Volbeat, herederos de los grandes

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VOLBEAT
Santana 27, Bilbao
2 de julio de 2018

Los daneses Volbeat arrasaron anoche una sala Santana 27 de Bilbao que finalmente colgó el cartel de ‘sold out’, un éxito que se debe poner todavía más en valor teniendo en cuenta que era un lunes y en plena época de festivales. El ambientazo ya se palpaba desde la misma estación de metro de Bolueta con grupos de fans que peregrinaban en dirección a la sala. Era prácticamente imposible aparcar en la extensa explanada principal del polígono mientras los aficionados se arremolinaban en torno a los bares que había abiertos de camino. La cola para entrar en la sala serpenteaba a lo largo de varios cientos de metros. Una auténtica locura para ver a un grupo cuyo techo nadie es capaz de vislumbrar a estas alturas.

Venían de actuar en Download Festival Madrid y de telonear a Guns N’ Roses en Barcelona. Aprovechando esa coyuntura Volbeat llegaron ayer hasta Bilbao para comprobar cómo ha crecido su afición y para percatarse de que la próxima vez seguramente tendrán que elegir un recinto todavía más grande.

Volbeat es una banda del siglo XXI, un grupo que ha medrado en paralelo a la destrucción de buena parte de la industria musical, pero que a base de calidad y personalidad ha conseguido lo que para la gran mayoría parece una quimera; subir hacia lo más alto del escalafón en una época como la actual: muy difícil pero no imposible como evidencian estos daneses.

Son capaces de tirar por la borda axiomas como que ya está todo inventado o que no existe relevo en el mundo del metal. El secreto de la banda encabezada por Michael Poulsen parece sencillo de explicar pero difícil de llevar a cabo. Mezclaron en una coctelera estilos a priori tan dispares como rockabilly, heavy metal, rock and roll, thrash, rock alternativo y una largo etcétera y añadieron sus propias influencias, que van desde Johnny Cash o Elvis Presley hasta Metallica, y agitaron con esmero hasta conseguir un producto que sorprendentemente era muy creíble y auténtico, nada de experimentos sin fundamento.

Desde entonces han editado seis discos, el último de los cuales (Seal The Deal & Let’s Boogie – 2016) todavía siguen presentando. Como dijeron ayer en Bilbao ya están preparando uno nuevo de cara al año que viene. La expectación era máxima cuando a las nueve y media de la noche comenzó a sonar el Walk de Pantera. Nada más terminar salieron a escena los cuatro componentes de Volbeat al ritmo de The Devil’s Bleeding Crown, el primero de un buen racimo de temas del hasta la fecha su último disco.

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Tras un medley que finalizaron con I Only Want To Be With You subieron la temperatura de la sala con Lola Montez, uno de sus grandes clásicos. “Han pasado muchos años y todavía estáis aquí”, espetó un simpático y cercano Michael Poulsen. El frontman se aferró a una acústica y ejerció de ‘Johnny Cash’ antes de acometer Sad Man’s Tongue que contó con los coros de toda la audiencia al unísono.

Con influencia de la música de raíces americanas sonó The Lonesome Rider, paso previo a una coreada Let It Burn. En la formación de Volbeat destaca sobremanera la presencia del guitarrista Rob Caggiano, quien militó en Anthrax durante una década dividida en dos etapas. Y anoche en Bilbao recordó a su exbanda con una intro antes de asolar la Santana 27 al ritmo thrash de la corta pero intensa Slaytan, a la que encadenaron Dead But Rising. Todo es posible en una banda encabezada por un Michael Poulsen que lo mismo es seguidor de Johnny Cash que de Chuck Schuldiner (Death). Poulsen, Caggiano y el bajista Kaspar Boye Larsen intercambiaban posiciones constantemente siguiendo la tradición de directo de otra de sus influencias, Metallica, con lo que conseguían mucho dinamismo y llenar el escenario.

Los coros de los fans volvieron a atronar en 16 Dollars, que dio paso a la presentación del tema nuevo The Everlasting. Pero antes de interpretarlo Poulsen se dio cuenta de la presencia de una niña muy pequeña en las primeras filas y pidió que la subieran al escenario. For Evigt se ha convertido en uno de los nuevos clásicos de los daneses, como evidenciaron anoche en Bilbao. Poulsen no se olvidó de Vinnie Paul de Pantera a quien dedicó Seal The Deal antes de refrendar la gran influencia que ha tenido Metallica en su carrera con Doc Holliday. Dejaron el escenario cuando llevaban una hora y cinco minutos de concierto ante la gran expectación de una audiencia participativa.

Volvieron al ritmo de Black Rose, que dio paso a Fallen, uno de los temas con el que Michael Poulsen recuerda a su padre fallecido. El cantante y guitarrista se percató de que había bastantes niños en la audiencia y tuvo el detalle de subirles al escenario para que participaran de la fiesta sin tantos agobios y encima tuvieran un recuerdo de por vida. Otro gesto más del buen talante que mostró la banda danesa ayer en Bilbao. Cerraron el concierto con Still Counting completando una hora y media de actuación que significó un nuevo triunfo en la carrera de un grupo que desde hace mucho tiempo se puede considerar grande.

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