‘Black Sabbath’, 50 años de un disco que revolucionó la música

black sabbath 1970

Black Sabbath editó su primer disco homónimo el 13 de febrero de 1970, y desde aquel día ya nada volvería a ser lo mismo. Muchos atribuyen esa fecha como la primera piedra oficial de la fundación de un nuevo estilo que se conocería como heavy metal. Una discusión bizantina sobre unas fronteras difusas que también habían trazado bandas que llegaban de los años sesenta asentando los pilares del hard rock, como Led Zeppelin, Deep Purple y un largo etcétera. Lo que sí es más que evidente es que aquella unión de cuatro talentos; Tony Iommi, Ozzy Osbourne, Geezer Butler y Bill Ward, marcaría de por vida a las generaciones venideras. Birmingham fue el epicentro de aquella banda que plasmaría su primer trabajo en Londres.

El batería Bill Ward definió de esta manera el primer disco de la banda: Para mí el álbum más preciado. El álbum más apegado emocionalmente. El álbum con el himno de Sabbath, «Black Sabbath». La canción, su esencia misma está asegurada y unida por cuatro fuerzas poderosas, cada una equilibrada y tejida de por vida, nuestro punto de reunión; el núcleo de quiénes éramos; el principio de lo que defendimos y en lo que creímos … Por favor, tened en cuenta que los años tocando, las dificultades, y muchos, muchos conciertos y trabajo duro fueron parte de este álbum. Fuimos una gran banda en vivo, intransigente, casi sin miedo. Originalmente crecíamos en riesgo siendo diferentes en nuestros ritmos, apoyando cada parte musical en la conquista individual, así como asociándonos con todo el esfuerzo como cuatro músicos”.

El bajista Geezer Butler fue mucho más conciso al sintetizar esta obra: “Tomamos las raíces del blues y las hicimos más heavies, porque nos gustaban Hendrix y Cream, que eran las bandas más heavies en aquella época. Simplemente queríamos ser más heavies que todos los demás”.

Primero se denominaron The Polka Tulk Blues Band y después Earth, una época en la que el guitarrista Tony Iommi decidió aceptar el ofrecimiento de Jethro Tull para sustituir a Mick Abrahams. Para el alivio de sus compañeros de Earth, aquel idilio con Jethro Tull fue prácticamente anecdótico y Iommi regresó a la banda con miras más profesionales.

Fue en el verano de 1969 y en un ferry en dirección a Alemania cuando apostaron por el título de ‘Black Sabbath’, tomado de una película de terror de Boris Karloff de 1963, primero para la canción y después para la banda. Tras regresar de Alemania grabaron una demo del tema ‘The Rebel’ en los Trident Studios del Soho en Londres.

Tras no conseguir el interés de los sellos, el mánager Jim Simpson apostó por grabar un disco entero de Black Sabbath como mejor tarjeta de presentación que una demo. Primero la banda tuvo que entrar de nuevo en los Trident Studios el 10 de noviembre para registrar una versión de Evil Woman (Don’t Play Your Games With Me), que el grupo Crow había conseguido meter en el Top 100 americano.

Siete días más tarde Black Sabbath volvieron de nuevo a Londres para entrar en los Regent Sound para registrar su disco de debut bajo los mandos de Rodger Bain y con Tom Allom como ingeniero de sonido. Contaron con dos días. El primero, el 17 de noviembre, registraron el álbum, y el segundo lo dedicaron a la edición y las mezclas.

El disco contó con dos versiones; Evil Woman de Crow y Warning de The Aynsley Dunbar Retaliation. Buena parte de los elementos que caracterizaron el estilo de Black Sabbath en los años setenta ya estaban presentes en aquel trabajo. Los profundos riffs de Tony Iommi, la imaginería ocultista, oscura y mágica, la particular voz de Ozzy Osbourne, la fuerza y cadencia de sus canciones… Todo ello ya se podía ver desde la inicial Black Sabbath, un tema capaz de abanderar todo un estilo.

Además de Black Sabbath, aquel primer disco también incluía otras de las grandes favoritas de los fans, como The Wizard o N.I.B., además de piezas indispensables como Behind The Wall Of Sleep o Sleeping Village.

Crear aquella obra maestra costó 600 libras y fue Phillips quien aceptó el reto. Primero editó el single Evil Woman (Don’t Play Your Games With Me) a través del sello Fontana, para después dejar la edición del disco a la subsidiaria Vertigo, que lanzó el álbum un viernes 13 de febrero de 1970.

Keef fue el encargado realizar el diseño de un disco que siempre será recordado por la evocadora portada en la que se puede ver a una misteriosa mujer joven apostada delante del molino de agua Mapledurham Watermill, ubicado en Oxfordshire. En el interior del álbum incluyeron una cruz invertida y un poema, que conectaron a la banda a una tendencia satánica que los músicos no seguían.

El éxito del disco fue instantáneo. Alcanzó la posición número 8 en las listas británicas en las que se mantendría durante 42 semanas. En Estados Unidos el álbum salió a la venta el 1 de junio a través de Warner Bros alcanzando la posición 23 en las listas. Los británicos consiguieron alcanzar el disco de oro y posteriormente el de platino. A partir de entonces la semilla germinó en una leyenda que, aunque su último concierto se celebró en Birmingham el 4 de febrero de 2017, no morirá nunca.

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