Tommy Vext. Su puesto lo asumió Daniel «DL» Laskiewicz, con quien grabaron el tercer álbum; Dear Monsters (2021), que es el que están presentando en esta gira.
Y precisamente en Dear Monster basaron buena parte de su actuación ayer en Barakaldo, gracias a temas como Lifeline, Never Be The Same o If Tomorrow Never Comes. Concitaron la mayor atención precisamente con su particular visión de Zombie de The Cranberries y cerraron con I’ll Be There.
Apenas 30 minutos de concierto y sin las mejores condiciones de luz les sirvieron para ofrecer una pequeña muestra de su potencial. Intentaron contagiar su energía y hasta uno de los guitarras bajó a tocar entre el público.
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BAD WOLVES
