Glenn Hughes, la gama púrpura de una voz eterna

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GLENN HUGHES
performs classic DEEP PURPLE live
Sala BBK, Bilbao
4 de abril de 2019

Apenas fue un breve período de tiempo; un par de años que significaron mucho en la historia del rock. El ‘Mark III’ de Deep Purple supuso el aire fresco de la entrada del ex Trapeze Glenn Hughes y del entonces desconocido vocalista David Coverdale. Dos músicos que tenían la misión casi imposible de hacer olvidar a Ian Gillan y Roger Glover y de suceder a la época más exitosa de la banda británica. Aunque comercialmente no consiguieron su cometido musicalmente cuajaron un disco esencial como Burn y otro meritorio como Stormbringer, ambos editados en 1974.

Aquella formación de Deep Purple es irrepetible desde el fallecimiento del teclista Jon Lord en julio de 2012. El guitarrista Ritchie Blackmore sigue activo con sus remozados Rainbow y con Blackmore’s Night, el batería Ian Paice continúa marcando el ritmo de Deep Purple cuatro décadas después, el vocalista David Coverdale está a punto de editar un nuevo disco de Whitesnake y Glenn Hughes lleva un par de años decidido a recuperar los ecos tanto de aquel ‘Mark III’ como del ‘Mark IV’ de los Purple.

El año pasado los aficionados vizcaínos tuvieron la oportunidad de catar esta misma gira –‘Glenn Hughes performs classic Deep Purple live’ en el festival BBK Music Legends que se celebró en Sondika a finales de junio. Apenas nueve meses después, el cantante y bajista británico se ha embarcado en un tour de cuatro fechas en España: Barcelona, Madrid, Bilbao y Avilés (hoy, 5 de abril, Teatro Palacio Valdés) para volver a desempolvar el material de Deep Purple. En las dos últimas fechas con el aliciente añadido de haber colgado el cartel de ‘sold out’ (todas las entradas vendidas).

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Ante una abarrotada Sala BBK, ubicada en plena Gran Vía de Bilbao, Glenn Hughes calcó anoche el inicio del festival BBK Music Legends enlazando el hard rock de Stormbringer con la pegadiza Might Just Take Your Life y la magia de Sail Away. Vestido de negro con una chaqueta con las mangas con los colores de la bandera británica, un pañuelo rojo anudado al cuello y una larga melena, la envidiable figura de Glenn Hughes a sus 67 años tampoco dista en demasía de la que lucía en plenos años setenta. Ni siquiera los excesos de juventud han hecho mella en uno de los músicos más en forma de su generación. Los fans solo necesitaron unos minutos para descubrir que el color de la voz de Hughes sigue intacto, pero el recital solo acababa de comenzar.

You Fool No One del Burn fue la canción más larga de la noche; más de 20 minutos en los que enlazaron diferentes piezas como High Ball Shooter, Hughes se sumergió en territorios de blues y rock ‘n’ roll y el batería británico Ash Sheehan (Dead Sea Skulls) se llevó todos los focos en un extraordinario y extenso solo en el que lució además todo un catálogo de malabares. Sin duda un descanso que impulsó el resto de una actuación que iba in crescendo.

Glenn Hughes se mostró en todo momento muy agradecido a los fans enarbolando un mensaje de paz y amor acorde con la época de la música que estaban interpretando. “He venido aquí para devolveros algo de todo el amor que me habéis dado estos años”, espetó el cantante y bajista inglés. Además del batería Ash Sheehan, la banda la completan dos músicos daneses: el guitarrista Soren Andersen y el teclista Jesper Bo Hansen aportando los sonidos de Hammond que popularizó Jon Lord. Todos ellos eran conscientes de que el espacio central era coto exclusivo de la estrella de la noche. Los tres componentes de la banda de Hughes se limitaron a tocar con solvencia sin buscar un exceso de protagonismo.

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A pesar de la esencia hard rock del legado de Deep Purple los seguidores asistieron al concierto sentados en todo momento. A diferencia de otras bandas que han pasado por esta sala, Hughes no solicitó que los fans se pusieran de pie. “Este tema lo compuse con David Coverdale”, espetó en la introducción de la emotiva You Keep On Moving. Había llegado el momento del ‘Mark IV’ y del disco Come Taste The Band en el que el guitarrista Tommy Bolin (fallecido en 1976) sucedió a Ritchie Blackmore en el viraje más funky de la banda británica. Ni siquiera los problemas técnicos con el teclado pudieron empañar el recital vocal de un Glenn Hughes que alcanzaba agudos imposibles y que estiraba su voz hasta territorios de otro mundo. Fue un pequeño pero intenso solo de voz el que subió la temperatura de la Sala BBK.

Hughes tuvo un emotivo recuerdo para su antiguo compañero Tommy Bolin, a quien llamó “hermano”. Aseguró que una parte del guitarrista sigue viva en él y confesó que le recuerda y le echa de menos cada día. El homenaje lo completaron con un extenso Gettin’ Tighter en el que sobresalieron dos meritorios solos de guitarra y bajo.

Hughes se retrotrajo al verano de 1973 cuando estaba en casa de Ritchie Blackmore. Aseguró que el guitarrista entonces solo tenía una idea para el disco Burn. Cuando le mostró Mistreated Glenn Hughes confesó que se dio cuenta de que todo iba a ir bien. Y fue precisamente Mistreated uno de los mejores momentos del concierto con unos aficionados que se sumaron a los coros y con un Hughes que volvió a rebasar todos los límites en una nueva demostración de alma y técnica vocal.

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Muchos seguidores agradecieron el riff por antonomasia; el de Smoke On The Water que anoche fue el único recuerdo al material de Deep Purple previo a la entrada de Hughes a la banda. En Sondika el año pasado también tocaron Highway Star. Como es habitual enlazaron Smoke On The Water con la personal adaptación de Georgia On My Mind de nuevo con un Hughes inconmensurable que volvió a dejar boquiabiertos a buena parte de sus seguidores.

Había llegado el momento de la despedida con un único bis: un Burn que sirvió de soberbio colofón a un concierto de una hora y tres cuartos. Hughes se despidió de sus fans y ensalzó los valores de la música, a la que tildó de ‘sanadora’, poniéndola muy por encima de la política.

En total cinco temas de Burn, uno de Stormbringer, dos de Come Taste The Band, además de Smoke On The Water como único recuerdo al ‘Mark II’ de Deep Purple. Algunos seguidores hubieran preferido recortar las canciones más extensas y que hubieran rescatado otras como Lay Down, Stay Down, Holy Man, Hold On, Lady Double Dealer o The Gypsy. Sin embargo, su apuesta es plantear los conciertos como se hacía en los años setenta con piezas interminables y largos desarrollos instrumentales.

Glenn Hughes, un ‘rock star’ de raza, toda una leyenda que hace honor al ciclo que plantea la Sala BBK, triunfó ayer con la gama púrpura de su voz eterna que sobrepasa estilos tan dispares como el hard rock, blues, funk, jazz, soul y un largo etcétera. Se le conoce como ‘La voz del rock’ y en cada concierto es capaz de rubricarlo. Anoche lo volvió a hacer en pleno corazón de Bilbao.

GLENN HUGHES SETLIST

Stormbringer
Might Just Take Your Life
Sail Away
You Fool No One (extendida)
You Keep On Moving
Gettin’ Tighter
Mistreated
Smoke On The Water / Georgia On My Mind

Burn

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