Pantera revivieron anoche los años noventa para muchos espectadores que recuerdan con nitidez las visitas recurrentes de la banda americana en aquella época. Tras muchos años en el limbo y cuando la muerte de los dos hermanos Abbott parecía haber dilapidado cualquier posibilidad de reunión, la sorpresa llegó en 2022. Philip Anselmo y Rex Brown, los dos miembros que quedan de la formación clásica, resucitaban Pantera con dos fichajes de relumbre: Zakk Wylde a la guitarra (Ozzy Osbourne, Black Label Society…) y Charlie Benante (Anthrax) en la batería.
Tras un cuarto de hora de retraso se anunció que había un problema con las luces y que la banda iba a tocar con una iluminación básica. Así salieron Pantera al escenario, aunque afortunadamente se solventó la situación en muy poco tiempo. Durante alrededor de 75 minutos la banda de Texas desplegó su groove metal por el que han sido mundialmente conocidos.
Zakk Wylde facturó el sonido clásico de Pantera con su guitarra mientras Charlie Benante aporreaba la batería con contundencia. Quien escogió a esta pareja de músicos para reemplazar a Dimebag Darrell y Vinnie Paul acertó plenamente. Toda la actuación se la dedicaron a los hermanos Abbott. En Can Zam interpretaron un ‘grandes éxitos’ con momentos estelares, como; Walk, Cowboys From Hell o Fucking Hostile.
Deep Purple
Deep Purple llegaron a Can Zam con la idea de presentar su nuevo disco; =1, que todavía no ha salido al mercado. Lo hará el día 19 de este mes. Por esta razón cogieron a contrapié a buena parte de la audiencia cuando tocaron las nuevas canciones en detrimento de un mayor número de clásicos. Pero tampoco faltaron algunas de sus grandes canciones y hasta incluso algunas que no interpretan tan a menudo, como Hard Loving Man. Varios de sus mejores momentos llegaron al final de la actuación con Anya, Space Truckin’ y Smoke On The Water.
Ian Gillan lógicamente no es el que era. El mes que viene cumplirá 79 años y ha sabido amoldar su voz a las limitaciones actuales. El resto de la banda suena con contundencia, a pesar de su veteranía. Queda claro que el guitarrista Simon McBride les ha insuflado energías renovadas.
Europe
Europe es otro de los grandes seguros para un festival. Tanto por la intensidad de la banda como por el gran catálogo de hits y buenas canciones que tienen. Así lo demostraron ayer en Can Zam con un Joey Tempest muy cercano y con muchos guiños a David Coverdale. Hasta pidió que cantaran por él en el trozo de Here I Go Again que insertan en Superstitious. Y mención especial a sus temas de este siglo, que son tan buenos como los de antaño.
Angelus Apatrida
Viejos conocidos del festival, Angelus Apatrida volvió a sacudir Can Zam con su thrash metal bien elaborado y que conecta muchos con los fans. Organizaron circle pits por doquier y demostraron el porqué de su éxito duradero.
Michael Schenker
El concierto de Michael Schenker de ayer en Barcelona Rock Fest fue un sueño hecho realidad para los seguidores de MSG de la primera época. No tocaron nada de UFO y mayoritariamente apostaron por los temas de los primeros discos de la banda. El vocalista fue Robin McAuley, quien cantó las canciones de Gary Barden y Grahan Bonnet y en cambio no interpretó ninguna de su época, lo que resultó muy curioso. Michael Schenker no defraudó con sus poses míticas y su enorme sentido musical.
Los australianos Wolfmother exprimieron su hard rock con diferentes influencias que mayoritariamente recuerdan a los años setenta. Dejaron constancia de su clase a pesar de la reforma que sufrió la banda el año pasado. Ross The Boss recreó su legado en Manowar en una gran actuación en la que sobresalió el cantante Marc Lopes con su potente voz. También contaron con Dirk Schlächter de Gamma Ray al bajo. Todos los clásicos de la primera época de Manowar resonaron en Can Zam en uno de los mejores conciertos del día. Eclipse, por su parte, reanudaron su idilio con Barcelona a base de hard rock melódico y pegadizo. En los escenarios principales también tocaron al comienzo de la jornada; Terminal Violence y Ktulu.
