H.E.A.T
ONE DESIRE
SHIRAZ LANE
Sala Santana 27, Bilbao
9 de diciembre de 2018
Lo de anoche en Bilbao fue una nueva exhibición de Erik Grönwall, frontman y auténtica fuerza motriz de los energéticos suecos H.E.A.T, quienes cerraron un paquete de tres bandas de hard rock cuya caravana hizo escala en la sala Santana 27 después de su paso por Barcelona y Madrid. Los finlandeses Shiraz Lane y One Desire completaron una interesante terna que rubrica que el relevo generacional, al menos en lo que se refiere a los artistas, parece garantizado.
Otra cuestión será si el público más joven se va a sumar a estos estilos de música, tal como ha sucedido en las últimas cinco décadas. Este fin de semana una buena parte de los adolescentes y jóvenes de Bizkaia y alrededores estaban en el BEC celebrando el Fun & Serious Game Festival, el mayor festival de videojuegos de Europa. Allí jugadores y youtubers asumen el rol de ídolos de adolescentes que antiguamente ejercían músicos, actores y deportistas casi en exclusividad.
El hecho de que el concierto cayera en domingo y en fin de puente mermó la audiencia de forma notable. También hay que sumar que apenas hacía un año y un mes que H.E.A.T habían actuado en esta misma sala y, además, dentro de la misma gira de presentación de Into The Great Unknown (2017), su último disco hasta la fecha.
SHIRAZ LANE
Desde Vantaa (Finlandia) llegaba el jovencísimo quinteto Shiraz Lane, dispuestos a aprovechar los 40 minutos que tenían designados. Los suyo es un potente hard rock con connotaciones cercanas al heavy y mucha actitud. Guiados por un juego doble de guitarras y por el frontman Hannes Kett, los nórdicos recordaron en muchos de sus dejes a algunos referentes del género, como Skid Row.
Con varios lanzamientos a las espaldas, a pesar de su juventud, centraron buena parte de los esfuerzos en su último disco; Carnival Days, con temas como el homónimo, The Crown o Tidal Wave, todos ellos enlazados de entrada. Alternaron la fuerza de Mental Slavery con un extenso medio tiempo que bajó en exceso el buen ritmo que estaban llevando.
Volvieron a buscar su mejor filo con Harder To Breathe y completaron su concurso con People Like Us en clara alusión a la familia del rock. Se acercaron a los tres cuartos de hora de concierto y dejaron una buena carta de presentación ante los seguidores de H.E.A.T en Bilbao.
ONE DESIRE
También provenientes de Finlandia, One Desire partían de un rock melódico con muchas referencias de bandas clásicas, pero con algunas ínfulas más heavies. En Bilbao presentaron material de su debut homónimo, empezando por uno de los temas más destacados; Hurt.
Al mando de las operaciones sobresalía la figura del vocalista y guitarrista André Linman, conocido por haber militado en Sturm Und Drang. Es quien colabora codo con codo con uno de los grandes impulsores de la banda; el guitarrista Jimmy Westerlund, quien ha trabajado en Los Ángeles como productor y compositor relacionado con la industria del cine y la televisión.
Amparados por unos llamativos colchones de teclados, los finlandeses enlazaron canciones como Turn Back Time, Apologize y This is Where The Heartbreak Begins. En la balada Falling Apart André ejerció exclusivamente de vocalista en un tema en el que solo estuvo acompañado de teclados y guitarra y que resultó ser demasiado exigente.
Linman avanzó que pretenden preparar un segundo disco de One Desire de cara a la próxima primavera. Ya en la recta final alternaron la melódica Whenever I’m Dreaming con la más heavy Buried Alive. En esta última André Linman ejecutó un solo con una pose similar a la de Alexi Laiho de Children Of Bodom. Y es que los dejes de André son mucho más heavies que lo requiere el estilo de la banda. El concierto de One Desire fue una buena oportunidad para los fans del rock melódico de ver a uno de los nuevos exponentes del género.
H.E.A.T
Buena parte de la audiencia ya lo había comprobado en esta misma sala hace justo un año y un mes, y otros fueron testigos del ciclón que pasó por Rock Fest Barcelona 2018 en la peor de las posiciones posibles; tras los conciertos de Accept, Judas Priest y Ozzy Osbourne. A ellos no les arredró y acabaron siendo unos de los grandes destacados del festival. La reputación de directo de H.E.A.T está sobradamente acreditada.
Y como punta de lanza de los suecos sobresale un torbellino llamado Erik Grönwall, que es capaz de agitarse como un poseso, saltar, deslizarse, dar volteretas y alentar, como dicen los argentinos, a unos fans que son muy receptivos a semejante descarga de adrenalina. Erik nació al calor de un concurso televisivo en Suecia y, desde entonces, su carrera ha emprendido un claro camino ascendente.
Comenzaron de forma ordenada enlazando temas sin recesos; Bastard Of Society, Breaking The Silence, Danger Road, Emergency y Shit City. A Erik le pusieron una chaqueta para que tuviera más empaque su interpretación del medio tiempo Downtown, paso previo a la melódica In And Out Of Trouble.
Pero H.E.A.T son mucho más que Erik Grönwall. En la batería Crash busca su cuota de protagonismo, para lo que no duda en acercarse a primera línea del escenario al más puro estilo Lars Ulrich. Tanto el teclista Jona Tee como el bajista Jimmy Jay asumen un importante papel en los coros. Y en una de las esquinas llama la atención la figura del guitarrista Dave Dalone. Semioculto por un sombrero, él va a otro ritmo poniendo el criterio a las canciones de los suecos.
Fue precisamente Dalone quien abrió con un solo el tema It’s All About Tonight. Grönwall no dudó en meterse entre sus piernas mientras Dave tocaba la guitarra. El concierto cambió diametralmente con uno de los mayores himnos de los escandinavos: Living On The Run. Grönwall se volvió más loco si cabe y saltó a cantar entre el público.
“¡Esta es una jodida fiesta! La noche acaba de empezar”, gritó el frontman en la presentación de Beg Beg Beg. Y con ella se volvió a liar parda. Grönwall pidió que le llevaran en volandas haciendo crowd surfing hasta la barra del bar. Allí se subió al mostrador y pidió un chupito de tequila. Jaleó a los fans y hasta se marcó un pedazo del Whole Lotta Rosie de AC/DC. De vuelta en el escenario acabó por todo lo alto entonando el Piece Of My Heart de Janis Joplin.
Por si fuera poco, Grönwall siguió su show quedándose solo en el escenario para marcarse La Bamba ante la sorpresa de los seguidores. “Es bueno estar vivo”, gritó el cantante que seguía animando la fiesta. Y hasta tuvo tiempo para lanzar una proclama motivadora a los fans, a quienes les dijo que eran capaces de conseguir lo que se propusieran. Solo había una regla: no molestar a los demás. Acompañado por su guitarra arremetió con Laughing At Tomorrow. A mitad del tema fue interrumpido por el batería Crash, quien habló en castellano y propuso un brindis con el clásico ‘Arriba, abajo, al centro y para adentro’.
Recuperaron el ritmo de la actuación con Redefined, una clara muestra del hard rock con toques modernos que caracteriza el estilo de H.E.A.T. Volvieron hasta el debut con There For You antes de Mannequin Show, uno de los grandes temas del Tearing Down The Walls. Erik reconoció el trabajo de Shiraz Lane y One Desire en el que calificó como mejor plantel de bandas con el que había girado. Pertrechado por su guitarra dio paso al último tema, Tearing Down The Walls, que remató con una voltereta.
Tras hacerse de rogar unos minutos volvieron a escena con dos bises: Point Of No Return y A Shot At Redemption completando un enérgico concierto de hora y media. H.E.A.T volvieron a demostrar por qué son una de las bandas jóvenes de hard rock más en forma de todo el continente. Ahora tendrán que refrendar su gran momento con un nuevo disco de estudio.
H.E.A.T
ONE DESIRE
SHIRAZ LANE