STRATOVARIUS
Eternal
earMUSIC
A Stratovarius les sucede como a las grandes bandas de los ochenta que cuando eran veteranas, aunque se esforzaban en editar discos de entidad, nunca podían competir con la calidad que ellos mismos habían fraguado en sus días de gloria. Para analizar la trayectoria actual de los fineses conviene aparcar a un lado el recuerdo de discos como Episode o Visions, con los que medraron en los noventa y ascendieron de forma vertiginosa a la cúspide del power metal melódico europeo. Y lógicamente reconocer que la columna vertebral de entonces se llamaba Timo Tolkki, guitarrista, fundador e impulsor del éxito de una banda a la que dejó huérfana en 2008.
Los Stratovarius de 2015 son el resultado del cruce de la veteranía del vocalista Timo Kotipelto y del teclista Jens Johansson con la savia nueva de los tres miembros más jóvenes: Matias Kupiainen (guitarra), Rolf Pilve (batería) y Lauri Porra (bajo). Una formación que ya despuntó en Nemesis y que ahora se consolida con Eternal.
Cabe reconocer que nuevamente hay un sexto miembro en la sombra; Jani Liimatainen (ex Sonata Arctica, Altaria, Cain’s Offering). Es la auténtica mano derecha de Kotipelto, con quien ha hecho pareja compositiva, además de ocuparse de las grabaciones de las voces.
El propio guitarrista Matias Kupiainen se ha encargado de la producción y de las mezclas, reivindicándose como uno de los activos más importantes de la banda. Está claro que vale más por su papel de intérprete que por el de productor. El sonido en ocasiones no es todo lo bueno que requiere una banda como Stratovarius. A veces los temas suenan un tanto embarullados y la voz de Kotipelto queda demasiado ensombrecida.
Unos teclados ampulosos sirven de intro para My Eternal Dream, un tema épico que se ajusta a las coordenadas de power metal melódico por las que Stratovarius siempre serán reconocidos. Velocidad, orgía instrumental, protagonismo en el solo del teclado de Jens Johansson y un estribillo que corona un buen tema que también está sirviendo para abrir los conciertos de su nueva gira.
Shine In The Dark aúna la melancolía por la ausencia y la esperanza por el reencuentro en una canción que comienza más suave y enigmática, pero que resurge con fuerza en un estribillo intenso y cautivador. Redondea un comienzo del disco prometedor y se erige en el segundo tema consecutivo que están tocando en directo.
Con Rise Above It perviven la herencia del power metal bombástico y fácil de asimilar. La única aportación compositiva del bajista Lauri Porra llega con Lost Without A Trace; se encarga de la música mientras las letras corren por cuenta de Timo Kotipelto y Jani Liimatainen, una dupla que asume esta tarea en casi todo el disco. Se trata de un medio tiempo con un estribillo incisivo, muchos sonidos de sintetizadores y un buen solo de guitarra.
Los teclados abren también en Feeding The Fire, donde repiten la fórmula de un medio tiempo que va in crescendo hasta un estribillo precedido de un puente épico en el que destaca el coro. In My Line Of Work es una de las canciones más pegadizas del disco, tanto en cuanto a la música como a la voz, y una clara candidata para protagonizar los conciertos de los nórdicos.
Man In The Mirror es la primera de las dos composiciones de Jens Johansson y sin duda uno de los temas más dispares del disco. Alberga desde influencias que se podrían tildar de industriales hasta un claro estribillo que contrasta sobremanera con el resto de la canción. Lógicamente los teclados se llevan la palma en esta obra del músico sueco.
Few Are Those y Fire In Your Eyes, el segundo tema compuesto por Johansson, conforman una de las fases más melódicas de Eternal. Cierran el disco como se hacía en los albores del género; con una extensa opus de once minutos y medio. Se titula The Lost Saga y contiene todos los ingredientes imaginables; intro, épica a raudales, pasajes instrumentales, un interludio suave y unos coros poderosos.
Eternal mantiene la buena línea de los últimos trabajos de Stratovarius, aunque hay algunos temas en la parte final que bajan un poco el estándar de calidad del disco. Esto unido a una producción mejorable se podría constatar en el debe de Eternal. En el haber destacan unas cuantas canciones sobresalientes, y alguna con aspiraciones de clásico, que siguen refrendando a Stratovarius como uno de los referentes del power metal melódico prácticamente dos décadas después de sus mejores años.
