A Doro Pesch no hay que explicarle cuál es el objetivo principal en un festival. Su reputación de directo es de sobra reconocida y no es de extrañar que ocupara una de las posiciones estelares en la noche del viernes. Salía a la una menos veinte de la madrugada y disponía de setenta minutos para rubricar unas expectativas muy altas.
Doro no dieron un minuto por perdido asaltando el escenario De La Rosa como un verdadero torbellino, tanto ella como su banda. Apostaron por Warlock de entrada encadenando clásicos como I Rule The Ruins, Burning The Witches o Fight For Rock. A diferencia de Gamma Ray, que ocuparon su misma posición la jornada anterior, la banda encabezada por la rubia vocalista alemana sí consiguió insuflar una energía considerable desde los primeros compases.
Recuperaron el último lanzamiento de Doro con Raise Your Fist In The Air para regresar nuevamente a Warlock con Metal Racer, uno de sus temas más heavies. Doro Pesch es incansable, además de dejar constancia de su gran voz es capaz de dirigir la puesta en escena de una banda que sí sabe respaldarla. En lugar de dejar protagonismo a la estrella, los cuatro músicos que acompañan a la alemana se adentran en el fragor del directo con el mismo ímpetu y entusiasmo. Lo mismo su veterana sección rítmica formada por Nick Douglas (bajo) y Johnny Dee (batería) que la pareja de guitarristas compuesta por Bas Maas y Luca Princiotta.
The Night Of The Warlock sonó como un verdadero himno en la noche de Villena, paso previo a la archiconocida balada Für Immer, bastante deslucida por unos acoples del sonido. Metal Tango casó a la perfección con los temas de Doro; Burn It Up y Revenge. La afición de Leyendas Del Rock estaba confirmando que se estaba viviendo una de las actuaciones más meritorias de todo el festival. True As Steel dio paso a la versión del Breaking The Law de Judas Priest, una inclusión que puede ser cuestionable al evaluar el extenso catálogo de la vocalista germana.
Concluyeron con la previsible All We Are, muy bien recibida por los fans, y una adicional Hellbound, que significó el cierre de uno de los mejores conciertos de esta décima edición del festival.
