ROCK FEST BARCELONA 2016 – CRÓNICA DE LA TERCERA JORNADA

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DOMINGO, 17 DE JULIO

ALYANZA – ECLIPSE – THE ANSWER – CANDLEMASS – CICLONAUTAS – OBITUARY – IMPELLITTERI – ANTHRAX – AMON AMARTH – THIN LIZZY – WHITESNAKE – TWISTED SISTER – SLAYER

ECLIPSE

 

Los seguidores tuvieron que desperezarse relativamente pronto para poder ver a una de las perlas melódicas de Escandinavia; Eclipse. Tras editar Armageddonize el año pasado y haberse quedado en el camino en su intento de representar a Suecia en Eurovisión, recalaban en Rock Fest Barcelona para batirse a la 13.30 horas ante los más valientes que desafiaban el calor en las peores horas del mediodía.

Al comando de Eclipse estaba el vocalista Erik Mårtensson, conocido por su trabajo con W.E.T. y más recientemente por haber firmado un sensacional disco de debut con Ronnie Atkins de Pretty Maids en Nordic Union.

Los de Estocolmo derrocharon un brío inusitado a pesar de la hora en un comienzo de concierto dedicado a su último trabajo de estudio con I Don’t Wanna Say I’m Sorry y Stand On Your Feet. Mårtensson no dejaba de recorrer el escenario, saludar a los fans de las primeras filas y mostrarse como un más que notable frontman.

Entremezclaron canciones de Bleed And Scream y Armageddonize, que básicamente sostuvieron el repertorio de Eclipse en Rock Fest Barcelona. Interpretaron Wake Me Up, The Storm, Battlegrounds, Breakdown y Blood Enemies de forma consecutiva.

A medio camino entre el rock melódico y el heavy metal Eclipse sobresalía por una actuación dinámica y por una gran solvencia instrumental. Mårtensson se erigió en absoluto protagonista encaminándose hacia la recta final con Ain’t Dead Yet y Bleed & Scream. Cerraron su set de 50 minutos con Runaways, el tema con el que aspiraban a llegar a Eurovisión, y con Breaking My Heart Again dejando muy buenas sensaciones entre los más madrugadores.

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THE ANSWER

 

Los seguidores del hard rock podían enlazar dos bandas seguidas con la presencia de los norirlandeses The Answer, quienes derrocharon su rock con influencias setenteras y muchos guiños blueseros. Con una puesta en escena muy clásica, fue el vocalista Cormac Neeson quien asumió las riendas de un show de 50 minutos.

No olvidaron que tienen un nuevo disco en lanzadera, Solas, y emplazaron a los fans a reencontrarse en Barcelona en diciembre, donde compartirán escenario con The Dead Daisies. Sin embargo, el núcleo de la actuación de The Answer en Rock Fest Barcelona se concentró en su primer y más aclamado lanzamiento, Rise, del que tocaron Never Too Late, Come Follow Me, Sometimes Your Love o Into The Gutter.

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CANDLEMASS

 

Al igual que les había sucedido a bandas como Moonspell, los maestros suecos del doom metal Candlemass sufrieron las inclemencias de un sol que apuntaba directamente a su línea de flotación y que lógicamente mermó notablemente su actuación en Rock Fest Barcelona.

Encabezados por Mats Levén, uno de los vocalistas con más pedigrí en Suecia después de haber militado en infinidad de bandas como Yngwie Malmsteen, Therion o At Vance, Candlemass siguen celebrando sus mas de tres décadas en el mundo de la música.

Los riffs pétreos de los nórdicos se sucedieron sin concesión bien coronados por un Mats Levén que dejó constancia de su gran voz. Eso sí, hay muchos seguidores de Candlemass que siguen echando de menos a Messiah Marcolin. En la primera parte del show sobresalió el clásico Ancient Dreams con temas como Mirror Mirror o A Cry From The Crypt. No desestimaron su material más moderno, como evidenciaron con Emperor Of The Void. En la recta final pusieron en valor su recordado debut, Epicus Doomicus Metallicus, con dos canciones fundamentales: Crystal Ball y Solitude.

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CICLONAUTAS

 

Ciclonautas salieron al escenario de Rock Fest Barcelona para recrear su particular propuesta musical en la que combinan estilos tan dispares como el stoner y el rock urbano. Impulsados por la batería de Alén Ayerdi (Marea), destacaron por el desparpajo del vocalista y guitarrista argentino Mai Medina. Contaron con tres cuartos de hora antes de la llegada de los platos fuertes de la jornada del domingo.

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OBITUARY

 

Una cosa es salir de día y otra es hacerlo a pleno sol. Al igual que les había sucedido a bandas como Moonspell o Candlemass, Obituary también se vieron claramente mermados ante una situación que les ponía en franca desventaja. Como si se tratasen de vampiros descubiertos en pleno amanecer, los de Florida parecían desubicados ante la impenitente tortura de los rayos de sol. Más si cabe cuando en sus propias actuaciones abusan de luces tenues que prácticamente imposibilitan verles las caras.

Venían con la vitola de ser la banda más extrema de la tercera edición de Rock Fest Barcelona y así lo rubricaron con Redneck Stomp y dos temas seguidos de su última obra (Inked In Blood): Centuries Of Lies y Visions In My Head. Los de Tampa bregaron contra las adversidades volcando claramente la actuación en sus dos primeros trabajos; Slowly We Rot y Cause Of Death, de los que llegaron a interpretar hasta ocho canciones.

El vocalista John Tardy sacudía su frondosa melena al ritmo de Intoxicated y Bloodsoaked, representantes del despertar del death metal de Florida al límite de los años ochenta. Con Dying y Find The Arise recrearon Cause Of Death ante una audiencia lógicamente más volcada al hard rock, heavy o incluso thrash. Tras ‘Til Death incorporaron toda una declaración de intenciones con Don’t Care, perteneciente a World Demise.

La banda de los hermanos Tardy se despidió encadenando tres de sus mayores clásicos; Chopped In Half, Turned Inside Out y Slowly We Rot. Obituary son conscientes de que si quieren ingresar en las filas de los grandes festivales tienen que someterse a la difícil tesitura de salir a plena luz del día a pesar de que lógicamente perjudique claramente sus aspiraciones.

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IMPELLITTERI

 

Oportunidad prácticamente única de ver a la banda de Chris Impellitteri, un auténtico velocista del mástil al servicio del heavy y el speed metal. Poseedor de una extensa carrera discográfica, mayoritariamente fraguada en Japón, siempre ha puesto su técnica al servicio de las canciones. Para ello se ha apoyado en la inestimable ayuda de grandes vocalistas como Graham Bonnet o Rob Rock, que es quien le acompaña desde hace años.

Tras el death metal de Obituary, sonó a plena potencia O Fortuna del compositor alemán Carl Orff. Era una señal clara de que Impellitteri estaba a punto de desembarcar en Rock Fest Barcelona. Salieron al ritmo de The King Is Rising, uno de los temas más representativos del Answer To The Master y lo rubricaron con Speed Demon, una de las canciones más rápidas de Crunch.

Chris Impellitteri se asomaba al filo del escenario emprendiendo carreras vertiginosas a través de su mástil. No paró de contorsionarse en todo el concierto plenamente volcado en la interpretación. Con él se encontraba un sensacional Rob Rock, todo un cantante y frontman de heavy metal de libro.

Curiosamente el batería que suele militar en la banda, Jon Dette, no se encontraba con ellos porque está girando con Anthrax, que precisamente saldrían a continuación. En su lugar estaba un contundente Patrick Johansson. La formación la completaba el bajista James Amelio Pulli.

Sorprendieron con la inclusión de uno de sus mayores emblemas, Warrior, a primeras de cambio consiguiendo una gran comunión con una legión de seguidores no demasiado numerosa. Volvieron a Answer To The Master, el disco más repasado en Santa Coloma de Gramenet, con The Future Is Black.

Impellitteri no se olvidaron de su último disco, Venom (2015), representado por We Own The Night. Fusionaron presente y pasado en unos pocos segundos al recordar Stand In Line, la canción que titulaba el primer disco de la banda en 1988.

Tras Wicked Maiden, el corte homónimo del álbum de 2009, Rob Rock anunció que volvían la mirada al EP de 1987 con una sensacional Lost In The Rain. Time Machine, del Venom, y Answer To The Master completaron una actuación tan buena como excesivamente corta. Apenas superó los 40 minutos cuando en realidad tenían una hora asignada. Fue la única decepción para los seguidores que, en muchos casos, llevaban toda la vida esperando ver a Impellitteri. Por lo demás tanto Chris Impellitteri como Rob Rock y el resto de la banda habían ofrecido un concierto notable.

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ANTHRAX

 

Los neoyorquinos Anthrax formaban parte de la representación del thrash metal de primera línea en esta edición de Rock Fest Barcelona junto con Slayer, Overkill, Kreator y Coroner. Todavía con el recuerdo reciente de su impresionante gira de finales del año pasado con Kvelertak y Slayer, los americanos volvían a los escenarios españoles en esta ocasión para presentar su nuevo disco, For All Kings.

Pasaban las siete de la tarde pero la intensidad del sol seguía siendo más que considerable cuando apostaron de entrada por You Gotta Believe, perteneciente a su nueva obra. Conocedores de las exigencias de los festivales, no dudaron en volver la cabeza a su fructífero pasado para recuperar un Caught In A Mosh capaz de espolear a la audiencia. Cuando ya habían conseguido su primer objetivo lo apuntalaron con la explosiva versión del Got The Time de Joe Jackson que incluyeron en Persistence Of Time.

El vocalista Joey Belladonna ejercía de espíritu libre recorriendo todo el escenario y manejando la actuación con su habitual desparpajo. El bajista Frank Bello era puro nervio mientras Scott Ian tiraba de galones en uno de los laterales del escenario. Con Madhouse se completó una intensa primera parte del show.

Anthrax no desestimó su material más reciente como se pudo comprobar con la inclusión de Fight ‘Em ‘Til You Can’t, uno de los mejores temas del anterior disco, Worship Music, y Evil Twin, el single de For All Kings. El guitarrista Jonathan Donais se concentraba en la interpretación asumiendo los solos sin buscar un protagonismo excesivo. La formación se completaba con el batería Jon Dette, que sustituye a Charlie Benante.

La versión de los franceses Trust, Antisocial, consiguió una gran comunión entre banda y fans, paso previo a una recta final compuesta por el tema nuevo Breathing Lightning y por Indians que culminó el paso de unos Anthrax que habían realizado un concierto meritorio aunque no tan intenso como el que se pudo ver en la pasada gira cuando compartieron cartel con Slayer.

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AMON AMARTH

 

Desde tierras nórdicas llegaban los vikingos Amon Amarth que se habían traído hasta un drakkar, plantado en mitad del escenario, para hacer más verosímil su batalla. Junto con Anthrax, era una de las pocas bandas que llegaba a Rock Fest Barcelona con un nuevo disco editado este mismo año. Jomsviking es su apuesta por recrear una de las conocidas sagas vikingas.

El año pasado sufrieron la primera baja en mucho tiempo con la marcha del batería Fredrik Andersson, que ha sido suplida con la presencia de Jocke Wallgren. Tampoco les favorecía el resol que caía pasadas las ocho de la tarde, pero los vikingos no podían poner excusas ante las adversidades. Pidieron a Odín que guiara sus naves en The Pursuit Of Vikings en un comienzo que apuntalaron con As Loke Falls y First Kill, el primer reclamo de Jomsviking.

La imponente figura de un Johan Hegg se erigía en mitad de las hostilidades, siempre alternando sus impulsos agresivos con unas miradas de complicidad con los fans. Death In Fire y Deceiver Of The Gods fueron las mejores armas de batalla para conquistar a una numerosa legión de seguidores.

Los suecos eran muy conscientes de que la mejor forma de salir victoriosos de un festival es tirar de clásicos y así lo hicieron con Runes To My Memory y War Of The Gods. Brindaron con los cuernos en alto en la presentación del tema nuevo Raise Your Horns y completaron la lucha con Guardians Of Asgaard y Twilight Of The Thunder God. El death metal vikingo había retumbado en Can Zam con unos Amon Amarth que habían triunfado siempre bien dirigidos por el carismático Johan Hegg.

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THIN LIZZY

 

Aunque suscite una polémica relativa, el guitarrista californiano afincado en Inglaterra Scott Gorham tiene el derecho a revivir el nombre de Thin Lizzy por haber sido en buena medida uno de los pilares del éxito de la banda en los setenta junto con el mentor y líder Phil Lynott. Además, la propia Philomena Lynott, la madre de Phil, nunca ha puesto objeciones a que la leyenda que universalizó su hijo recobre la vida de vez en cuando.

Asimismo, hay que tener en cuenta que Scott Gorham, el guitarrista Damon Johnson y el vocalista Ricky Warwick en un ejercicio de gran honestidad decidieron aparcar el nombre de Thin Lizzy a finales de 2012 y rebautizarse como Black Star Riders cuando apostaron por escribir material nuevo. Desde entonces ya han editado dos discos con la dificultad añadida de comenzar prácticamente de cero.

Hace unos meses les volvió a picar el gusanillo de Thin Lizzy y aprovechando dos coyunturas; el 30 aniversario del fallecimiento de Phil Lynott y el 40 aniversario de la edición del clásico Jailbreak, decidieron revivir la leyenda irlandesa con una extensa gira. A los tres músicos se sumó otro ex Thin Lizzy; el teclista Darren Wharton. La mayor sorpresa fue la elección de grandes fichajes para cubrir el puesto de bajista: Tom Hamilton (Aerosmith) y de batería: Mikkey Dee (Motörhead). Sin embargo, este último dio la espantada en cuanto le llegó una oferta más suculenta; la de Scorpions. En su lugar llamaron a Scott Travis, el batería de Judas Priest.

Thin Lizzy fue la primera banda del domingo en beneficiarse de la bajada del sol y de las posibilidades de iluminación que favorecía el anochecer. Salieron, como no podía ser de otra manera en esta gira, con Jailbreak y un Ricky Warwick muy enchufado tanto a la voz como a la tercera guitarra. Are You Ready y Killer On The Loose encajaron en el impactante inicio del show. Una pantalla trasera y un juego de luces idóneo propiciaron un espectáculo muy atractivo.

Scott Gorham asumía el liderazgo instrumental siempre en primera línea de batalla y con una cara que denotaba satisfacción. El swing llegó de la mano de Dancing In The Moonlight y el heavy metal con Massacre, del Johnny The Fox. Asumiendo un papel más discreto emergía la figura del bajista Tom Hamilton, toda una estrella del firmamento Aerosmith. Su banda será una de las más codiciadas el año que viene cuando emprendan una gira mundial de despedida.

Con Emerald se destapó la esencia irlandesa con unas guitarras capaces de transmitir infinidad de sentimientos. Ricky Warwick dedicó Rosalie, el tema de Bob Seger, a Phil Lynott y Gary Moore. Don’t Believe A Word significó una nueva alegría para los seguidores de Thin Lizzy, que estaban siendo testigos de una gran actuación.

Extendieron Cowboy Song, del Jailbreak, consiguieron alentar a la audiencia con The Boys Are Barck In Town y sorprendieron con la épica Róisín Dubh (Black Rose): A Rock Legend, presidida por la imagen de Phil Lynott en la pantalla.

Se despidieron con un extenso Whiskey In The Jar, la canción tradicional irlandesa que popularizó Thin Lizzy a comienzos de los setenta. Sin duda fue una de las mejores actuaciones no solo de la jornada, sino de toda la tercera edición de Rock Fest Barcelona. El legado de Phil Lynott quedó en buen lugar gracias a una respetuosa interpretación y a la unión de seis músicos de gran calidad.

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WHITESNAKE

 

Había llegado uno de los momentos cruciales de la tercera edición de Rock Fest Barcelona, y a tenor de la expectación y del número de asistentes apostados ante el escenario, una de las bandas más esperadas. Whitesnake aparecía en Can Zam al ritmo de My Generation de The Who con la difícil tesitura de salir después de la sobresaliente actuación de Thin Lizzy y conocedores de que detrás esperaba el ciclón de Twisted Sister.

La banda de origen británico y con sede en Nevada apostó fuerte de entrada con Bad Boys y Slide It In. Ya habían anunciado que en esta gira están presentando un ‘grandes éxitos’ especialmente idóneo para los festivales de verano. En Barcelona no habría concesiones para los últimos discos de estudio; Good To Be Bad o Forevermore, y ni mucho menos para las adaptaciones de Deep Purple que presentaron el año pasado en The Purple Album.

David Coverdale derrochaba energía recorriendo el escenario de un lado para otro, recreaba sus clásicas posturas y se desgañitaba al máximo en la interpretación. Muchos asistentes achacaron que ya no canta como antaño, pero para buscar el origen de su declive hay que remontarse a la década de los noventa. Su voz que otrora desbordaba color y matices ahora es rasgada y curtida por los años.

Temas como Love Ain’t No Stranger, Fool For Your Loving o Slow An’ Easy embaucaban a unos seguidores gracias a una banda plena de intensidad. Destacaban las caras nuevas del guitarrista Joel Hoekstra y del teclista y extraordinario cantante Michele Luppi. La labor de los coros fue crucial para envolver y potenciar la voz de Coverdale.

Entre los componentes veteranos sobresalió la demoledora pegada de Tommy Aldridge, sin duda uno de los mejores baterías del hard & heavy. También llamó la atención el guitarrista Reb Beach que ahora asume muchos más galones que cuando estaba Doug Aldrich en la banda.

Crying In The Rain encendió la fiesta, paso previo a un sensacional solo de Aldridge. La archiconocida balada Is This Love inauguró una de las mejores fases del show con Give Me All Your Love y Here I Go Again.

En Barcelona los ‘grandes éxitos’ de Whitesnake se limitaron a la época dorada americana, la que alcanzó la gloria y cifras multimillonarias con el triunvirato formado por Slide It In, 1987 y Slip Of The Tongue. Es cierto que varios de los temas que habían sonado en Barcelona provenían de la época más bluesy de los albores de la banda, pero todos fueron posteriormente regrabados en los discos de finales de los ochenta, como Crying In The Rain, Here I Go Again o Fool For Your Loving.

La serpiente blanca culminó con una devastadora Still Of The Night excediendo en buena medida las expectativas de los seguidores acérrimos de Whitesnake. Evidentemente el repertorio y la actitud de la rejuvenecida formación fueron decisivos en su meritorio paso por Can Zam.

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TWISTED SISTER

 

El idilio entre Rock Fest Barcelona y Twisted Sister ha durado las tres ediciones que acaba de cumplir el festival. Pero la de 2016 será más especial si cabe por albergar la despedida definitiva de uno de los mayores emblemas que ha dado el hard & heavy. Con el rotundo lema ‘Forty And Fuck It’ la banda liderada por Dee Snider se retira de la música en plenitud y después de cuatro décadas de historia.

La muerte del batería clásico A.J. Pero en marzo del año pasado les llevó a tomar una drástica decisión que los fans no acaban de comprender teniendo en cuenta el impresionante directo que mantienen. Un amigo personal del grupo y uno de los mejores baterías del mundo, el ex Dream Theater Mike Portnoy, ha sido fiel a su promesa de cumplir todos los compromisos de Twisted Sister reemplazando a A.J. Pero.

A veinte minutos de medianoche y después de la actuación de otros dos estandartes del hard rock, Thin Lizzy y Whitesnake, llegaba el turno para el grupo que nació en Nueva Jersey y se consolidó en Long Island (Nueva York). Arrancaron con What You Don’t Know (Sure Can Hurt You) adornada por explosiones de pirotecnia. El torbellino de Dee Snider se hizo con la manija del show desde el minuto uno y emprendió toda una declaración de intenciones con The Kids Are Back. No escatimaron en detalles incendiando el escenario de Rock Fest Barcelona en Burn In Hell con constantes llamaradas que unidas a unas luces rojizas generaban una sorprendente tensión dramática.

Las canciones de los discos de los ochenta se sucedían con el impulso de un Dee Snider que volvió a ratificar que es uno de los mejores frontmen del hard & heavy. Sobre el escenario es completamente imbatible. Destroyer, Like A Knife In The Back  o You Can’t Stop Rock ‘n’ Roll consiguieron que Can Zam estallara una vez más al paso de Twisted Sister.

El vocalista a agradeció a todos los fans el apoyo que siempre han brindado tanto a su banda como al resto de grupos de hard rock y heavy metal, que no han necesitado de las modas o los ‘números uno’ de las radios para mantenerse durante más de 40 años gracias a la fidelidad de sus seguidores. El fuego volvió a apoderarse del escenario en The Fire Still Burns.

Dee Snider corría, se agitaba, presentaba los temas e interactuaba con sus compañeros: los guitarristas Jay Jay French y Eddie ‘Fingers’ Ojeda, y el bajista Mark ‘The Animal’ Mendoza. La retaguardia quedaba perfectamente cubierta por la pegada de un Mike Portnoy que no buscaba el protagonismo.

Tras I Am (I’m Me) llegó el turno para We’re Not Gonna Take It en cuya presentación Dee Snider hizo un alegato a favor del modo de vida occidental y aludió a los actos de terrorismo que han asolado Bélgica, o el más reciente de Niza, producido justo la noche anterior al comienzo de Rock Fest Barcelona. “Nos quieren quitar nuestra diversión y no lo vamos a tolerar”, espetó Snider. Acto seguido comenzó a cantar “Huevos con aceite”, la popular adaptación española del mayor himno de Twisted Sister y que tanto le ha gustado al cantante.

En la presentación de la balada de The Price Snider se acordó de los músicos que han fallecido en los últimos tiempos acentuando la pérdida de A.J. Pero de Twisted Sister, Jimmy Bain de Dio y Lemmy Kilmister de Motörhead. También se acordó de David Bowie y Prince en uno de los momentos más emotivos de la noche.

Aunque lanzó algún puñal a los técnicos de sonido de Slayer que estaban preparando la siguiente actuación en el escenario contiguo, en esta ocasión no perdió los estribos como el año pasado cuando literalmente fue a por los roadies de Europe para que no siguieran haciendo ruido.

Snider garantizó que su despedida era de verdad, no como la de Scorpions o Judas Priest, y aseguró que el guitarrista Jay Jay French está enamorado de Barcelona y que querría vivir allí. “La próxima vez que nos veamos será como turistas”, comentó el cantante. También bromeó sobre las obras de La Sagrada Familia diciendo que seguían igual que hace cinco años.

La recta final fue explosiva con Under The Blade y I Wanna Rock. Ya solo quedaba un bis para decir adiós definitivamente. Con S.M.F. completaron su despedida que muchos fans no pueden entender. Parece mentira que una banda en plenitud pueda privar a la escena de uno de sus mayores referentes y dejar huérfanos a miles de seguidores. Desde luego la historia de Rock Fest Barcelona siempre irá ligada a Twisted Sister.

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SLAYER

 

A la una de la mañana ya inmersos en las primeras horas de un lunes laborable salía a la palestra el último gran bastión de la tercera edición de Rock Fest Barcelona. Slayer recuperaba la bandera del thrash metal después de una triada de grandes representantes del hard & heavy; Thin Lizzy, Whitesnake y Twisted Sister.

El juego de luces rojizas que forma parte del ideario de la banda en directo se apoderó del escenario de Can Zam al tiempo que apostaban por abrir con el tema título de su último disco; Repentless. A la izquierda de Tom Araya sobresalía la colosal figura de un Kerry King volcado en la guitarra, facturando el habitual headbanging y portando toda su parafernalia metálica. A la diestra, Gary Holt (Exodus) se retorcía como un poseso al tiempo que comandaba la guitarra solista.

Slayer fusionó temas más recientes como Disciple o Hate Worldwide con clásicos como Postmortem o War Ensemble. Además del representativo juego de luces, los thrashers se beneficiaron de unos enormes telones que se iban descolgando y con los que conseguían un impacto visual con cada cambio.

Tom Araya se aferraba al bajo y bramaba su furia desde la parte central de la escena. El concierto de Slayer, a diferencia de Twisted Sister, tuvo muy pocas interrupciones. El cantante presentaba en castellano y celebraba el show como una fiesta de “amor a la música”.

En la parte central de la actuación de Slayer destacaron temas como Mandatory Suicide, Dead Skin Mask o Seasons In The Abyss. Su engranaje sonaba demoledor siguiendo una trayectoria ascendente hasta llegar al esperado bloque final.

Ensamblaron South Of Heaven con Raining Blood y aceleraron al máximo con Black Magic. Hubo un recuerdo para el guitarrista Jeff Hanneman, fallecido en 2013, al que dedicaron un enorme telón con su apellido como si fuera una etiqueta de la cerveza Heineken. Angel Of Death completó la actuación de unos Slayer que siguen defendiendo en cada concierto su posición de privilegio en la escena del thrash metal.

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