Tras dos años de ausencia, Leyendas Del Rock volvía a la vida y se desperezaba después de una larga y obligada hibernación con una fiesta de bienvenida a la que asistieron un total de 16.500 espectadores. Una jornada con un protagonismo notorio del rock y el metal estatal y con la única propuesta internacional a cargo de unos Powerwolf que ejercieron de cabezas de cartel.
LEGION
Tras las actuaciones de Celtian, Lándevir y Porretas, llegó el turno de los renacidos Legion, unos de los auténticos pioneros del thrash metal en España, que el año pasado sorprendieron con su reunión tras 27 años de silencio. Impulsados por dos miembros clásicos, el vocalista y bajista Jonathan Dolcet y el guitarrista Quimi Montañés, los catalanes llegaban a Villena con un nuevo EP bajo el brazo, Legionized, publicado el pasado mes de junio.
Aunque evidentemente están a falta de rodaje, se vio que no han perdido la esencia de su sonido a pesar de contar con dos nuevos componentes en sus filas. Para los seguidores veteranos era un reencuentro tras prácticamente tres décadas. Otros espectadores ni siquiera habían nacido cuando Legion desapareció prematuramente de la escena en los años noventa. Lethal Lyberty fue la primera piedra de un concierto que dejó claro que los de Barcelona siguen teniendo mucho que decir a pesar del paso del tiempo.
Con su versión del We Will Rock You de Queen se desataron las hostilidades entre la audiencia con los más entusiastas organizando un circle pit. Mili K.K. fue muy bien recibida especialmente por quienes se acordaban de una época en la que el servicio militar obligatorio marcó la vida de muchos. “¿Cuántos habéis hecho la mili?”, preguntó Jonathan. El frontman alertó de que podría volver en el futuro, señaló el auge de la extrema derecha y hasta se acordó de Putin.
Ya en la recta final fueron a por todas con They Call Me War, regrabada en su nuevo EP, y con Level Yell, su particular versión del Rebel Yell de Billy Idol. Para cerrar, como no podía ser de otra manera, Possessed dictó sentencia.
OBÚS
Si en Barcelona Rock Fest pusieron el colofón al festival, en Leyendas Del Rock fueron una de las primeras bandas en saltar al escenario. Fortu, que lucía una camiseta de Motörhead, hizo un claro alegato a favor del festival y aseguró que no le importaba tocar de noche o de día, porque lo importante era estar allí. Posteriormente también confesó que al día siguiente tenía que participar en un programa de televisión española y que le venía bien no actuar muy tarde. Actualmente está presentando su nuevo libro, “A Comer ¡Cojones!”, con la participación de su madre, ‘La Mari’, y de su pareja, Yoli.
Al igual que en Barcelona, arrancaron muy enchufados con toda una batería de clásicos: Juego Sucio, Necesito Más, La Raya, El Que Más, Te Visitará La Muerte, Que Te Jodan… Fortu hizo hincapié en que Obús trabajan a “pico y pala” en el rock and roll y Paco Laguna bromeó diciendo que ellos ya se han quitado la corbata para contribuir al ahorro de energía.
Fortu cerró Autopista con un gran grito y le metió una pequeña puya con cariño a El Drogas, puesto que le estaba molestando la prueba de sonido que estaban haciendo en el escenario contiguo. “Te quiero Drogas”, comentó el cantante. Manifestaron un ‘no a la guerra’ en Pesadilla Nuclear y coronaron su gran selección de clásicos con Dinero, Dinero muy extendida y Va A Estallar El Obús. Una primera parte donde evidenciaron el buen estado de forma del grupo y la buena sintonía de la formación.
Fue entonces cuando realizaron las presentaciones de los músicos con solos de Luisma Hernández al bajo y Carlos Mirat a la batería. Posteriormente hicieron también el clásico número de la escalera con Fortu tocando la batería y Carlos demostrando su gran sentido rítmico. Y no faltó el pino de Fortu. Todo ello rompió demasiado el ritmo de la actuación en la parte final, que acabó con un Vamos Muy Bien coreado por la gente.
EL DROGAS
El Drogas llegó a Villena con el claro cometido de revivir la herencia de Barricada, al igual que está realizando en su última gira, y para ello puso todo su empeño desde el minuto uno. Su actuación en Leyendas Del Rock fue, como dice el título de una de las canciones de la banda que le hizo famoso, a toda velocidad. No se distrajo con retóricas ni pérdidas de tiempo. Sabía que sus fans querían canciones y eso es lo que les ofreció. Más de 20 en una actuación de 80 minutos que se convirtió en una de las verdaderamente destacadas de la jornada de bienvenida.
Se parapetó desde el mismo comienzo en Barricada con viejos recuerdos como En La Silla Eléctrica, Esperando En Un Billar, Barrio Conflictivo, Víctima… entre los que incluyó la conocida versión de Frío. El Drogas se encontraba perfectamente arropado por una banda en la que destacaba un entregado Brigi, frontman de Koma, en la batería.
También tuvieron tiempo para interpretar temas de El Drogas, como Debajo De Aquel Árbol y Cordones De Mimbre, antes de recuperar Barricada con Bahía De Pasaia, una coreada A Toda Velocidad, Campo Amargo, Cuidado Con El Perro y Animal Caliente, que también contó con el impulso de los fans. “A gusto, juventud”, espetó El Drogas en los escasos instantes entre tema y tema.
Ya en la recta final apretaron aún más si cabe con una traca de canciones de Barricada: La Hora Del Carnaval, Todos Mirando, Oveja Negra y No Hay Tregua, que desató toda una marejada entre los seguidores de la banda navarra, que recordaron al fallecido Boni. El cierre llegó con Azulejo Frío de Txarrena y En Blanco Y Negro de Barricada.
ÑU
Ñu salieron a escena al son de Algunos Músicos Fueron Nosotros justo cuando anochecía, un momento idóneo para actuar en un festival. Y lo hicieron con José Carlos Molina tocando un piano de cola en una de las esquinas del escenario. Ya pertrechado con su clásica flauta apostaron de lleno por más clásicos, como No Hay Ningún Loco y La Granja Del Loco.
“Estas son las verdaderas leyendas de hoy”, le comentaba un chico a otro en las primeras filas de la audiencia. Y no le faltaba razón. Ñu, inmersos en su sexta década de trayectoria, Obús o El Drogas con la herencia de Barricada han sobrevivido contra viento y marea disfrutando de momentos de éxito y capeando rachas más difíciles durante decenios. Y ahí siguen al pie del cañón sobre los escenarios.
Aunque no contaron con el mejor de los sonidos, Ñu mostró una banda compacta en la que destacaba la violinista eléctrica Sara Ember (Last Days Of Eden). Enlazaron Manicomio con Tocaba Correr en versión acústica con José Carlos Molina a la guitarra. Fue entonces cuando interpretaron Calor Nublado, sencillo del último disco de Molina.
Fueron claramente a más enlazando Ella, Sé Quién, El Tren y El Flautista incentivando claramente los ánimos de los fans. Molina apareció con unos enormes globos con el logo de Ñu al estilo Kiss, que lanzó a la audiencia para animar más el cotarro. El final de su actuación llegó con Una Copa Por Un Viejo Amigo y Más Duro Que Nunca con la participación de una vocalista invitada.
POWERWOLF
El pasado mes de junio Leyendas Del Rock anunció que la actuación de Powerwolf se trasladaba a la fiesta de bienvenida por la complejidad logística de su producción. Por este motivo, los alemanes en lugar de actuar el viernes, como estaba previsto inicialmente, tocaron el miércoles 3 de agosto encabezando el cartel esa jornada.
La banda germana es un claro ejemplo de crecimiento al incrementar sus hordas año a año. Una medida plenamente palpable en Leyendas Del Rock, donde ya habían actuado en 2016 y 2018. En esta edición su concierto ha sido uno de los que más público ha congregado.
A las 22:50 descolgaron una lona que impedía ver el escenario y sorprendió un gran telón con la portada de Call Of The Wild, el octavo y último disco de Powerwolf. Arrancaron al ritmo de Faster Than The Flame y desde el primer momento comenzó su espectáculo pirotécnico con toda una exhibición de fuego.
Los alemanes que siguen sorprendiendo a los neófitos por no llevar bajista en directo, alternaron temas de anteriores trabajos, como Army Of The Night o Amen & Attack, con el nuevo Dancing With The Dead. El vocalista Attila Dorn, que siempre combina solemnidad con un toque de humor, dirigió a la audiencia para que cantara la melodía de Armata Strigoi, uno de sus mayores clásicos. Es parte de su espectáculo, pero en ocasiones parece excesiva su interactuación con los fans, lo que redunda en un repertorio más corto.
Al nuevo tema Beast Of Gévaudan le siguieron otras canciones más conocidas por los fans, como Demons Are A Girl’s Best Friend y Fire And Forgive, bañada en fuego. El teclista con alma de frontman Falk María Schlegel volvió a competir con Attila en protagonismo y no paró de recorrer el escenario.
Ya en la recta final enlazaron Werewolves Of Armenia con la nueva Blood For Blood (Faoladh) para cerrar su espectáculo musical y visual, una homilía de heavy metal como ellos mismos definen, con Sanctified With Dynamite y We Drink Your Blood. Attila alabó los festivales de metal y saludó a la “familia del heavy metal”.
LEGION
OBÚS
EL DROGAS
ÑU
POWERWOLF
