AC/DC, en honor a medio siglo del rock más eléctrico

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AC/DC
THE PRETTY RECKLESS
Estadio La Cartuja, Sevilla
29 de mayo de 2024

Sobrevuela un mantra que alerta de la posibilidad de que la gira de ‘Power Up’, además de la primera de AC/DC en la friolera de ocho años también podría ser la última de la banda australiana. Algunas razones de peso en esa dirección serían la baja de miembros importantes como el bajista Cliff Williams y el batería Phil Rudd o la edad avanzada del vocalista Brian Johnson, quien en octubre cumplirá 77 años. Sin embargo, muchos de los que ayer despidieron a AC/DC a las 23:45 horas tras la traca final de cañonazos de For Those About To Rock (We Salute You) en el Estadio La Cartuja no lo tienen tan claro.

«Muchos de los que ayer despidieron a AC/DC a las 23:45 horas tras la traca final de cañonazos de For Those About To Rock (We Salute You) en el Estadio La Cartuja no lo tienen tan claro»

Durante todo el día Sevilla se tiñó de negro a consecuencia de una marea de seguidores de los australianos, que en una gran mayoría lucían con orgullo sus camisetas. La capital hispalense, acostumbrada también a organizar importantes eventos deportivos, ya tenía experiencia en recibir a los fans de una de las mayores instituciones vivas del hard rock.

Ayer el calor que adelantó el verano varias semanas no pudo desanimar a la afición de una banda cuyo último concierto en España también fue en el Estadio La Cartuja en 2016. Entonces con la sorprendente sustitución de Brian Johnson por un Axl Rose de Guns N’ Roses que además llegó lesionado teniendo que cantar sentado en un trono.

En esta gira de ‘Power Up’ la banda ha elegido cinco ciudades para instalar su ‘AC/DC High Voltage Dive Bar’. Hablando en términos deportivos; toda una ‘fan zone’ obligatoria para los asistentes a los dos conciertos del grupo en Sevilla; el de ayer (29 de mayo) y el del sábado (1 de junio).

«Toda una ‘fan zone’ obligatoria para los asistentes a los dos conciertos del grupo en Sevilla; el de ayer (29 de mayo) y el del sábado (1 de junio)»

Después de años de misterios e informaciones a cuentagotas, AC/DC por fin ha cumplido sus dos objetivos en un ciclo que, por el momento, se extiende durante ocho años. Tras muchas incertidumbres, publicaron su último disco de estudio, Power Up, a finales de 2020. Una época complicada en la que el mundo vivía inmerso en plena pandemia.

La gira de presentación no pudo llevarse a cabo de forma inmediata y la espera ha durado hasta tres años y medio, con la salvedad de una actuación en el festival californiano Power Trip en octubre del año pasado. La gira arrancó finalmente el pasado 17 de mayo en Gelsenkirchen (Alemania) y el de ayer tan solo fue el cuarto concierto de este recorrido europeo.

A las 21:36 horas, todavía de día, arrancó la intro de AC/DC que desembocó en If You Want Blood (You’ve Got It) y todo el estadio estalló en una fiesta que se llevaba ocho años esperando. Entre el público había aficionados de edades y procedencias muy dispares, que prácticamente llenaban La Cartuja y que también lo iluminaron cuando anocheció con miles de lucecitas rojas intermitentes emitidas por los clásicos cuernos de la banda, que se podían comprar en los puestos oficiales por 20 euros.

«Entre el público había aficionados de edades y procedencias muy dispares, que prácticamente llenaban La Cartuja y que también lo iluminaron cuando anocheció con miles de lucecitas rojas intermitentes emitidas por los clásicos cuernos de la banda»

Las miradas se dirigieron a un Angus Young que ayer estrenó en esta gira su clásico traje escolar en color rojo después de haberlo llevado en verde en los tres primeros conciertos. A su vera y ocupando la primera línea un siempre sonriente y cercano Brian Johnson, cuya voz sonó muy bien desde los primeros compases del show. En la retaguardia, el guitarrista rítmico; Stevie Young, y los dos nuevos componentes de directo: el batería Matt Laug y el bajista Chris Chaney.

Angus comenzó a corretear por la pasarela que se adentraba entre el público demostrando que estos años de inactividad no han acabado con sus costumbres en escena. El riff de Back In Black espoleó a los miles de aficionados que evidentemente reaccionaban con mayor énfasis con los clásicos más reconocibles.

Demon Fire fue la primera de las dos canciones que representan al disco que da nombre a la gira; Power Up. En Shot Down In Flames, una pieza esencial del Highway To Hell, Angus exhibió su ‘duck walk’ (paseo del pato) ante la ovación de sus fans. Y el estadio estalló sobremanera con Thunderstruck, sin duda una de sus canciones más conocidas incluso para quienes no siguen a la banda. Angus celebraba también los finales de cada tema con sus clásicos saltitos, que se podían observar al detalle en las enormes pantallas laterales y central.

«Angus exhibió su ‘duck walk’ (paseo del pato) ante la ovación de sus fans. Y el estadio estalló sobremanera con Thunderstruck, sin duda una de sus canciones más conocidas incluso para quienes no siguen a la banda»

El disco Back In Black asumió de nuevo el protagonismo con Have A Drink On Me y con Hells Bells que dio sentido a la gran campana que presidía el escenario. Quedó claro desde la primera parte del show que la esencia rítmica de la banda no se resintió gracias a la gran labor de Matt Laug y Chris Chaney, unidos al consolidado Stevie Young. Shot In The Dark cerró el capítulo de Power Up, antes de que entrelazaran Stiff Upper Lip, Shoot To Thrill y Sin City en la que Angus extendió su corbata para acariciar las cuerdas de su guitarra.  

Rock ‘n’ Roll Train recuperó el disco Black Ice, antes de otro de los grandes momentos con la muy coreada Dirty Deeds Done Dirt Cheap en la que Angus llegó a cantar una frase. El concierto había entrado en su fase decisiva con clásicos de la talla de High Voltage extendido, Riff Raff o You Shook Me All Night Long, que también fue muy bien recibida por los fans.

«El concierto había entrado en su fase decisiva con clásicos de la talla de High Voltage extendido, Riff Raff o You Shook Me All Night Long, que también fue muy bien recibida por los fans»

Capítulo aparte merece un Brian Johnson que se dejó la piel en el escenario, al igual que Angus, moviéndose sin parar y compartiendo buena parte del peso del show. Con Highway To Hell estalló la locura del público y una buena serie de llamaradas. Angus se puso los míticos cuernos mientras los fans cantaban el estribillo a pleno pulmón.

El rock and roll despuntó en Whole Lotta Rosie como paso previo a un momento crucial en un concierto de AC/DC: Let There Be Rock con un extenso solo de Angus Young, que empezó en la pasarela que lo elevó varios metros antes de una explosión de confeti con el logo de la banda que se expandió sobre las primeras filas. Angus, que hasta se había tirado por el suelo, se subió a la pasarela trasera del escenario y fue allí donde dejó la verdadera constancia de su clase con su sonido tan personal. Puede que Angus no sea ni el más virtuoso ni el más efectista, pero cuando su guitarra habla otras muchas callan.

«Puede que Angus no sea ni el más virtuoso ni el más efectista, pero cuando su guitarra habla otras muchas callan»

Había llegado el momento de los bises, que se tradujeron en T.N.T. y la previamente mencionada For Those About To Rock (We Salute You) con salvas de cañones para despedirse de sus fans tras más de dos horas de actuación de la que se pueden sacar numerosas lecturas, pero en las que pesan más las positivas.

En Sevilla repitieron el repertorio de Reggio Emilia (Italia) con 21 temas, tres menos que en los dos primeros shows en Alemania. Se quedaron en el tintero; Givin The Dog A Bone, Dog Eat Dog y Hell Ain’t A Bad Place To Be. La percepción del sonido, como suele ser habitual en los grandes estadios, fue muy dispar dependiendo de las zonas. El show fue impactante, pero sin grandes novedades para los seguidores más avezados.

Aunque falten componentes clásicos, los músicos sustitutos cumplieron a la perfección arropando a Angus Young y Brian Johnson, que demostraron seguir defendiendo con dignidad conciertos largos a pesar de que ambos sobrepasan hace tiempo la edad de jubilación. Tanto Angus como Brian, que solo hablaron con su música, tienen todo el derecho a girar en honor a más de medio siglo de una de las mayores instituciones del rock mientras la salud se lo permita. Ojalá no sea la última vez.

«Tanto Angus como Brian, que solo hablaron con su música, tienen todo el derecho a girar en honor a más de medio siglo de una de las mayores instituciones del rock mientras la salud se lo permita»

THE PRETTY RECKLESS

Los neoyorquinos The Pretty Reckless están teniendo el privilegio de abrir los conciertos de la gira ‘Power Up’ de AC/DC. Salieron al escenario a las ocho de la tarde, un cuarto de hora antes de lo previsto, y lo hicieron al ritmo de Death By Rock And Roll y Since You’re Gone.

Liderados por la vocalista Taylor Momsen dejaron constancia de su clase y de su propuesta ecléctica, aunque como les pasa a muchas bandas teloneras en grandes estadios, estuvieron demasiado encorsetados en el centro del escenario. Solo Taylor rompió esa dinámica. “Sevilla, te amo, te amo”, espetó la cantante.

Tras Follow Me Down interpretaron la versión de Loud Love de Soundgarden, una de sus grandes influencias. La anécdota y el momento más surrealista llegó durante el gran tema Witches Burn. Un murciélago, sí un murciélago, se enganchó en la media de Taylor Momsen y permaneció allí un buen rato. Finalizada la canción se lo tuvieron que quitar y la vocalista comentó; “Quizás soy una bruja”. Un momento inverosímil y muy ‘Ozzy Osbourne’, aunque sin decapitaciones de por medio. En la recta final interpretaron temas como Going To Hell y Take Me Down acercándose a la hora de concierto.

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