W.A.S.P.
Golgotha
Napalm
Usar la fórmula del éxito en la música una y otra vez puede tener resultados muy dispares. Si los temas adolecen de falta de calidad entonces el producto no será más que una burda copia. Pero si las canciones tienen chispa y cuajo por sí mismas, entonces se da con la tecla que no defrauda a los seguidores. En este último caso se podría encuadrar el nuevo disco de W.A.S.P.; Golgotha.
Se trata del decimoquinto álbum de la banda americana y del sucesor de Babylon tras seis años de ausencia discográfica. Distintos problemas físicos del vocalista Blackie Lawless, el único miembro original que permanece a bordo, han obligado a que esta espera se haya alargado sobremanera.
Abren con Scream, una canción que redirige al oyente hacia la mejor época de W.A.S.P. de los ochenta. Heavy con el sello particular de la peculiar voz de Blackie y esas guitarras que conectan con el estilo de los primeros discos de los angelinos. Mantienen la línea con Last Runaway, una composición pegadiza y bien engarzada que completa un inicio de disco prometedor.
El sello de W.A.S.P. sigue impreso en Shotgun, otro tema heavy marca de la casa. Uno de los momentos cruciales del álbum llega con la intensa y emotiva balada Miss You, de ocho minutos, rescatada ni más ni menos que de las sesiones del clásico The Crimson Idol. Es en esa vena pasional en la que también inciden con el intenso medio tiempo Fallen Under.
Otro de los picos del disco llega con una pieza extensa, Slaves Of The New World Order, que alterna distintas tensiones y que recuerda a los W.A.S.P. más profundos de finales de los ochenta y comienzos de los noventa. Blackie y los suyos siguen esa misma estela con Eye Of My Maker.
Completan este lanzamiento con Hero Of The World y el tema título, Golgotha, sin duda otra de las composiciones más inspiradas de un trabajo que devuelve buenas sensaciones para los seguidores de un grupo cuyos discos y directos pueden ser de cal o de arena.
Golgotha es un álbum que no defraudará a los viejos fans de la banda. Compendia parte de la actitud de los primeros discos de W.A.S.P. con otros elementos de sus trabajos más ‘serios’, como The Headless Children o The Crimson Idol y se convierte en una buena carta de presentación de cara a la inminente gira.
