Villena ha despedido en plena madrugada la decimotercera edición de Leyendas Del Rock. Cuatro días en los que se han hermanado estilos variopintos dentro del hard rock y el metal, y en los que han convivido diferentes generaciones con un mismo objetivo.
La cuarta jornada comenzó con unos renacidos Nocturnal Rites. Los suecos, al igual que el fénix que titula su último lanzamiento, han resurgido con las mismas ganas y la misma calidad que tenían antes de atravesar por un desierto que ha durado una década. El power metal imaginativo de los de Umea dio paso a unos Van Canto que repetían en Leyendas Del Rock. En apenas tres años han conseguido dar el salto del escenario ‘Mark Reale’ a uno de los principales. Ante una audiencia considerable, la banda centroeuropea entretuvo con su metal a capela y con un buen número de versiones. Fue curioso ver la cara de Ross The Boss cuando escuchó a Van Canto interpretar Kings Of Metal de Manowar mientras él se preparaba en el escenario contiguo.
Al igual que realizó en Rock Fest Barcelona, Ross The Boss dictó las reglas del heavy metal en un concierto plagado de temas de los Manowar de la primera época cantados por un pletórico Marc Lopes.
Leyendas Del Rock suele dar cabida a grandes bandas de hard rock que suponen un contrapunto claro a otros estilos más potentes. Ayer les tocó el turno a unos Thunder que realizaron un concierto extraordinario y que siguió la estela de los que hicieron el año pasado en otros festivales españoles. Caía la noche y los británicos consiguieron momentos mágicos con algunos de sus grandes clásicos.
Una de las actuaciones más esperadas de la jornada de ayer fue la de Warlock. En realidad se trataba de la misma banda de Doro con la inclusión del guitarrista Tommy Bolan, que participó en el clásico disco Triumph And Agony que anoche interpretaron de forma íntegra en Villena. Doro Pesch volvió a demostrar por enésima vez que además de su carisma dispone de uno de los mejores directos del heavy metal. Al igual que Saxon, es un valor seguro para cualquier festival. Además del repertorio de Warlock, no pudo evitar presentar su nuevo single, All For Metal, además de tributar a Judas Priest.
Siempre altivo, Blackie Lawless lideró a unos W.A.S.P. que arremetieron con fuerza en los primeros compases de su concierto. Posteriormente rebajaron mucho la intensidad enlazando baladas y medios tiempos en los que tuvo mucho protagonismo el disco The Crimson Idol, el álbum del que más orgulloso se siente Lawless. Esa extensa parte central les gustó mucho a los incondicionales de W.A.S.P. pero dejó muy fríos al resto, que esperaban canciones más movidas y propias de un festival. Tras una hora, la banda se fue a los camerinos y tardó una eternidad en volver. En los bises recuperaron la energía que no deberían haber perdido en ningún momento teniendo en cuenta que tocaban ante muchos seguidores que no eran sus incondicionales.
Los finlandeses Amorphis recrearon su particular universo sonoro en el que el death metal se ha ramificado en estilos dispares. Estuvieron liderados por un Tomi Joutsen que alternó agresividad y sentimiento en un concierto que también contó con temas de su primera época.
Stravaganzza plantearon ayer toda una performance en la que la banda de Leo Jiménez contó con un coro, bailarinas, atrezzo, etc. La fiesta de los escenarios principales la culminó Lujuria, al igual que Warcry unos clásicos en Leyendas Del Rock.
A diferencia del año pasado, en esta ocasión el festival no aportó ningún tipo de información sobre su próxima edición.