ENTREVISTA – MIKE TRAMP

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“Cuando grabamos ‘Pride’ éramos hermanos,
cuando grabamos ‘Big Game’ éramos millonarios”

MIKE TRAMP – “El rock ‘n’ roll es mi religión y mi filosofía” 

El vocalista, guitarrista y compositor danés Mike Tramp conoce todas las sensaciones que provoca la enorme montaña rusa del rock. Compró su ticket hace casi cuarenta años para embarcarse de la mano de Mabel, con quienes llegó a actuar en Eurovisión, y comenzar un progresivo viaje ascendente. De Dinamarca pasó a España, para posteriormente cumplir su ansiado deseo de vivir en Estados Unidos. Allí se asoció con el guitarrista Vito Bratta y fundó una de las mejores parejas en cuanto a composición de hard rock melódico se refiere. Con White Lion Mike Tramp llegó a la cúspide y se convirtió en uno de los iconos de la ‘era MTV’.

En los noventa la ruptura de White Lion le mostró el filo de un precipicio que pudo salvar intentando adaptarse a los tiempos de la mano de Freak Of Nature. Cuando empezó su carrera en solitario descubrió que el éxito también tiene su cara reversa y capeó la situación refugiándose en la composición. Decidió que era hora de resucitar a White Lion con otros músicos, pero la vida de este gigante aletargado del hard rock fue nuevamente efímera.  

Mike Tramp en vez de tirar la toalla volvió a enganchar su guitarra para dedicarse a lo que mejor sabe hacer; componer. En 2013 dio un nuevo giro a su carrera con el lanzamiento de Cobblestone Street, al que sucedió un año más tarde Museum. El pasado 28 de agosto editó Nomad, la obra que completa esta trilogía intimista que ha estado presentando por todo el mundo sin más compañía que su guitarra.

Al borde de uno de los múltiples canales que bañan la ciudad de Estocolmo, Metal Journal se reunió con Mike Tramp en la sala Debaser Strand una horas antes de su concierto en la capital sueca para conocer tanto los detalles del nuevo disco como para hacer una retrospectiva de una dilatada y productiva carrera. Mike Tramp se mostró transparente y sincero; tiene los pies en la tierra, el éxito nunca le ha nublado la vista y el fracaso tampoco le ha hecho perder el norte. Por eso sigue embarcado en la montaña rusa del rock cuatro décadas después de comenzar su viaje. 


Nomad es tu nuevo disco. Tú mismo puedes ser considerado un nómada después de haber vivido en Dinamarca, España, Estados Unidos, Australia… y haber girado por todo el mundo. ¿A qué llama ‘hogar’ un nómada como tú?
Le llamo ‘hogar’ a mi música. Nunca había planeado esto. Cuando miras atrás hacia tu vida te das cuenta de que entras en esa categoría de forma natural. El rock ‘n’ roll no es una moda, es un estilo de vida. Incluso cuando me levanto por la mañana y no estoy tocando la guitarra ni llevo una chaqueta de cuero, el modo en el que veo la vida es el rock ‘n’ roll. Es mi religión y mi filosofía. Es una forma de mirar las cosas. Y el ser nómada tiene que ver con que cada vez que veo que se necesitan cambios sigo adelante.

mike tramp-entrevista pic 4Con Nomad completas una trilogía que comenzaste en 2013 con Cobblestone Street y continuaste en 2014 con Museum. ¿Cómo definirías estos discos que has realizado en medio de largas giras?
Cuando entré a grabar Cobblestone Street no sabía lo que iba a suceder, pero me sirvió de señal y guía de lo que tenía que completar. Exploré mi composición en grado máximo y también examiné hasta dónde quería llegar. A veces entras en el estudio de grabación con una idea, pero cuando grabas las canciones salen sobre la marcha. Cuando empecé a registrar Cobblestone Street ni siquiera tenía planeado hacer un disco. En el estudio mi co-productor y socio me dijo a ver si podía tocar los temas del mismo modo en que los escribo. Cuando grabamos un par de canciones nos sentamos a escucharlas, nos miramos y nos dimos cuenta de que estaban completas. Para mí eso fue la vuelta a casa. No solo porque he grabado los tres discos en Conpenhague, Dinamarca, en el mismo barrio en el que nací, sino porque representan el estilo de composición de Mike Tramp. Y esa es la batalla más dura. No puedes categorizar a Mike Tramp como hard rock o metal, tienes que categorizarlo como Mike Tramp. Esta noche escucharéis canciones de White Lion, interpretadas de una forma un poco diferente pero todavía muy reconocibles. Y muchas de estas versiones reflejan el modo en el que las compuse originalmente, antes de que Vito y yo nos sentáramos juntos. Toda mi composición viene del mismo sitio. Cuando estaba en White Lion tenía entre 25 y 30 años y sonaba diferente. Con Freak Of Nature el sonido fue distinto, todavía estaba madurando. En lugar de ir a una tienda y comprarme una nueva camiseta y hacerme un nuevo corte de pelo, simplemente seguí el modo en el que mi voz y mi cuerpo estaban cambiando, además de mis propios sentimientos musicales. Con Freak Of Nature éramos una banda componiendo. Para mí el hecho de completar esta trilogía es como decirme a mí mismo que no he cambiado nunca.

¿Se notan muchas diferencias en Nomad con respecto a los dos discos anteriores?
La diferencia principal de Nomad es que se trata de un disco de banda de principio a fin. Las canciones se han compuesto del mismo modo que en los álbumes anteriores, pero ahora les hemos añadido el toque de una banda. El grupo ha sido grabado en vivo en el estudio. Toda la música del disco fue registrada en un solo día; ¡las diez canciones! Queríamos experimentar. Es una forma de demostrar que crees en ti mismo y que no tienes que probar nada a nadie. No soy Helloween, W.A.S.P. o Whitesnake, soy Mike Tramp. Es como cuando todos los días tomas café con leche y un día quieres cambiar y tomarte una manzanilla. El disco tiene diez canciones porque crecí escuchando álbumes de esa duración.

¿Girar completamente solo te hace sentirte más libre que nunca o echas de menos los altibajos de ir acompañado por una banda?
En esta gira, que empezó hace dos días, voy acompañado por una banda y el show es totalmente eléctrico. En este tour los teloneros son también mi grupo: Lucer, un conjunto muy joven de Dinamarca. En los últimos cuatro años he estado girando solo con mi guitarra y mi voz. Aunque quizá sea un poco pronto para decirlo sé que, aunque esté haciendo esta gira con una banda, el futuro de Mike Tramp será como artista en solitario. De este modo puedo controlar la energía y mi estado de ánimo. Ahora vamos a realizar 25 fechas hasta comienzos de octubre en buena parte de Europa.

¿Alguna posibilidad de acudir a España?
No es posible por el momento llevar a toda la banda hasta España. Tenemos que hacerlo de forma escalonada. Eso significaría que habría que tocar en Francia e Italia para aprovechar las distancias.

Comenzaste a ser músico cuando eras un niño. ¿Crees que fue demasiado pronto? ¿Consideras que perdiste una parte de tu niñez al tener que estar volcado en la música?
Por supuesto que es difícil. Es parecido a lo que les pasa a los futbolistas, que se comprometen con los clubes cuando tienen quince años. Bueno hoy en día lo hacen hasta con nueve años. Esto sucede con las escuelas de fútbol en Madrid, Barcelona… Yo entré a formar parte del grupo Mabel cuando tenía quince años y medio. Dejé la escuela sin saber dónde me metía. Ahora que estoy a punto de cumplir el 40 aniversario en el mundo de la música lo veo diferente. Entonces no podía combinar ambas facetas. A los 16 años no podía ser el cantante de una banda y andar por mi barrio como otros chicos. No funcionaba así en aquella época.

Concursaste en Eurovisión con Mabel en 1978 con la canción Boom Boom
Para mí es uno de los errores que me han hecho aprender. Todo lo que he intentado en mi vida ha servido como una señal de aviso para el futuro. Si veo que es un error sé que no tengo que cometerlo de nuevo. El plan para Mabel era salir a la carretera como una banda de rock y de repente aquello no sucedió. La gente de la compañía nos lo propuso como una buena idea. Desde el mismo momento que salimos seleccionados para Eurovisión en Dinamarca fuimos tan populares que llegamos a saturar al público. Fue entonces cuando nos mudamos a España.

¿Ni siquiera te queda un buen recuerdo del mismo día del concurso de Eurovisión?
Entonces no teníamos ni idea de lo que podíamos esperar allí. Sentía que no pertenecía a todo aquello, ja, ja.

¿Qué te encontraste en España?
España llegó en el momento adecuado. Los chicos de Mabel eran unos diez años mayores que yo. Cuando llegamos a España en 1979 es cuando empecé a desarrollarme como músico. Comencé a escribir todas las canciones y fui cambiando la banda poco a poco para convertirnos en un grupo de rock. Fue allí cuando desarrollé una versión muy primitiva de cómo compongo las canciones.

¿Fue entonces cuando Mabel se convirtió en Studs?
Le dije a la compañía de discos que ya no quería seguir de aquella forma. Se acordó terminar con la banda y reconvertirla para que sonara diferente y tuviera otra apariencia (Studs), pero en realidad no fue más que un paso previo para dar el salto a América.

¿Dónde grabasteis el disco de Studs?
En Madrid, vivíamos allí.

¿Todavía te quedan amigos en Madrid de aquella época?
Sí, sí, mucha gente con la que contacto de vez en cuando.

mike tramp-entrevista pic 5En América os convertisteis en Danish Lions.
Eso fue cuando llegamos a Nueva York, aunque éramos la misma banda. Había leído en Melody Maker o Musical Express sobre la New Wave Of British Heavy Metal. El nombre Studs (tachas) sonaba muy metal. Por aquella época Van Halen vinieron de promoción a España. Compartíamos la misma compañía de discos, Hispavox, y entonces era mi banda preferida, así que necesitaba conocerles. Como hablaba algo de español la discográfica me envió con ellos los días que estuvieron en España. Entonces no les conocía mucha gente, solo hicieron unos shows de radio y televisión, como Aplauso. Estuve con David Lee Roth, le di el disco y le dije que mi sueño era tocar en América. Miró la portada y dijo; ‘Studs, no os podéis llamar así, a menos que queráis ser los nuevos Village People’. Cuando llegué a casa me di cuenta de que tenía 5.000 discos…

¿Cómo te aclimataste al estilo de vida de América de los años ochenta?
Ya me había preparado incluso antes de marcharme de Madrid. Tenía muchos amigos americanos de la base aérea de Torrejón De Ardoz. Comencé a leer libros americanos… Tenía claro que el primer día que llegase a Nueva York ya quería ser americano, no quería ser un turista. Pretendía saber todo sobre el país para que no fuera forzado. Y así ha sido desde entonces, todo en América es de lo más natural para mí.

¿Qué recuerdas de la formación de White Lion?
A finales de 1982 tocamos en un club en Brooklyn como Danish Lions. Había otra banda en el camerino, Dreamer. Allí estábamos cuatro chicos de Escandinavia viendo cómo tocaba su guitarrista (Vito Bratta). Entonces me di cuenta de que era justo lo que necesitaba. Cuando nos separamos un poco después y volvimos a casa, decidí regresar a América rápidamente. Conseguí el teléfono de Vito y fue el primero al que llamé. Aquel mismo día formamos la banda.

Hoy en día se ve que eres una persona con los pies en la tierra, pero en los ochenta te convertiste en una estrella del rock. ¿Es difícil ser un ‘rock star’?
Sí lo es porque nunca he sido bueno en eso. Soy tal como me ves. No soy ese tipo de músicos que nunca te dicen la verdad, yo te voy a decir toda la verdad. Es simplemente cómo soy. Soy un chico de las calles de Copenhague, Dinamarca. Y me gusta llevar el control de las cosas. Ya comencé a hacerlo con Freak Of Nature porque quería escapar de todo aquello tan masivo que habíamos vivido con White Lion. Y eso que White Lion nunca fuimos como Poison o todas aquellas bandas de Los Ángeles. En cierto modo éramos chicos de Brooklyn bastante accesibles. Estaba muy cómodo sin tener que estar fingiendo. A comienzos de los ochenta tenías que hacer las entrevistas como un show. A todo el mundo le gustaba escuchar las grandes historias, como las de David Lee Roth. Todo era muy extravagante. Yo no puedo hacer eso, soy tal como soy. Yo puedo conducir el bus de la banda en las giras. Cuando termina cada concierto bajo a la audiencia para firmar CD’s… En cierto modo esto explica por qué no ha habido ninguna reunión de las bandas en las que he estado. No puedo ser el Mike Tramp de 1988 ni cantando ni nada por el estilo, y tampoco quiero. Asimismo, no puedo ser como cuando estaba en Freak Of Nature. Soy 25 años mayor. Sé que hay bandas que se ponen el maquillaje, sacan fuego y se dicen a sí mismos que suenan como antes. Yo no soy así. Simplemente quiero seguir con mi música. Puedes verme dentro de diez años y las historias que te cuente serán fiables. No te hablaré de chicas. Nunca he hecho eso.

Tú no eres Gene Simmons, ja, ja.
No, ni David Coverdale, ja, ja…

¿Qué momentos inolvidables viviste con White Lion?
Destacaría la subida hacia el éxito. No el éxito en sí, sino cómo lo fuimos construyendo. Cuando Vito y yo compusimos la primera canción, que fue Broken Heart, ya entonces descubrimos cómo sonábamos. Cada vez que completábamos un tema era un momento increíblemente especial. Para mucha gente la cima sería alcanzar los discos de oro o cuando te desplazas a los conciertos en limusina. Para mí en cambio los puntos álgidos fueron los momentos especiales que vivimos juntos, cuando éramos una banda. Con Pride nos convertimos en White Lion. Cuando grabamos Pride éramos hermanos, cuando grabamos Big Game éramos millonarios. Cuando aparecíamos en el estudio hablábamos de nuestras nuevas motos o coches, que tenían que ser cada vez más grandes. Mane Attraction en cierto modo sirvió como una máquina de rescate para Vito y para mí. Pero entonces ya no se trataba de una banda, éramos Vito y yo escribiendo canciones, y después las ensayábamos con James (LoMenzo) y Greg (D’Angelo).

Vito y tú conformasteis uno de los mejores equipos de composición en el ámbito del hard rock. Posteriormente fue un caso prácticamente único cuando Bratta desapareció todavía en la cima del éxito. Años después tuvisteis problemas legales… ¿Pero cómo recuerdas a día de hoy vuestra química en la composición?
Eso lo único que hubo. Cuando estaba sentado junto a Vito escribiendo canciones y hablando el lenguaje de la música éramos al 100% como la misma persona, cuando eso se acababa nos convertíamos en el ‘cielo y el infierno’. Después de escribir un tema no solíamos ir a tomar un café. Nunca hemos ido al cine juntos ni hemos ido a cenar juntos, pero escribimos grandes canciones de rock que permanecerán para siempre.

¿Le echas de menos como compañero de composición?
No, en primer lugar porque ya no escribo como antes. Hoy mis canciones son una continuación de quien soy. Ya no me siento a pensar cómo será un tema. Tan pronto como me cuelgo la guitarra las canciones aparecen. No tengo un contrato de una compañía exigiéndome diez temas en una fecha determinada. Cuando he grabado estos tres discos de la trilogía ni siquiera tenía el contrato hasta que los álbumes han estado hechos. Tengo el control de mi propio ‘bambino’. Y esto lo hace totalmente diferente, porque no te tienes que concentrar en nada que no sea la canción. Ya no hay que pensar en la radio, en la MTV, esos días se quedaron atrás. Este es el modo en que quiero que me vea y me recuerde la gente.

Freak Of Nature fue un modo de adentrarte en los noventa sin intentar copiar a White Lion. ¿Fue una decisión valiente o quizás demasiado arriesgada?
No hay duda de que fue una decisión personal. Fue un modo de rescatarme para volver a amar el rock ‘n’ roll y disfrutar de esa sensación de nuevo. En White Lion habíamos perdido todo eso, ya no éramos una banda. Freak Of Nature no se basaba en el éxito, sino en ser leales al rock ‘n’ roll. Hay un dato muy interesante que la mayoría de gente no entiende. Como esta banda se convirtió en algo muy especial en la cima de mi carrera, cuando descubrí que el grupo se estaba separando un poco en el segundo disco, entonces intervine. Sois mis hermanos, quiero mantener el recuerdo de mi mejor época en la vida. Fue entonces cuando terminamos. En esta banda no íbamos a incorporar un nuevo guitarrista, otro batería, un bajista en el siguiente disco… Freak Of Nature fue el ejemplo perfecto, porque nunca nos arruinamos a nosotros mismos, paramos cuando todavía era todo estaba bien.

¿Todavía mantienes relación con tus excompañeros de Freak Of Nature?
Sí, son mis mejores amigos. Aunque hay una parte de mí que le encantaría salir de gira con ellos, no creo que pudiera por el requerimiento físico. Así que prefiero mantener las memorias.

¿De White Lion mantienes contacto con James LoMenzo?
Sí, siempre ha sido un muy buen amigo mío, y lo sigue siendo.

¿Has seguido su carrera en bandas como Megadeth…?
Sí, ha estado en todas las bandas que existen, ja, ja. Es un verdadero nómada musical. Es un gran músico y le divierte tocar con mucha gente. Es como Jack Bruce, John Entwistle, y Vito le pedía tocar na, na, na… (canta de un modo machacón).

mike tramp-entrevista pic 3¿El hecho de resucitar White Lion y editar Return Of The Pride lo consideras otro de esos ‘errores de aprendizaje’?
Sí, es casi como algo que no haces a propósito. Si digo esto es una mala excusa porque lo hice. Pero si no lo hubiera intentado todavía me estaría preguntando qué hubiese pasado. Había dicho adiós a mi banda en 1991. Tras mis tres primeros discos en solitario, estaba en un tren en un viaje entre dos conciertos en Francia. Iba con el promotor y mi representante, que nunca hizo nada bueno por mí. Me decía que el día anterior habíamos tocado para 15 personas, el siguiente para 25 y que podría estar tocando para 25.000 y que me pagarían 25.000 dólares en vez de 100. Pensé que era mi banda y mis canciones. Organicé un grupo y lo primero que hice es cambiar el estilo de música. Aunque se llamaban Tramp’s White Lion, quería sonar más como Thin Lizzy o UFO que como White Lion. Return Of The Pride es un gran disco, pero no se le puede llamar White Lion, porque no lo es. Incluso a Mozart y Beethoven les sucedió. Tenía que escribir canciones como Battle At Little Big Horn, Sangre De Cristo o algunas otras épicas, que no puedo componer hoy en día. Aunque estoy orgulloso de ese disco, no puede ir con el nombre de White Lion. Y Vito pensó lo mismo…

Escribiste Hymn To Ronnie en 2010 a modo de homenaje a Ronnie James Dio. Giraste con Dio en los noventa cuando estabas en Freak Of Nature. ¿Cómo recuerdas a Ronnie James Dio?
Ronnie James Dio es el cimiento de buena parte del rock ‘n’ roll desde los años setenta. Su influencia se puede escuchar en infinidad de bandas. Ha tenido un enorme impacto en diferentes grupos y estilos musicales. Descubrí a Ronnie en 1976 cuando él estaba en Rainbow y yo en Mabel. Nos ofrecieron abrir para ellos en Copenhague, pero no podíamos hacerlo, nosotros éramos como Los Pecos, ja, ja. Solo tenía 16 años, estábamos allí sentados en el pabellón y fue increíble. Cuando escribí Hymn To Ronnie intenté seguir su camino. Ni canto ni escribo canciones como él, pero es como si estuviera ahí como una guía. Además de tocar con él colaboramos con ‘Children Of The Night’, su fundación en Los Ángeles. Muchas bandas nos reuníamos para actuar allí. Como los tiempos habían cambiado, tuvimos muchas oportunidades de hablar con Ronnie. Los camerinos ya no eran una locura como antes y solo estábamos unas pocas personas. Con Freak Of Nature queríamos volver de lleno al rock y ver a Ronnie fue… Quería que Hymn To Ronnie fuera opuesta a los temas que otras bandas estaban haciendo a modo de homenaje. Pretendía realizar una canción que fuera un viaje a través de su vida.

Tienes algunos de tus ídolos tatuados en tu cuerpo: Phil Lynott, Bob Dylan y Bruce Springsteen. (En ese momento Tramp nos enseña un cuarto tatuaje dedicado a Johnny Cash).
Hay gente que espera que tenga a Vince Neil, etc… Crecí escuchando a Bob Dylan en mi casa. La música folk en Dinamarca a comienzos de los setenta conforma mis raíces. Cuando ves la época de Vince Neil, Bret Michaels, Mike Tramp, Tom Keiffer y todo el sonido de los ochenta, parece difícil entender que me inspirara Bob Dylan. Entonces yo que llevaba aquella melena rubia… pero en realidad es de donde vienen mis canciones. Mi madre solía poner Elvis, Bob Dylan y Roy Orbison en el tocadiscos para despertarnos. Y mi profesor de música lo único que me enseñó fue Knocking On Heavens Door. Eso es todo lo que necesitas, ahora ya puedes salir al mundo.

¿Qué significa Phil Lynott para ti?
Mucha gente se queda con la parte más heavy de Thin Lizzy, pero sus canciones transmiten las raíces de Irlanda, conectan con Van Morrison, Bob Dylan… Esa es mi mayor conexión con Phil, su composición, las letras, su pronunciación. Es uno de los grandes letristas. Todo parte de la total confianza que tienen en quiénes son. Todos ellos, Dylan prácticamente desde el comienzo, disponen de esa confianza. Yo necesité 30 años para entender que lo que aprendí en el comienzo es lo que yo era entonces, y lo que conocí durante el camino es quien soy ahora. Cuando me siento en el hotel con mi guitarra tengo las mismas sensaciones que cuando estaba en Copenhague cantando That’s Alright Mama. Y ya no quiero ser otra cosa. A veces escucho Queen, otras Thin Lizzy, Rainbow, UFO, Black Sabbath, y otros días me pongo Bob Dylan las 24 horas. Entiendo que eso no encaja con la imagen de Vince Neil o Tommy Lee destrozando la habitación de un hotel. Soy diferente, soy yo mismo.

¿Tuviste la oportunidad de ver a Thin Lizzy en directo?
Sí, en Madrid en 1981 en la gira de Renegade. La mayor experiencia para mí es su vida y su música (Phil Lynott). Porque cuando los vi allí era diferente a la época de Johnny The Fox, Bad Reputation o Nightlife. Thin Lizzy nunca se habían metido en los sonidos más modernos. Para mí son los ‘The Allman Brothers’ de Irlanda, nunca se convirtieron en Judas Priest…

Has mencionado algunos de los iconos del hard rock de los ochenta; Vince Neil, Bret Michaels… ¿Consideras a alguno de ellos como amigo?
Simplemente estaba bromeando. No me mandan cartas por mi cumpleaños. La única razón por la que bromeo, en ocasiones también en el escenario, es porque vivimos tiempos diferentes. Nunca he dicho nada malo de ellos. Una de las cosas que noté en la gente que me encontré en América es que muchos de ellos querían ser estrellas del rock y vivir esa vida. Y yo no. El hecho de que me convirtiera en un buen compositor y ahora en una persona honesta es otra historia. Ahí es donde reside la diferencia. Casi no queda nada del negocio musical tal como lo conocimos. Solo se vende el 10% de discos físicos, el resto son descargas. Cuando era un chaval un día que iba andando por una calle de mi barrio vi a un pintor. Le dije que tenía un cuadro impresionante. Le pregunté cuánto costaba y me dijo que no estaba a la venta. Me explicó que lo hacía porque le encantaba pintar. Yo escribo las canciones tal como salen y no pensando en el dinero que me van a reportar. Lo más importante es el sentimiento de escribir un tema y después salir a tocar. When The Children Cry fue escrita por la misma razón. La compuse en 1985 cuando Ronald Reagan era presidente de Estados Unidos. América era muy potente en el plano mundial, una súper potencia. Con este tema pedí disculpas a los niños de las siguientes generaciones por el lío que les íbamos a dejar. Fue como una visión de Nostradamus. Fue un sentimiento honesto. No planeé escribir algo así, simplemente surgió. Lo mismo con Little Fighter, Cry For Freedom, Lady Of The Valley…  Muchas de esas canciones surgieron en su primera etapa cuando intentaba escaparme de la imagen de icono del rock. Los fans que vienen a verme son casi de mi misma edad. No quieren que salga y cante sobre sexo, son maduros como yo; padres, matrimonios, escuchan la vida en mis letras. Y esto es porque soy europeo, me eduqué sabiendo que el mundo era un lugar muy grande. Algunos de esos iconos del rock en América solo ven América.

Crónica de Mike Tramp en Debaser Strand (Estocolmo)

Crítica de Nomad de Mike Tramp

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